Desde el día que te ví ft. Vinnie Hacker

Capítulo 57 -Londres-

[Contiene escena +18, leer bajo vuestra propia responsabilidad]

Como de costumbre me desperté yo antes que Vinnie, no porque ya no tuviera sueño, sino porque tenía tal dolor de cabeza que pensaba que podría explotarme en cualquier momento.

Estábamos en el sofá, yo tumbada boca abajo sobre él, con sus brazos rodeando mi cuerpo, como si tratara de protegerse de algo. Había gente tirada en el suelo durmiendo, y el salón estaba hecho un asco. Me apiado de quien tenga que recoger todo esto.

―Vinnie, ¿podemos irnos a casa?―dije moviendo su cabeza.

―Mhm―murmuró sin querer despertarse aún.

―Vinnie...―sabía que no iba a despertarse, así que tapé su nariz y su boca con mis manos para que no pudiera respirar y se despertara, sé que era cruel, pero necesitaba irme de allí.

―Casi me matas, loca―dijo abriendo los ojos―Vamos, anda.

Me quité de encima suyo y fui hasta la puerta, aunque Vinnie fue a hablar con Ben que estaba en el otro sofá, este le respondió algo, pero no sé el que.

Mi cara era un completo desastre, el maquillaje corrido y unas ojeras horribles, así que en cuanto estuvimos en el coche me puse las gafas de sol, no quería que el mundo me viera en plena resaca. La primera parada no fue su casa, teníamos un asunto pendiente en la farmacia.

Vinnie me dio dinero, ya que yo no llevaba el monedero encima y entré yo sola a comprar la pastilla. Tras regresar al coche fuimos a Starbucks a por unos cafés para la resaca, y me tomé la pastilla allí mismo.

Para cuando volvimos a su casa, lo primero que hicimos fue subir las escaleras, y cuando entramos en su habitación nos metimos directamente en la cama, listos para seguir durmiendo muchas horas más.

[...]

Nos despertamos poco después de la hora de la comida, pero ninguno de los dos tenía hambre, así que no comimos nada. Para despejarnos un poco, aprovechamos para ir a sacar junto a Poncho, y así nos daba un poco el aire, lo necesitábamos.

―Maria―dije entrando en el salón, se encontraba sentada en el salón, leyendo un libro.

―Dime, cariño―dejó el libro a un lado para poder centrarse en mí.

―Tengo un par de prendas sucias que necesitaré para Londres, ¿Podría lavarlas aquí?―pregunté.

―Claro, claro, bájamelas y te las meteré ahora en la lavadora, y luego las meteré en la secadora para que las tengas secas mañana.

―Vale, muchas gracias―sonreí.

Fui a la habitación de Vinnie, este estaba con el móvil tumbado en la cama, cogí la ropa que necesitaba limpia y se la di a Maria.

Por la tarde noche los padres de Vinnie decidieron que íbamos a ir a cenar a un restaurante del centro de la ciudad, era mi última noche aquí, así que querían celebrarlo. La comida estaba muy rica. Reímos mucho, y también hablamos mucho, pero sobre todo me dejaron muy claro lo bien que les había caído, y lo felices que estaban de que Vinnie hubiera encontrado a alguien como yo.

Después de llegar a casa, los padres de Vinnie se fueron directos a la cama, pero Reggie, Vinnie y yo decidimos ver una película, aunque antes nos fuimos a cambiar de ropa, por una un poco más cómoda.

Yo me encontraba tumbada en el sofá, y Vinnie tumbado detrás de mí, con una fina manta que cubría nuestros cuerpos. Reggie en cambio estaba en el sofá de al lado con otra manta. Los tres estuvimos de acuerdo en ver una película de comedia.