Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)

CAPITULO XX-LA MUERTE (PARTE IV)

Ryuzaki abrió lentamente los ojos, algo desubicado. ¿Dónde estaba?

- ¿Wa...Watari?

Enfocó la mirada y vio a Noa sentada a su lado, con gesto de preocupación.

-Ryuzaki... ¿estás bien?

Y entonces lo recordó todo.

El shinigami, la libreta, su nombre...la mano de Noa deslizándose sobre el cuaderno. Su mirada, observándole caer al suelo.

La chica se estremeció a ver como los ojos del detective la atravesaban, con cierto rencor.

-Ryuzaki...yo...

En ese momento, entraron por la puerta Matsuda, Aizawa y Mogi.

- ¡Ryuzaki! - Exclamó Matsuda. - ¿Cómo te encuentras?

El chico reflexionó unos segundos.

-Bien...estoy bien.

Aizawa dio un paso adelante, observando fijamente al detective.

-Has sufrido un infarto...pero estás vivo.

Ryuzaki entrecerró los ojos, confuso. Noa había escrito su nombre en la libreta. ¿Cómo era posible?

Confía en mí.

Eso le había dicho ella...acaso... ¿le había salvado de algo peor? Miró disimuladamente a la chica, que le observaba con cierto nerviosismo.

Aizawa suspiró.

-Perdona, Ryuzaki. No queremos agobiarte, sé que tienes que descansar, pero...necesitamos que nos digas qué ha pasado.

El detective bajó la vista a las sábanas. Permaneció en silencio unos segundos.

-Light Yagami era Kira. Y el shinigami...

El chico abrió mucho los ojos.

- ¿Y Watari?

El detective hizo ademán de incorporarse, pero el cuerpo le falló. Los policías apartaron la vista, apenados. Noa suspiró y apoyó la mano en el hombro del joven.

-Watari ha...

Ryuzaki empezó a temblar.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Tres días después, los policías recogían toda la documentación del cuartel y la embalaban en cajas. El caso Kira había terminado. Había suficientes pruebas para considerar que Light efectivamente era el asesino, partiendo de su propia confesión y del testimonio de Noa y Ryuzaki.

No había duda.

El detective había insistido en que, al menos de momento, no tenía sentido seguir la búsqueda del segundo y del tercer Kira, pues llevaban tiempo sin matar, y no tenían absolutamente ninguna pista que les ayudara a despejar el camino.

Ryuzaki contemplaba en silencio y con seriedad como los policías se movían de un lado a otro. Noa entró en la habitación y se posicionó en una esquina, observando también a sus compañeros.

Suspiró y miró a al detective, pero este apartó la mirada.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

Esa misma tarde, tras cargar todas las cajas en un coche patrulla, Aizawa, Mogi y Matsuda, se despidieron de Noa y de Ryuzaki en la puerta del cuartel.

El detective les dio la mano a todos.

-Muchas gracias por vuestro trabajo. Ha sido esencial para poner fin al caso.