Desde el día que te ví ft. Vinnie Hacker

Capítulo 81 -Promise Ring-

―¿Estás lista?―Maria abrió ligeramente la puerta.

―Si, dame 5 minutos y voy―esta asintió.

Cogí el abrigo que lo tenía colgado en la puerta y luego me acerqué a Vinnie, él seguía durmiendo y no se había movido ni un centímetro desde que nos quedamos dormidos anoche.

―Vin―dije susurrando―Vinnie―acaricié su mejilla para que se despertara.

―Mmmm―murmuró.

―Vinnieee―empecé a dejar besos en su cara y lo vi sonreír―Me voy un par de horas con tu madre ¿vale?

―Ajá―titubeó―Have fun―se dio la vuelta, dándome la espalda y yo reí.

Me levanté del suelo y salí de la habitación segundos después.

[...]

Como hoy era noche buena, quería ayudar en todo lo posible a la madre de Vinnie, por eso fui con ella a comprar esta mañana, le faltaban un par de cosas, además como el temporal no era muy bueno preferí acompañarla para que no fuera sola. Ese era uno de los motivos, el segundo, era porque tenía encargadas unas zapatillas que iban a ser uno de los regalos de Vinnie, no conseguí encontrarlas en Los Angeles, estaban agotadas, pero por suerte, en una tienda de aquí las conseguí.

Cuando llegamos a casa nos encontramos a Vinnie en la calle, acababa de sacar a pasear a Poncho y volvía ahora, así que entramos todos juntos.

―¿Lo habéis pasado bien?―preguntó Vinnie rodeando mis hombros con su mano, luego besó mi frente.

―Si―respondió su madre sonriendo.

El resto del día su madre estuvo arriba y abajo preparando los preparativos para la cena, en muchas ocasiones le ofrecí mi ayuda, la veía muy estresada y solo quería ayudar, pero ella se negó a aceptarla, alegando que era su invitada y debía disfrutar de la estancia.

No muy contenta con su rechazo, Vinnie y yo nos tumbamos en el sofá pues acababa de empezar la típica película navideña que dan en los canales nacionales por las tardes, pero ninguno de los dos consiguió acabar de verla, pues ambos nos quedamos dormidos.

Empecé a despertarme, aunque no llegué a abrir los ojos, quise disfrutar un poco más de los brazos de Vinnie rodeando mi cuerpo, bueno solo uno de ellos, porque con la otra mano sujetaba mi cabeza para mantenerme cerca de su pecho. Poco después escuché a la madre de Vinnie entrando al salón.

―Sois tan adorables―dijo Maria en un dulce tono y no muy alto, no quería despertarme, aunque ya lo estaba, solo que ella no lo sabía.

―Ella es la indicada, mamá―enserio acaba de decir lo que había escuchado.

―Eso espero, nunca te había visto tan feliz, cariño.

Esperé a que su madre se marchase del salón, y entonces alcé mi cabeza para mirarlo, a la vez sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas.

―Eyy ¿Y esas lágrimas?―preguntó sosteniéndome, y ambos nos sentamos.

―¿Lo decías enserio?―pregunté.

―¿Lo has escuchado?―yo asentí y él posó su gran mano en mi mejilla―Claro que lo decía en serio, nunca había querido tanto a alguien, y mucho menos había tenido tanto miedo de poder perderla―movió su mano hacia mi nuca y besó mi frente.

―Yo también te quiero―me senté encima suyo, enrollando mis piernas en su cintura y mis brazos en su cuello, lo abracé bien fuerte, como si no quisiera soltarlo nunca.

[...]

En la cena tan solo íbamos a ser cinco, los padres y el hermano de Vinnie, él y obviamente yo, la fiesta grande se haría mañana durante la comida. No iba a ser nada formal, tan solo una cena en familia en un día festivo, comeremos, colocaremos la estrella en el árbol y por último abriremos uno de los regalos de navidad.