Capítulo 42

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- Me alegra oírlo porque en este momento tengo a un francotirador apuntando a Jeremías. - De repente sentí mi vista nublada, mis manos comenzaron a transpirar y podía escuchar los latidos de mi corazón retumbando en mis oídos.

- ¡No lo hagas por favor!... Sabes que cumpliré.- Le supliqué. Estaba en todas partes, me vigilaba, me perseguía como a una presa y no podía hacer nada para evitarlo, pensé mientras mis dientes habían comenzado a castañar.

- Lo sé cariño, solo quería recordártelo por las dudas. - Cortó la llamada dejándome temblorosa y con mis nervios alterados. Jeremías se acercó hacia mí de nuevo y de pronto tuve la impresión que algo se apagaba en mi interior.

- ¿Qué te sucede Yulia? - Tenía que dominar mis nervios inmediatamente pero cada aliento sofocado me causaba una quemazón de pánico.

- ¡Nada! - Me pareció que me faltaba el aire. - ¡Solo déjame en paz y aléjate de mí de una maldita vez! ¡No te quiero en mi vida! ¡Entiéndelo! - Di media vuelta y comencé a alejarme rumbo a la puerta de entrada al edificio. Tenía el cuerpo completamente frío.

- ¡Lamento escuchar eso, pero si es lo que deseas lo haré! ¡No lo dudes! - No volteé para verlo solo escuche sus palabras las cuales habían sido pronunciadas con ímpetu, gritándome y haciendo que su ira quedara reflejada en su voz siendo imposible ocultarla.

Me dolía el alma y tenía unas ganas inmensas de volverme hacia él y abrazarlo ¿Y si ese había sido nuestro último beso y casi no me había dado cuenta? ¿Ese sería el último recuerdo que iba a tener de nosotros dos juntos? Una despedida apurada y no le había dicho que lo quería, no podía hacerlo. Se lo había manifestado en otras oportunidades sin embargo nunca sería suficiente porque lo amaba más allá de cualquier circunstancia. Antes de entrar al edificio apenas giré mi cabeza para asegurarme que se fuera sin ser herido y lo vi yéndose hacia su camioneta junto a Harry quien se encontraba hablando con Edward que acaba de llegar seguramente para quedarse como me lo había mencionado. Aquella especie de agonía que sentía en ese momento comenzó a disminuir muy lentamente.

- Yulia estoy sudando demasiado. - Yigit no dejaba de dar vueltas alrededor de la mesa de su comedor. - Todavía estoy temblando. - Lo entendía a la perfección porque de hecho yo no podía dejar de hacerlo. Me deje caer sobre uno de los sofás hundiendo los dedos sobre mi cien para tratar de aliviarme el dolor que empezaba a agudizarse en mi cabeza.

- ¡Dios Yigit acabo de dejarlo de nuevo! - Con todos los nervios de sentirme atrapada en una pesadilla igualmente percibía que había hecho lo correcto. - ¡Lo voy a perder para siempre por culpa de un lunático! - Levanté mis cabeza para poder ver a Yigit a los ojos. - Mientras estábamos allí afuera Andrew me llamó por teléfono para decirme que un francotirador estaba apunando en ese momento a Jeremías. No puedo más. - Dije sin aliento. Esataba cansada más que cansada, me sintía fastidiada.

- Cálmate. - Él tomó asiento junto a mi abrazándome. Era tanta la presión que sentía que se me hacía imposible poder llorar. Solo podía pensar en que él estaba a salvo y no le había sucedido nada. - Todo esto dejo de ser un simple juego de palabras Yulia, hemos perseguido como mafiosos a vaya saber Dios quien y no sabemos que estaba dispuesto a hacer. Me sentí como si hubiera estado en medio de una película de acción. Y ahora me hablas de un francotirador. Esto es completamente irracional y estas corriendo peligro.

- Lo sé y perseguir personas, vivir situaciones peligrosas que no dejan de preocuparme van a terminar trastornándome más de lo que ya lo estoy. - Me sentía impotente e incapaz de luchar contra quien sabía qué. - ¿No sé cómo viviré de ahora en adelante? Andrew no me dejara vivir tranquila.

Yulia Primera Parte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora