Capítulo 14

158 84 80
                                    

Yulia solo espero que no estés metida en esto. ¡No dejas de dar problemas! — Me había dejado con la palabra en la boca. Uno de estos días perdería el control y la mandaría al mismísimo infierno. 

Me dirigí a su oficina preguntándome ¿Por que Yigit no había llevado el maldito café? Entré en ese momento sin pedir permiso.

Sr. Jeremías ¿¡Por qué ha hecho eso!? — Que diablos era lo que trataba de hacer, dije para mis adentros.

¿Tú que crees? — Se limitó a replicarme. 

¡No lo sé! — O mejor dicho no quería saberlo, me justifique e igualmente sostuve su mirada, no debía ser cobarde así que seguí viéndolo a los ojos.

¿¡No lo sabes!? — Puso sus manos en sus caderas y por un segundo perdí el hilo de la conversación. — ¡No dejaré que nadie te ponga las manos encima! — Me pregunté qué haría de saber que su amigo no dejaba de acosarme. — Y no me importa cerrar esa campaña sí sé que tu estarás incomoda con ese tipo. ¡No cambiaré una cosa por otra cuando se trata de ti Yulia! — Exhalé una bocanada de aire con algo de asombro tras sus palabras. Me aclaré levemente mi garganta. 

¿Por qué lo hace? — No vayas por allí Yulia me dije.

Y tú... — Reflexionó unos segundos antes de continuar. — ¿Por qué me besaste anoche? ¿Por qué tiemblas Yulia cuando estamos cerca? — Tiró de mí hacia él y seguramente alguien nos estuviera viendo desde fuera. — Y no me refiero a tus miedos sino a lo que sientes cuando estamos juntos. — Mordí mi labio sin saber que decir, nunca tenía claro que responderle cuando me hablaba de aquella forma.

No lo sé. — Volví a repetirle lo mismo porque no tenía una respuesta. Lo tenía tan cerca que era imposible razonar.

¿No lo sabes? — Volvió a replicarme. — ¡Pues yo si lo sé!... Yulia no lo pienses más. — Lancé un pequeño suspiro. — Solo tienes que sentirlo. Dime que lo sientes. — Añadió al tiempo que me roza mi nariz con la suya. — Yo te siento y mira estoy aquí para ti Yulia. — En ese instante sentí correr por mis mejillas un par de cálidas lágrimas.

¿Por qué estas llorando? — ¿Cómo podía decirle que tocaba cada fibra de mi cuerpo con solo hablarme de aquel modo? Me alejé de él y di media vuelta para salir de allí lo antes posible.

¡Yulia no te vayas! — ¿Qué otra cosa podía hacer? Recordé a Scarlett y su conversación sobre su novia y no había nada que pudiera hacer para quitarme esa angustia y la rabia de que me siguiera utilizando.

¡Jeremías creo que has mal interpretado todo! — Volví a tutearlo de forma que le quedara claro mi posición en aquel momento.

Yulia. — Me pegó a su cuerpo de nuevo lentamente.

¡Suéltame!... Por favor déjame...Déjame ir. — Después de pensarlo por un instante me liberó.

Yulia ¿Qué es lo que está pasando, de verdad que no te entiendo? — Al advertir su expresión de angustia me sentía mas confusa. 

¡No quiero que sigas buscándome!  — Afirmé con brusquedad. — ¡No me busques más!...No me conoces de nada y yo no te conozco ¡Ni siquiera sé quién eres! — Decidí que la mejor forma de defenderme era rechazándolo de esa manera. — ¡Déjame en paz de una vez! ¡Yo no te quiero! — Empleé un tono que claramente se podía decir que estaba ofendida.

Yulia no estoy bromeando ¿Lo dices en serio?... ¿No juegues conmigo? — Intentó acercase pero se lo impedí con un gesto de mi mano. 

¿Qué yo juego contigo? — Me indigné por completo. — ¡Acá el único que está jugando eres tú! — Mis ojos destellaron furia, mis celos se vieron superados por un enorme disgusto con él. 

Yulia Primera Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora