24 de septiembre: 11: 21 a.m.

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Estuve con la muerte y la vida discutiendo con quién me quedaría, si me iba con el señor llamado muerte o con la mujer llamada vida.

Dos días decidiendo con quién me quedaba...fue horrible saber que por un momento me iría con la muerte.

No recuerdo nada, solo la fiesta y como me asfixiaba lentamente. Mi madre seguía muy pendiente de mi, pero siempre que preguntaba quién era mi donante no decía nada. Me sentía mal. Quería saber para que en mis oraciones agradecerle.

Andrés había llegado esa mañana, sus ojos marrones estaban puestos en todas partes menos en mi, yo seguía escribiendo en mi cuaderno o como decía Ellie, mi diario. Cuando ella me detallo lo que vivieron en el hospital por mi, no pude reprimir las ganas de llorar y aproveché para escribirlo allí, era como un libro de mi vida.

—¿Vas a decirme ahora sí?— indague sin verlo, seguía mejorando algunas cosas en el diario.

—¿Decirte que?

—No te hagas, llevas ignorando mis preguntas desde hace una semana que salí del hospital. Ya estoy bien.

—El doctor dice que necesitas reposo, y no alterarte— el seguía leyendo su libro, bueno en realidad es mi libro.

—Vamos, Andrés. Por favor. Solo quiero agradecer.

—Odrwi— dijo.

—Te dije que no quiero saber nada de ella.

—Fue Odrwi.

Mi mirada se elevó hacia Andrés, trate de procesarlo.

—¿Qué dices?

—Odrwi fue tu donante, Alex.

Mi pluma calló al suelo emitiendo un eco el cual se repitió en mi cabeza mis ojos se aguaron y mi corazón empezó a latir descontrolado.

—¡No es verdad!— negué y agarre mi cabeza—. ¡Eso no es verdad, ella no puede estar muerta! ¡No puede Andrés!

El moreno se acercó a mí y llore en su pecho, sin poder asimilar nada. Solo el hecho de que mi poema se había hecho realidad.

Siempre fuiste mi salvación.

Mi vida entre tu pecho ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora