Había pasado poco más de una semana desde que fui al centro comercial con Vinnie, y también había pasado poco más de una semana desde que quedé con los chicos por última vez.
Sé que aquel día dijimos de vernos una última vez antes de que acabara el año, ya que muchos de nosotros nos íbamos de Los Angeles para volver a casa o ir a ver a la familia, pero a mi se me hizo imposible. Justo al volver de las vacaciones de navidad, tendría la audición para interpretar a Clara en el "El lago de los cisnes" y tuve que dedicar todos aquellos dias en practicar y pulir aún más mi técnica, sobretodo después de la lesión, no es que me dejara secuelas muy grandes, pero si siento que tengo menos fuerza y movilidad.
Al menos tenemos planeado vernos al regresar todos, pero he de decir que los he echado de menos, y el hecho de no vernos en casi un mes, es terrorífico, desde que nos conocemos nunca hemos estado sin vernos tanto tiempo.
Hoy era día 23 de diciembre, concretamente las cuatro de la mañana de aquel día, para llegar al aeropuerto antes de las seis, teníamos que salir de aquí en menos de media hora. Obviamente para irme de viaje y en un vuelo de más de dos horas y media no iba a arreglarme ni ir super diva, nunca entenderé a la gente que va super formal para coger una avión, debe ir super incómoda.
Cogí unos joggers bastante grandes color gris, una camiseta básica blanca y una sudadera que me dio Vinnie de la primera colección de "Purgatory", era negra con las letras blancas, por último me puse las converse blancas de plataforma y me recogí el pelo en una coleta.
Aunque solo íbamos a estar en Seattle 10 dias, mi maleta pesaba muchísimo, así que tuve que pedirle a mi padre que me la bajase por las escaleras.
He de admitir que en el camino en coche hacia el aeropuerto me quedé dormida, pero no me extraña, me había despertado muy temprano y tampoco había descansado mucho durante la noche.
―Cariño, despierta―dijo mi madre sacudiendo mi pierna―Hemos llegado.
Entreabrí los ojos y todo estaba oscuro, el único foco de luz eran unas pequeñas bombillas parpadeantes, estábamos en el parking del aeropuerto.
Salimos del coche, y miré la hora en mi reloj, eran las seis de la mañana, y cuando salimos del parking ni siquiera había amanecido aún.
Lo primero que hicimos fue facturar nuestras maletas y después de pasar por unos controles nos fuimos a sentar en unos bancos hasta que fuera hora de coger nuestro vuelo.
Mis padres aún siguen sorprendiéndose cuando la gente me pide fotos o me ruega que grabe algún tik tok, aún no están acostumbrados, pero no los culpo, yo sigo sin hacerlo también.
Sé que en parte debo agradecérselo a los chicos, porque aunque yo ya tenía seguidores antes de conocerlos, desde que me junto con ellos he ido creciendo a un ritmo mucho más rápido que antes, y creo que en parte eso es lo que le da rabia a la gente, creen que solo me junto con ellos para crecer en las redes sociales, y ya he dicho millones de veces que seguiría juntándome con ellos si no fueran conocidos y no tuvieran seguidores, porque son de las mejores cosas que me han pasado.
―Vuelo 283 con destino a Seattle―escuché por megafonía―Vuelo 283 con destino a Seattle.
―Debo irme ya―dije entregándole el movil a la niña de 10 años.
―Gracias por haber grabado el video con mi hija―la madre me sonrió―Le encantan tus tik toks.
―Ha sido un placer, es una niña maravillosa―sonreí acariciándole el pelo. (a la niña)
―Adiós―dijo la pequeña con coletas de oro.
―Adiós―volví a sonreír antes de volver con mis padres.
Antes de entrar al avión me hicieron tirar el café que llevaba en las manos, una pena porque ni siquiera me lo había terminado.
―¿Has sabido algo de Emma?―le pregunté a mi madre una vez nos sentamos en nuestros correspondientes asientos.
―No desde que cogió el vuelo anoche―se encogió de hombros―Si todo va como tiene que ir, llegará incluso antes que nosotros.
―¿Y a la abuela le fue bien el vuelo?
―Si si, además la tía fue a recogerla al aeropuerto, llegó sana y salva.
―Me alegro―sonreí.
No tardamos mucho tiempo en despegar. Puede sonar raro, pero ir en avión me relaja muchísimo, es una cosa que disfruto mucho, y eso, mezclado con mi sueño, hizo que cayera redonda un par de minutos después del aviso de que puedes retirarte el cinturón, de hecho, mi madre tuvo que despertarme una vez aterrizamos, porque ni siquiera me había enterado.
Mientras esperábamos nuestras maletas en la cinta, quité el modo avión del móvil por primera vez desde que bajamos del avión, y me sentí aliviada al ver que Emma me había mandado un mensaje hace como una hora, de que había llegado sana y salva y que la tía la había recogido en el aeropuerto.
Tras casi media hora de espera, al fin pudimos coger las tres maletas y conseguimos parar un taxi para que nos llevara y apenas tardamos un cuarto de hora en llegar al vecindario de Laurelhurst.
El hombre nos dejó justo en frente de la casa de mi tía, e incluso nos ayudó a descargar las maletas, mi padre le pagó dejándole un porcentaje de propina y empezamos a atravesar en jardín delantero hasta la puerta.
Fue mi prima Rebecca, un par de años mayor que yo, quien nos abrió la puerta, nos abrazamos fuertemente y luego pasamos todos al salón, allí se encontraba mi abuela, sentada en un sillón, me acerqué a ella y rodeé su cuerpo con mis brazos.
―Te he echado de menos abuelita―dije besando su mejilla.
―No más que yo, cariño―sonrió.
Me dí la vuelta para dejar espacio y que mis padres pudieran saludarla, y entonces vi a Emma estirada en el sofá durmiendo e incluso roncando, debe ser por el jetlag, pero era mi hermana y no la veía desde hacia meses, así que no me importó despertarla, esta vez no.
Me arrodillé en el suelo y empecé a pasar un mechón de mi pelo sobre su nariz para hacerle cosquillas, ella abrió los ojos con el ceño fruncido, y cuando se dio cuenta de que era yo, se abalanzó literalmente sobre mi. En ese momento me sentí completa, mi otra mitad estaba conmigo.
―Ni siquiera me voy a enfadar por haberme despertado―dijo sin soltarme.
Finalmente decidimos separarnos para que así mis padres pudieran saludar a su hija, yo fui a abrazar a mi tía que se encontraba observando la situación y luego me agaché para saludar a la pequeña Jules, que apenas tenía tres años.
Aquel día no hicimos gran cosa más que estar en familia y disfrutar de la compañía del resto, comimos, reímos e hicimos lo que haría cualquier familia reunida.
La noche fue lo más divertido, al menos para las chicas, ya que éramos 4 personas durmiendo en una habitación, estuvimos jugando con Jules hasta que esta cayó rendida, y luego las tres estuvimos contándonos cosas de nuestra vida, chicos, amistades, etc.
―Estoy segura que tu eres la que tiene más pretendientes―dijo Rebecca.
―No te creas―dije algo indiferente.
―¿No me digas que no ha pasado nada con ninguno de esos chicos con los que te juntas?―me miró con una ceja arqueada.
―Yo no he dicho eso, pero esos chicos son algo así como hermanos para mí, tampoco me gustaría arruinar esa amistad por salir con alguno de ellos―me encogí de hombros.
―¿Ni siquiera te arriesgarías por Vinnie?―preguntó―He leído cosas―me quedé callada.
―Se besaron―comentó mi hermana susurrando―Dos veces―Rebecca me miró con la boca abierta.
―Eres la favorita de Dios, sin duda lo eres―todas reímos.
No tardamos mucho más en empezar a sentir sueño, así que apagamos la luz y cerramos los ojos.
ESTÁS LEYENDO
Desde el día que te ví ft. Vinnie Hacker
FanfictionLyn Ashton es una chica normal hasta que uno de sus videos se viraliza en la plataforma de Tik Tok, eso le permitirá conocer gente como Jordan Huxhold, quien acabará persentándole a Vinnie Hacker, el famoso tik toker de moda. Un trágico altercado ac...