Capítulo 3 -El centro comercial-

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Un mes. Habían pasado exactamente 31 días desde que fisuré la muñeca y gracias a dios hoy era el dia en que me iban a quitar la escayola, haber estado tanto tiempo sin poder usar mi mano dominante ha sido una tortura, más aún el no poder bailar ni entrenar, pero hoy sería libre.

Pero no queréis adelantaros, primero voy a resumir brevemente todo lo que ha ido pasando en estas semanas.

Estuve un par de días deprimida, después de la quedada con Jordan y sus amigos, aunque era algo normal, dadas las circunstancias, pero le hice caso a mi madre y seguí con mi vida.

Como ahora no podía bailar, empecé a faltar a la academia, ya que ir allí solo me hacia ver que yo no podía hacer todo lo que mis compañeros sí, llevaba un justificante médico, así que tampoco podían retenerme allí. Acabé intercambiando las clases por quedar con Jordan, porque si, no hemos dejado de vernos.

Jordan y yo nos hemos estado viendo a lo largo de estas semanas, me gustaba estar con él, era divertido y me hacia sentir bien, además sienta bien quedar con alguien que te entiende. Yo nunca he tenido muchos amigos, y desde que comencé a crecer en las redes me di cuenta de que muchos me querian por intereses, y que quedaban conmigo para hacerse fotos conmigo y cosas así. En cambio cuando quedo con Jordan es como que no debo preocuparme de estas cosas, además antes de conocernos en persona ya habíamos estado hablando durante meses, y ahora que nos conocemos es mucho mejor.

El tema con Vinnie es algo más complicado, no por mi parte. Él se ha apuntado la mayoría de las veces que Jordan y yo quedábamos, a mi no me pareció mal, todo lo contrario, Vinnie era un chico muy agradable y gracioso, pero a veces está distante, físicamente, sobretodo cuando está con el skate, no se acerca a mí, no quiere volver a hacerme daño, y aunque le he dicho millones de veces que no iba a pasar nada, él sigue sin hacerme caso.

Él y yo seguimos hablando por mensaje después de aquella conversación que tuvimos el día que nos conocimos, de hecho, diría que hemos hablado cada día desde entonces, y creo que a estas alturas podría considerarlo un amigo más.

Ahora que está más o menos todo dicho, podemos seguir con lo que realmente importa. La libertad de mi brazo.

Se sintió tan bien cuando el doctor empezó a cortar la escayola con la sierra y como con ayuda de unos fórceps la abrió y mi brazo quedó sin nada blanco que lo cubriera.

Al principio fue una sensación rara, el poder mover y doblar la mano de nuevo, y aún tenía alguna que otra molestia, pero nada que un par de sesiones de fisio no pueda curar.

― ¿Puedes dejarme en el paseo de la fama? Donde el teatro―le dije a mi madre cuando nos subimos al coche.

―¿Y eso? ¿Has quedado con alguien?―me miró.

―Con unos amigos―me puse el cinturón y le giré la cabeza a mi madre, no quería mirarla.

―Sabes que no me gusta que te veas con ese chico―dijo refiriéndose a Vinnie.

―Lo sé y lo entiendo, pero soy mayor mamá y sé con quién debo y no juntarme, Vinnie, es buena persona, si no quieres verlo, es tu problema―solté y la verdad, me quedé muy agusto.

Mi madre no volvió a decir nada en todo el camino, se dedicó a conducir y yo a mirar a través de la ventana. Ella sabe que en el fondo tengo razón.

―Te quiero en casa antes de las siete―dijo deteniendo el coche.

―Siete y media―sugerí.

―Siete y cuarto―contraatacó.

―Está bien―me rendí―A las siete y cuarto estaré allí―estiré mi cuerpo y mi brazo a la parte trasera del coche para coger mi bolso―Nos vemos luego.

Desde el día que te ví ft. Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora