— ¡NO! ¡NO! — Grité desesperadamente abrazándolo. Aferrándome a él con todas mis fuerzas. Por Dios que no le hiciera nada, pero él fue guardando su arma lentamente detrás de su pantalón y debajo de su saco mientras yo seguía abrazandolo fuertemente.
— ¿No qué? — Jeremías se apartó de mí para observarme fijamente. Acomodo mi cabello por detrás de mí oreja como tantas veces lo había hecho anteriormente. — Bombón ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? — Preguntó preocupado, ya que jamás lo había abrazado de aquel modo.
— No. No... Me quiero que ir. — Dije nerviosa. Me levanté del sofá de inmediato, pero no podía dejarlo allí solo con ese demente. Era capaz de hacerle cualquier cosa.
— ¿A dónde quieres ir? — Preguntó rápidamente. — Espera un poco no estás en condiciones de ir a ningún lado. — Aseguró.
— Buenos días Yulia ¿Qué gusto verte? — Andrew entraba en la sala disimulando por completo su conducta de hacía un momento. Era un completo lunático ¿Qué clase de persona tenía ese comportamiento?
— Andrew. Yulia no se encuentra bien. Le traeré un poco de agua. — Jeremías salió rumbo a la cocina con paso firme mientras el Sr. Andrew se acercó hacia mí para sujetarme por mi brazo.
— Yulia te he pedido una cosa y tú aquí a punto de contarle todo a Jeremías ¿No entiendes verdad? — Masculló entre dientes.
— Está completamente...
— Shhh. — Me interrumpió bruscamente. — Con tal de ver sufrir a Jeremías haré cualquier cosa. Ya te lo dije antes. No lo dudes ni por un segundo. No vuelvas a intentar decirle algo porque tú serás la única responsable de lo que le suceda y él sufrirá las consecuencias. Contesta ¿Quieres eso? — Preguntó con tono sarcástico.
— Está bien. Está bien. ¡Suélteme! — Le pedí en medio de un sollozo ahogado.
— ¿Quedo claro? — Clavó sus maliciosos ojos en mi, amenazándome una vez más.
— ¡Sí! ¡Si! — Asentí con mi cabeza y me liberé de su mano. Jeremías volvió en ese momento con un vaso de agua en su mano.
— Bueno Jeremías ya que te encuentras mejor me iré a la Agencia. Debo ponerme al día con varios asuntos. — El maldito actuaba con una naturalidad que daba impresión, me estremecí al osbervarlo actuar de aqeul modo.
— Perfecto. Te llamaré luego. — Dijo Jeremías sin mirarlo ya que solo tenía sus ojos puestos en mi.
— Adiós Yulia. — Salió hacia el recibidor tranquilamente como si no hubiera ocurrido absolutamente nada.
— Yulia ven aquí. — Me pidió Jeremías pero lo único que quería era salir de allí cuanto antes.
— ¡No! ¡No yo... — Me hizo sentar nuevamente y puso el vaso entre mis manos. Bebí para aclarar mi garganta que sentía completamente seca. Necesitaba calmarme un poco.
— Yulia contestemente ¿Te sientes mal? — Preguntó sin darme lugar a otra opción más que contestarle.
— Jeremías. Jeremías. — Repetí algo nerviosa. Deje el vaso sobre un mueble pequeño que se encontraba al lado del sofá y sostuve su rostro entre mis manos mirándolo a los ojos, esos ojos color miel que tanto me perturbaban. Era la primera vez que yo me acercaba a él, nunca antes había hecho algo así ni con él ni con nadie. — Escúchame me tengo que ir de aquí. — Le rogué prácticamente.
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Yulia Primera Parte
RomanceYulia lleva una vida tranquila en Atlanta Georgia, junto a su familia y dedica sus días con sus amigos y estudiando fotografía. Pero esa actitud de una vida pacífica no es más que una fachada para esconder la crueldad de un brutal suceso que vivió e...