Capítulo 154 - ¿Ha muerto? -

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— Ella es la nieta. —dijo la enfermera señalándome.

— Hola, soy la Doctora Kepner y he estado al mando de la operación de su abuela.

— ¿Ha muerto? — fue lo único que logré sacar por mi boca.

— Pese a que hemos tenido varias complicaciones a lo largo de toda la operación ha conseguido sobrevivir. 

En aquel momento sentí un alivio inexplicable, llevaba horas tratando de hacerme a la idea de que perder a mi abuela hoy era una posibilidad, pero me alegró mucho saber que eso no había pasado. 

— Aunque su abuela todavía no está fuera de peligro. —añadió. — Se dio un golpe muy fuerte en la cabeza y ahora mismo está conectada a un respirador. Queremos ser optimistas, su abuela podría despertar en minutos u horas, pero también es una posibilidad que pueda tardar días e incluso semanas.

— ¿Y no despertarse también es una posibilidad? —pregunté.

— Siempre es una posibilidad, pero no te pongas en lo peor ahora, quédate con que tu abuela está viva. —asentí. — Tu abuela está ahora en reanimación, una enfermera vendrá a buscarte cuando la suban a planta y podrás verla.

— Muchas gracias, Doctora Kepner.

En el instante en que me dejaron sola en la sala de espera no pude evitar ponerme a llorar, llevaba horas en mucha tensión y muy nerviosa, y llorar era mi manera de desahogarme. Alrededor de las siete vino una enfermera para llevarme con mi abuela.

Me impactó mucho verla con un tubo por la boca y toda rodeada de cables, siempre pensé que todavía me quedaban muchos años para ver esto, supongo que esta equivocada. La misma enfermera que me llamó en Seattle y que había estado ayudándome aquí me trajo una almohada y una manta por si quería dormir un poco en el sofá de la habitación, pues sabía que no había pegado ojo desde que llegué. Se lo agradecí, pero no quería dormir, iba a dedicarme a rellenar un montón de papeles sobre mi abuela que me habían ido dado a lo largo de la noche.

Pese a que intenté mantener la mente entretenida rellenando los papeles del seguro de mi abuela no podía dejar pasar el hecho de que las horas seguían pasando y mi abuela no despertaba. Sí, sé que la doctora ha dicho que podía ser un proceso lento y podría llegar a tardar dias o semanas en despertar, pero yo no podía esperar tanto tiempo, quería que despertara ahora.

Una parte de mi se sentía culpable de que mi abuela estuviera así, no porque yo hubiera estado implicada indirectamente en esa caída, pero me hacia sentirme muy mal que no hubiera venido antes a visitarla, la última vez que nos vimos fue hace meses, casi medio año y eso es algo que jamás podré perdonarme.

Aún así tenía algo claro, en cuanto mi madre y mi tía llegaran a San Francisco iba a tener una larga conversación con ellas y sobre un tema bastante importante. Mi abuela es una mujer muy mayor ya, y su casa para nada está adaptada a ella, tiene muchas escaleras y tiene demasiados obstáculos para su día a día, así que no me iré de San Francisco sin haberle buscado una nueva casa a mi abuela. Una casa de un solo piso para que no tenga que subir escaleras, pero con jardín ya que ella adora la jardinería. Encontrar una casa así en San Francisco no será fácil y seguramente tampoco barato. Mi abuela ya tenía su casa pagada al completo, pues era una casa heredada, y sé que no querría meterse en un ahipoteca a su edad, así que la pagaremos entre mi madre, mi tía y yo, y no aceptaré un no por respuesta.

De tanto pensar los ojos se me empezaron a cerrar y...

[...]

Una llamada procedente de mi móvil hizo que abriera los ojos de inmediato, y aquello me hizo darme cuenta de que me había quedado completamente dormida. Miré hacia la derecha para coger el móvil y casi me da un infarto. Vinnie se encontraba sentado en el otro lado del sofá. Pegué un bote y me puse la mano en el pecho, aún asustada por su presencia.

Desde el día que te ví ft. Vinnie HackerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora