CAPITULO XXI-EL LOCO (PARTE III)

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Ryuzaki cruzó el oscuro corredor de una cárcel de alta seguridad hasta llegar a la última celda. Un guardia esperaba delante de la puerta. El portón era de metal, muy fuerte, y sin un solo resquicio o hueco. El hombre observó al detective de arriba abajo, algo sorprendido, pero abrió la celda, dejándole pasar.

El chico entró a la estancia.

Las paredes de la habitación eran de hormigón armado, y dentro solo había un aseo y una cama. Y sobre la cama, atado de pies y manos, estaba él.

B.

Ryuzaki contuvo el aliento. Desde la cama, B le dirigió una sonrisa tan amplia que se convirtió en una mueca. El detective observó al joven maniatado y sintió un escalofrío. B llevaba un jersey oscuro de cuello vuelto, y tenía las manos cubiertas por unos guantes negros. Contempló su cuerpo alto y delgado, su pelo negro y revuelto, su cara afilada, y sus ojos rojos, que brillaban sobre unas profundas ojeras oscuras.

Era como mirarse en un espejo resquebrajado, en un reflejo en el agua que terminaba por romperse. Cuando contemplaba a B, veía a Dorian Gray asomándose a su retrato. Recordó una frase de aquel libro, "todos llevamos dentro el cielo y el infierno", y desde luego B era la más amplia representación de su propio infierno.

Era como mirar a los ojos a la parte más oscura y podrida de su propia alma. No solo por su parecido físico, sino porque, al fin y al cabo...

Él había creado a B.

B no había borrado su sonrisa. Hizo ademán de incorporarse, pero las esposas con las que estaba encadenado a la cama no cedieron. Miró fijamente al detective.

-Me han dicho que vendría un tal Rue Ryuzaki, ¿has tenido la poca vergüenza de robarme el nombre?

-No es tu nombre, B.

-Cierto. Pero tengo más derecho a usarlo que tú. ¿Crees que le haces algún tipo de homenaje a A usándolo?

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Noa observó la tumba con los ojos muy abiertos. Calculó la edad de la muerte...apenas tenía dieciocho años cuando falleció.

Alexander Ryuzaga.

Los labios de la chica se despegaron mientras las letras salían de su boca casi en un susurro.

-Ryuza...

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Ryuzaki suspiró, sin apartar la mirada de B.

-Tampoco era un buen homenaje que lo usara un asesino.

B soltó una carcajada.

-Asesino...qué palabra tan graciosa, y más cuando sale de tus labios, L.

B clavó sus ojos rojos en él.

-La única diferencia entre tú y yo es que yo me ensucio las manos, mientras que tú prefieres que se las ensucien otros por ti.

El detective aguantó la respiración un segundo. Aquellas palabras eran parecidas a las que Noa le había dirigido hacía poco, con respecto a la muerte de Light.

B se acomodó como pudo en la cama y habló con cierta sorna.

-Además, ahora soy un chico bueno.

El detective asintió.

-Si. Ya me han dicho que si sigues así te trasladarán a otra prisión.

B se rio.

- ¿Y a qué debo el honor de que el propio L en persona venga a verme? ¿No tenías hoy a Wammy para que se metiera en el fango?

Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora