Capítulo 55

33 3 0
                                        


Cuando entré en el recibidor del apartamento llegué un poco aturdida. Me quité la chaqueta y la guarde en el armario del vestíbulo totalmente agotada. Hacía más de media hora que había huído de aquella fiesta y más de dieciocho horas que no dormía. Había pasado gran parte del día ayudando con toda la organización previa y había estado en ese evento. Situación, me correguí rápidamente. No había sido un evento. Aquello había sido una situación en la que había estado con la vista clavada en Jeremías y eso me había llevado a cometer el error de dejarme dominar por mis sentimientos hacia él. Pensativa, bajé mis manos de mi rostro. El sexo había sido su motivación me dije, y gracias a mis sentimientos había sido demasiado fácil. Dispondría de ahora en adelante de mis propios métodos, era evidente que siguiendo por ese camino nunca lograría nada, y eso no dejaba de angustiarme. Por otro lado no me cerraba la posibilidad de que Jeremías no dumiera con ella, era su esposa, esperaba un hijo suyo, vivían en la misma casa. Dificilmente fuera cierto aquello de que no dormían juntos. No podía olvidar que ella estaba de acuerdo con Andrew según lo que había averiguado Yigit. Pero eso no tenía que ver con ellos como pareja, pensé. Después de haber visto como Florencia con interés se colgada de su brazo y él inclinaba su cabeza hacia ella mientras le decía algo en su oído, cuando hacia tan solo 15 minutos antes haciamos el amor en la azotea no dejaba de hacerme ruido. Aquella no era forma en que dos personas casadas no tenían nada en común, pensé furiosa. Me recompuse frotando mis ojos cansados intentando alejar la rabia, la tristeza y porque no la impaciencia que sentía. Me permití ir hasta el aparador en busca de la botella de Whisky.

- Refrescame la memoria Yigit. - De espaldas a él me serví dos dedos de whisky. Él había permanecido en silencio desde que habíamos dejado aquel Hotel, cosa que no dejaba de extrañarme. De hecho había venido al volante de aquel coche como todo un dandy, después de que Jeremías le diera las llaves a él sabiendo que el muy cobarde las aceptaría sin chistar. Me negaba rotundamente a ese premio falso. Pero Yigit me conocía, era fácil que el detectara mis señales de angustia contenida. - Algo no cuadra ¿Cuantos años tiene Carol? - Pregunté girándome esta vez hacie él quien seguía de pie en medio de la sala con sus manos sobre sus tiradores tamborilendo sus dedos sobre ellos.

- Según por lo que sé unos pocos menos que el Sr. Jeremías. Este año cumplío veinticinco, tres menos que él. - Aseguró. - La próxima vez se más cuidadosa Yulia. - Me advirtió. - No te rescataré siempre. - Dijo divertido, sabía que se refería a mi ausencia durante la fiesta. Seguramente hubiera inventado alguna mentira al respecto.

- Lo tendré en cuenta. Gracias. - Repuse restándole importancia mientras me acurrucaba sobre uno de los sillones bebiendo a sorbos de mi vaso de whsiky - ¿Como es que no hay datos de una hija mujer? - Quise saber. - ¿Como nadie sabe de su existencia? ¿Como Andrew no lo sabe con sus artimañas? - Pregunté contemplando cómo se arremolinaba el licor antes de beberlo. - ¿Como no hay registro que la familia Martinez Godoy tuvo tres hijas mujeres y un solo baron?... Tiene que haber familiares, amigos, redes sociales, datos de colegios, universidades ¿Como desaparecio luego de la muerte de su padre? ¿Por arte de magia? Y haciéndola pasar por un hermano. - Estudié a Yigit por sobre el borde de mi vaso por un segundo. - Aquí hubo un asesinato y no encuentro una relación en todo esto - Concluí absorta en mis porpios pensamientos observando el licor, la luz que centelleaba a través del vidrio. - ¿Y como Florencia no conoce a Carol?

- Eso es facil. Florencia apareció en escena luego de la muerte del Sr. Gonzalo. - Su voz traslucía un dejo de entusiasmo. - Fue ahí al termino de la univerisad cuando él se recibio y se intaló aquí que ella apareció en la vida de la familia. Para ese entonces la Srta. Carol ya habría desaparecido. - Argumentó a la vez que el timbre comenzó a sonar ¿Quien diablo vendría a estas horas? Me pregunté molesta.

Yulia Primera Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora