Lyn Ashton es una chica normal hasta que uno de sus videos se viraliza en la plataforma de Tik Tok, eso le permitirá conocer gente como Jordan Huxhold, quien acabará persentándole a Vinnie Hacker, el famoso tik toker de moda.
Un trágico altercado ac...
―¿Estás bien?―me preguntó Vinnie, mis ojos estaban hinchados y muy rojos de tanto llorar. Yo asentí.
―¿Puedes decirle a Thomas que no me grabe? Estoy horrible ahora mismo―le pedí.
―Si, claro.
Levanté mi cabeza, pues estaba apoyada en el hombro de Vinnie, y este se inclinó hacia delante para alcanzar el asiento de Thomas, él estaba ya grabando parte de su blog, por eso había dicho que no quería que me grabara.
―Si, si tranquilo―respondió Thomas, y durante unos segundos se giró a mirarme―Tu no te preocupes, Lyn, si en algún momento no te sientes cómoda con la cámara tan solo dímelo.
Hera no estaba muy acostumbrada a los viajes en coche, y la pobre se pasó todo el camino en el transportín magullando. Yo quería sacarla para poder abrazarla, pero Vinnie no me dejó por miedo a que si se mareaba vomitase en el coche.
Tras 45 minutos en coche llegamos a una gran valla, Thomas presionó un botón y automáticamente la puerta se abrió. Subimos una especie de colina, era un paseo de tierra, y recorrerlo por 5 minutos, llegamos al exterior de la "mansión". Una de las cosas que más me gustaba era la pequeña fuente que había fuera, además ahora que era de noche, se veía el agua iluminada por las luces que tenía la fuente.
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Todos los integrantes de la casa nos esperaban en la puerta, así que en cuanto nos bajamos del coche se acercaron a nosotros.
―¿Ohh es un gato?―preguntó Mia agachándose para ver el interior del transportín.
―Si―respondí.
―Thomas y yo también tenemos gatos, seguro que se harán amigos―sonrió. Mia era una chica muy agradable.
Los chicos se encargaron de llevar las pocas cajas que traíamos con nosotros a nuestra nueva habitación, yo seguí a Kouvr y Mia hasta allí. La habitación era gris, y tan solo estaba equipada con una cama negra y un escritorio, ni siquiera tenía cortinas, tendríamos que hacer muchos arreglos.
Nos dejaron solos para poder empezar a colocar nuestras cosas.
―¿Que te parece?―preguntó acercándose a mí. Yo estaba agachada dispuesta a abrir la compuerta del transportín de Hera.