Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)

CAPITULO XXII-EL AHORCADO (PARTE III)

Ryuzaki y Noa, con las maletas y el transportín de L, se encontraban en el vestíbulo principal de la Wammy's House rodeados de niños que les abrazaban mientras se despedían de ellos. La chica se agarraba a todos, con lágrimas en los ojos. Roger y los profesores observaban la escena, ligeramente conmovidos.

Tras unos minutos de besos y abrazos, Noa y Ryuzaki salieron del edificio, dirigiéndose a la puerta de metal de la entrada. El chico hizo ademán de abrirla, cuando oyeron una voz tras ellos.

-Oye, ¿no te despides de tu novio adolescente?

Ambos se giraron y vieron a Matt de pie, con una gran sonrisa. Noa soltó una carcajada. Se lanzó sobre el chico y le abrazó, dándole un beso en la mejilla.

El detective sonrió un poco y se giró de nuevo hacia la puerta, pero allí, junto al muro de piedra, estaban Mello y Near de pie, observándole con seriedad. El rubio despegó los labios.

-Adiós, L.

Ryuzaki abrió mucho los ojos. Los chicos continuaban atravesándole con la mirada, con un gesto inescrutable. Matt se acercó a sus compañeros. Pero poco a poco, los tres se fueron acercando a él.

Y le abrazaron.

El detective se quedó paralizado, con los ojos aún muy abiertos.

Lentamente, les devolvió el abrazo.

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Noa alargó la mano para alcanzar el billete de avión que le tendía el detective. Estaban en el aeropuerto de Heathrow y se disponían a cruzar el control de pasajeros. La chica tuvo tiempo de observar el nombre del billete de Ryuzaki: Rue Ryuzaki. Hasta para viajar utilizaba un seudónimo.

Sin embargo, al mirar su billete se percató de un detalle. Se paró un par de metros antes del control de pasajeros y se volvió hacia el joven.

-Oye, ¿y esto?

Ryuzaki la observó, con seriedad.

-Hay algo que quiero hacer antes de volver a Japón.

Noa miró de nuevo el billete, con los ojos muy abiertos.

Destino: Madrid.

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Noa y Ryuzaki atravesaban el cementerio de la Almudena en un silencio sepulcral. Era un día laborable y apenas había gente.

El detective había comprado un ramo de flores en la entrada y lo llevaba con cuidado bajo el brazo. La chica le miró unos instantes, con seriedad.

- ¿Dónde vamos?

El joven no contestó. Siguió andando a través de los pasillos llenos de tumbas. Noa caminó a su lado, dejándose llevar tras los pasos del detective. Sin embargo, empezaron a atravesar una zona que le resultó familiar.

La chica abrió mucho los ojos.

-Espera... ¿esto es?...

Ryuzaki se paró delante de una tumba, y Noa no necesitó mirar el nombre para reconocerla. La tenía marcada a fuego en su mente.

Era la tumba de Dani.

La chica tembló. No había vuelto a ir desde que murió, por lo que ver la lápida de nuevo despertó en ella un montón de sentimientos encontrados.

El detective se inclinó sobre el mármol y fue a dejar el ramo. Sin embargo, leyó el epitafio que descansaba sobre la losa: "menos flores y traedme cerveza, cabrones". Se giró hacia la joven.

-Vaya...me equivoqué de regalo.

Noa, que aún temblaba un poco y tenía los ojos brillantes, miró al chico y se rio.