Capítulo 4 -La habitación-

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Jordan tenía su coche aparcado en el parking de un supermercado, así que nos tocó andar hasta allí.

―Creo que de camino a casa me pasaré por un Starbucks, me apetece comer algo―dijo cerrando la puerta del coche.

―Tío―Vinnie rió―Acabamos de estar en un centro comercial donde hay un Starbucks.

―Ya, pero antes no me apetecía, ahora si―Jordan le siguió la risa.

Cuando los tres teníamos el cinturón puesto, Jordan arrancó el coche y puso marcha al Starbucks más cercano a su casa.

―¿Queréis algo?―preguntó Jordan.

―Yo no―respondió Vinnie y giró su cuerpo para mirarme a mí que estaba en la parte trasera―¿Tú?

―Estoy bien así―sonreí―No tengo hambre.

Jordan se metió en el autoservicio y pidió un par de cosas, quedé un poco sorprendida, porque parecía un menú para tres personas. No sé donde va a meter todo eso.

Tras esperar un par de minutos en la ventanilla de recogida, le dieron todo el pedido y salimos del carril. Vinnie me pasó las bolsas para guardarlas allí atrás y que nada se cayera.

―Jordan, creo que se han equivocado con uno de los batidos―le dije―Te han puesto uno de vainilla en vez de chocolate.

―Mierda―dijo deteniendo el coche en una zona de estacionamiento―Iré a que me lo cambien, dame el ticket por favor.

Rebusqué entre las bolsas y cuando al fin encontré el papelito se lo dí, junto al erróneo batido. Luego, salió del coche dejándonos a Vinnie y a mí solos en el coche.

―Es alérgico a la vainilla―me dijo―Por eso lo cambia, si se hubieran equivocado con otro sabor, seguramente no hubiera hecho nada.

―Ah―respondí.

Visto que ninguno de los dos volvió a abrir la boca, cogí mi móvil y me puse a revisar mis redes sociales. Emma, la niña de antes ya había subido la foto, y yo decidí subirla a mi historia. No sabéis lo feliz que me hizo ese momento en el centro comercial.

Empecé a escuchar ligeramente el sonido de una canción, la radio no estaba puesta, así que levanté la mirada del móvil para ver de dónde venía. Entonces me di cuenta de que Vinnie estaba grabando un tik tok, sonreí a la cámara y luego volví a mirar mi teléfono.

―No te importa si lo subo ¿no?―me miró a través del retrovisor.

―Mientras me des crédito―reí―No es broma, claro que puedes.

―Ya he vuelto―dijo Jordan abriendo la puerta.

Jordan volvió a conducir, aunque esta vez dirección a su casa. El camino fue bastante divertido, había momentos en los que Vinnie le acercaba el vaso con la cañita a Jordan para que pudiera beber, y en uno de los intentos, un poco de batido se derramó sobre su regazo. Pero dejando a un lado eso, la mayoría del tiempo estuvimos cantando y riendo.

Finalmente dejó aparcado el coche frente a una casa, era bastante bonita y grande. Entramos por la parte trasera. En el patio había una piscina y el jardín era mucho más amplio de lo que esperaba. Allí se encontraban algunos de los chicos que conocí en el parque de skate el mes pasado y gente nueva que me sonaba por la app de tik tok.

―Hola―sonreí―Soy Lyn.

―Kio, aunque creo que ya nos habíamos presentado antes―dijo el pelinegro.

―A mi me llaman baby J.

―Shane―añadió un rubio alto.

―¿Te importa enseñarle la casa?―Jordan se dirigió a Vinnie―Tengo que hablar unas cosas con Shane.

―Claro, ven―ahora me miró a mí―Te mostraré los lugares más populares de tik tok―rió.

El salón era bastante simple, no tenían muchos muebles que se diga, además pude percibir algunas rayadas en el parquet, seguramente de haber estado patinando con el skate aquí dentro.

La cocina completamente de madera me flipó, además la isla justo en el centro le daba un toque muy bonito, aunque había un montón de comida sobre ella, envoltorios de chocolatinas, bolsas de patatas. Se nota que aquí solo viven chicos y que no esperaban la visita de nadie.

También me enseñó el gimnasio que tenían montado en el garaje, solo de ver tantas máquinas me dio pereza, pero seguro que los chicos se ven bien entrenando ahí―pensé.

Lo último que me mostró fueron las habitaciones, las cuales se encontraban repartidas entre la planta baja y la superior, todas seguían bastante el estereotipo mostrado en tik tok, luces led en el techo, posters, una zona gamer etc, pero sin duda la habitación que más me gustó fue la de Vinnie.

A parte de las luces led, tenía una especie de proyector apuntando al techo que reflejaba en él estrellas, era precioso. Además la decoración de una de las paredes de su habitación me encantó, ya no por como quedaba estéticamente, sino también por el significado.

En esa pared, tenía pegadas algunos pares de distintas zapatillas, calcetines, una camiseta, post-its con mensajes y dibujitos, e incluso tablas de skate sin las ruedas. Todas estas cosas pertenecen a todos sus amigos, y era como un "mural de la amistad" para recordarle lo afortunado que era de tener a sus amigos, y enseñarles a ellos lo importantes que eran para él.

―Te gusta eh―me sobresalté, estaba tan concentrada mirando cada detalle de ella.

―Me encanta―admití.

―Tu también puedes traer algo, y lo pondré encantado―sonrió.

―¿Lo dices enserio?―arqueé una ceja.

―Claro―rió―Somos amigos ¿no?

―Si―reí con él―Entonces la próxima vez te traeré un regalo.

―Lo esperaré con ansias.

[...]

La siguiente vez que volví a casa de los chicos, fue unas dos semanas después. Como le había dicho a Vinnie, le traje algo importante para mi y que cuando lo viera iba a acordarse de mí.

Recordé que en aquella pared habían deportivas colgadas, así que pensé ¿Por qué no le doy algunas de mis antiguas puntas de ballet? El ballet es algo que me representa, así que creo que era una gran idea.

Guardaba todas las puntas debajo de la cama, así que estuve buscando algunas que no estuvieran muy destrozadas. Encontré unas que creo recordar usé una o dos veces para una exhibición, así que tampoco olían a nada.

Una vez llegué a su casa, saqué de mi mochila las puntas y se las entregué.

―Creo que no podrías haber cogido nada mejor―se las dí―Que pena que tengas los pies tan pequeños y no me vengan, porque sino me las hubiera probado y te hubiera dado una paliza de lo bien que bailo―rió.

―Ya claro―reí también.

Fuimos a su habitación y estuvo buscando algún hueco donde ponerlas. Había un clavo suelto en la pared, de algún cuadro antiguo que tendría colgado ahí, así que lo aprovechó y ató con un lazo las puntas allí.

―Esto será el principio de una bonita amistad―dijo mirando la pared.

―Estoy segura de ello―le respondí sonriendo.

Desde el día que te ví ft. Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora