PRÓLOGO

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Aquí empieza Death Note: Kerosene, una historia de amor y suspense ambientada durante el caso Kira. La historia está acabada, por lo que iré subiendo un capítulo todos los lunes y viernes. 

Espero que os guste, y si es así, por favor, dejadme un comentario y un voto, para animarme a seguir :) Muchas gracias, y que disfrutéis de la lectura!

Los personajes pertenecen al universo de Death Note y sus derechos pertenecen por completo a sus autores, aunque la historia cuenta con personajes originales creados por mí. 

Un abrazo-Bemarti.

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Los compases de una canción lenta empezaron a sonar.

Ryuzaki y Noa se miraron y por un momento ambos fueron conscientes de su cercanía. Se sintieron nerviosos. Pero no se alejaron.

Noa se aproximó a él, siguiendo los compases de la canción. Apoyó su brazo izquierdo en la espalda del chico, y con la mano que tenía libre cogió la de Ryuzaki. Se pegó al joven con suavidad, hasta que sus cuerpos se rozaron.

Ryuzaki tembló, nervioso. Sin embargo, se aventuró a llevar su brazo suelto por la espalda de ella, acomodándose allí. Ambos comenzaron a bailar, lentamente.

El detective tenía que admitir que en el fondo todo aquello le daba mucha rabia a su yo interno, al infantil, al que no le gustaba perder. Aquella chica, con esos inocentes ojos castaños, esas sonrisas sutiles, dulces, se había abalanzado sobre él dejándole K.O, como un francotirador soviético. Le había dejado tirado en el suelo, suplicando clemencia, suplicando que parara. Pero ella no iba a parar. No iba a parar de obligarle a sentir. Le iba a tener sobre las cuerdas el tiempo que quisiera.

Si. A veces deseaba no haberla conocido. Que no se hubiera cruzado en su camino. Que nunca hubieran intercambiado una mirada en la facultad. Todo habría sido más fácil. Más sencillo. Ahora siempre tendría una manera de torturarle con aquella mirada profunda, única. Con esas palabras amables que parecían inundarlo todo de alegría y que a la vez le hacían sentirse frágil.

Eso pensaba su parte oscura. La deseaba y la odiaba a partes iguales por hacerle sentir tan débil, tan pequeño, tan insignificante. Él, que no estaba acostumbrado a perder, se había arrastrado tras los pasos de esa risa cristalina y pura.

Y a la vez cruel.

Si. Ojalá el deseo desapareciera. Ojalá se fuera tras esos pies pequeños, a un rincón de su memoria.

Pero no. Eso no iba a pasar. Ahora estaba ahí, entre sus brazos.

Notaba el latido de su corazón acelerado, casi tanto como el suyo. La suavidad de su cálida mano apretando la suya, el olor de su pelo, de su piel.

Había perdido. Y era mejor admitirlo cuanto antes. 

Death Note: Kerosene (L Lawliet x OC -COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora