Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)

CAPITULO XIII-EL MUNDO (PARTE IV)

Anduvieron por las calles del bullicioso barrio, entrando a tiendas de todo tipo y comprando chorradas y souvenirs. Mientras caminaban por la zona, varios grupos de chicas pararon al hermano de Noa para pedirle que se sacara una foto con ellas. El chico alucinaba.

Después de prestarse a una última foto con unas universitarias, se giró para verlas marchar.

-Joder, me tengo que mudar aquí. ¿Pero que les pasa?

-Es que te confunden con Ed Sheeran. – Dijo Ana.

El chico se rio.

- ¿Pero qué dices, idiota?

-Es por la barba. – Comentó Noa, mientras se reía. – No están acostumbradas a verlas aquí.

El chico le pasó el brazo por los hombros a Ryuzaki. El detective notó como su cuerpo se tensaba, pero no se apartó.

-Ryuga, tienes que dejarte barba. Así nos las podemos ligar juntos.

El joven le miró, con cierta timidez.

-No me sale barba.

El chico carcajeó, sin quitar su brazo del hombro del detective. Ana se volvió hacia el hermano de Noa y le dio un manotazo.

-Eh, Isaac, a este no me lo perviertas, que ya tiene a tu hermana. No necesita a otra.

Ryuzaki bajó la cabeza, algo incómodo. Observó a Noa, que miraba a su amiga con cierto reproche.

-Tú, que están mis padres delante, cállate.

-No...pero nosotros no estamos saliendo- Dijo el detective con cierta timidez, intentando lanzarle un capote a Noa.

Tanto los padres de la chica como los jóvenes se rieron. Noa sonrió, pero no dijo nada.

- ¿Ves? Qué mono- Dijo Ana.

-Lo digo en serio- Insistió el chico.

El padre de Noa se puso a su altura, con una sonrisa.

-No les hagas mucho caso, o no dejarán de pincharte en toda la tarde.

Finalmente entraron en la tienda de disfraces que le había recomendado la camarera. Las chicas empezaron a probarse ropa sin parar, mientras se reían. Los padres de Noa las observaban, divertidos. Isaac también se puso un traje de criada, de broma.

Noa salió del probador con un vestido de colegiala. Vio a su hermano y empezó a reírse a carcajadas, agarrándose las costillas, sin poder parar.

Ryuzaki abrió los ojos y la miró fijamente. Hacía mucho que no veía ese gesto de alegría en el rostro de la chica. Había vuelto, por fin.

Isaac le miró, malinterpretando su expresión. Se inclinó sobre él con una sonrisa traviesa.

-Uy, no pongas mucho esa carita, que como te vea mi padre te mata.

Ryuzaki bajó la cabeza, avergonzado. El chico se rio.

Al detective le estaba costando horrores afrontar la situación. No estaba acostumbrado a que le trataran con tanta familiaridad, y le resultaba incómodo. Aunque en el fondo tenía que admitir que era agradable sentirse integrado. Parte de algo.

Más tarde picotearon un poco en un bar. El padre de Noa estaba muy despistado con la comida japonesa.

-Waka ¿qué?

-Wakame, papá- Dijo Isaac.

-Arg...pero esto son algas...yo quiero un bocata.

Todos se rieron, y volvieron a deslumbrarse con la capacidad de Ryuzaki para comer dulces.