Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)

CAPITULO VI-EL SOL (PARTE III)

Los días continuaron pasando entre cámaras de vigilancia, sin ninguna novedad. Cada vez veían más claro que tendrían que esperar hasta pasadas las fiestas. Pese a todo, no desistían.

Nochevieja llegó y el cuartel se vació casi al completo. Todos habían dejado a sus familias en Navidad, y no iban a hacer lo mismo en Año Nuevo, más teniendo en cuenta que no parecía haber novedades al respecto.

De este modo, la noche del 31 de diciembre, solo quedaron en la sede Noa y Ryuzaki. Hasta Watari decidió acudir por fin de año a la Wammy's House. El anciano no estaba muy convencido de abandonar al detective, pero el joven le aseguró que no le importaba. Y Watari le creyó. Estaba convencido de que no le echaría de menos, al menos mientras esa chica estuviera revoloteando a su alrededor.

En la tarde noche del 31 de diciembre, Ryuzaki visualizaba imágenes de las cámaras de seguridad de Aoyama cuando Noa entró en la habitación. Iba en pijama, con una bolsa y una manta. Parecía algo nerviosa.

-Ryuzaki...

El chico se giró, intrigado.

- ¿Sí?

- ¿Te importa si veo el especial de nochevieja aquí? Me siento un poco sola.

Lo dijo algo avergonzada y con cierta tristeza, pero esbozó una sonrisa. Ryuzaki la observó unos instantes.

-Para nada. Tú misma. - Dijo mientras señalaba un televisor apagado.

Noa se sentó en el sofá subiendo los pies a la superficie, mientras encendía la tele y se colocaba la manta. El especial de Nochevieja ya había empezado. En el programa, cantantes femeninos y masculinos competían en distintas pruebas musicales y de otras índoles para ganarse la simpatía del público.

El detective se volvió hacia ella.

-Podías haberte ido a España, con tu familia.

La chica le miró y se encogió de hombros.

-Ya...pero ahora mismo no puedo permitirme un vuelo allí. Es muy caro.

Ryuzaki pensó en los regalos de navidad y se sintió un poco culpable.

-¿Si lo hubieras hablado con ellos no te lo habrían pagado?

La joven bajó la mirada, algo avergonzada.

-Si, bueno. Supongo. Pero se gastarían el sueldo de un mes para que yo fuera unos cuantos días...y luego irían muy apurados para vivir ellos...es mejor así.

El detective no insistió. Noa observó el programa un rato, pero al cabo de unos minutos se volvió hacia el chico.

-Oye Ryuzaki, deja eso un rato y ven a ver esta mierda conmigo, anda.

El joven se giró. La chica señaló un hueco en el sofá y dio unas palmaditas sobre el asiento, como invitándole a sentarse. El detective se volteó de nuevo.

-Tengo que seguir.

-Vamos, seguro que hasta Kira descansa en Nochevieja. Además...

Sin miramientos, le lanzó un paquete de nubes de azúcar.

-He traído la cena.

Abrió la bolsa que llevaba y le enseñó al chico un arsenal de chucherías y pasteles, así como un vino dulce.

Al verlo, Ryuzaki sonrió.

- ¿Venías a ver el programa o a invitarme a cenar?

Noa se encogió de hombros, con una sonrisa.

-Mitad y mitad. Va, venga, no te hagas de rogar.

El detective se levantó y se sentó junto a la chica. La joven le echó la manta por encima, quedando ambos tapados. Noa empezó a sacar los dulces y a esparcirlos por la mesa. También abrió el vino. Le ofreció a Ryuzaki, pero él lo rechazó. La muchacha le dio un trago.