17 de febrero: triste realidad

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Y simplemente deseé extinguir.

Y simplemente deseé no vivir.

Y simplemente no desee existir en una triste realidad y terminar lastimada.

Porque todos en algún momento terminamos heridos; destrozados y con el alma tan rota que ya no desearías amar. Yo terminé rota por la vida, quizás no fue mi mejor amor, porque a pesar de enamorarme de sus imperfecciones, nunca fue correspondido. Y quizás no me entregué lo suficientemente y terminé hecha trizas. Quería enamorarme de la vida, quería sentirla y terminé odiando la triste realidad que me golpeaba.

Las luces de las farolas iluminan la solitarias calles, los autos estacionados, el cielo triste; con ganas de llover. Un relámpago da entrada a una ráfaga de lluvia, elevo la capucha de mi camisa y me cubro un poco, las solitarias calles me guían a un sendero oscuro, a un lugar sin conocer. Tampoco tengo intensión de hacerlo, quizás si debí de tomar mi ruta, pero no quería estar en la misma zona de confort que me mata, me altera. Otro relámpago azota el cielo, en una enorme línea marcándolo.

El cielo, triste y destrozado. Y yo sintiendo su compañía, quizás sea la soledad, o quizás es el parecido entre el cielo y yo. Deseé acabar con lo que quedaba, pero no quedaba más que un alma queriendo ser amada y un corazón roto siendo acabado cada día. Termine enfrente de un bar, las brillantes luces azules iluminando la entrada y el hermoso azul neón marcando el nombre: "Laguna Azul". Termine creyendo que ese era mi propósito y quizás si fue así, quizás a la hora de atravesar aquel bar y sentir las luces en mi rostro era mi destino. Algo me decía que ese era y que aquella Laguna Azul terminaría siendo mi hogar, y lo sentía. Porque primera vez en mi alma sentí la compañía. Y tal vez era la multitud a mi alrededor, pero no. Iba más allá de que a quienes tenía al lado, atrás y a mi alrededor. Termine creyendo que Laguna Azul sería mi nuevo hogar.

Atravesé la multitud y camine en medio de ellos, no tenía un destino o quizás ya lo había encontrado, solo faltaba descubrir porque había llegado hasta aquí. Mis pasos se detienen, mi respiración se esfuma, frente a mi está un pequeño escenario, un micrófono y una guitarra, el impulso de subir y contar me atacan.

—Sube— alguien habla a mi lado —. Puedo sentir las ganas que tienes.

—No son lo suficientemente para hacerlo— contesto sin dejar de mirar la hermosa guitarra.

—Tal vez necesitas un pequeño empujón— sentí sus manos en mi cadera, su cuerpo se inclino al mío, más cerca, pude sentir su pesada respiración en mi cuello —. Y tal vez yo lo sea.

Basto solo de esas palabras para entender, el me tomo de la mano y me guío tras el escenario, cuando terminó de guiarme, me detuve a observarlo; sus grandes ojos marrones me observaban, su cabello castaño revuelto, y su atuendo, bueno su atuendo era el más extraño que había visto; tenía unos shorts hasta la rodillas, una camisa blanca y una banda amarrada a su cuello, con un estilo francés.

—Soy Ben.

—Alex.

El me inclino su mano y me señaló el escenario, quizás si deba subir, y así lo hice. Cuando termine y quedé enfrente de tantas personas mi corazón dejo de latir por unos minutos, no tenía el conocimiento si era por mi enfermedad o la emoción que ahora recorría mi cuerpo. Ben termino por irse y se hizo en medio de la multitud en una mesa cerca del escenario, con una copa en la mano la inclino hacia mi y me sonrió, no puede aguantar y terminé sonriéndole. Ahora la multitud esperaba por mi.

Tenía miedo claro, ser observada y con tanta intriga y con tanta intensidad me quitaba el aliento. Tome la guitarra y acerque el micrófono a mi.

—Eh... soy Alex— pause, y decidí mirar a Ben, el levanto sus pulgares y eso por alguna razón me lleno de alivio —. Espero y les guste.

No pude reprimir una sonrisa, sonríe porque en medio tantas personas me sentí viva, y gracias a ese chico con rasgos francés terminé dónde siempre quise estar. La melodía de la guitarra empezó a sonar, le sonríe al público y no puede aguantar, mi voz suplicaba cantar.

"Llegaste en el mejor momento, llegaste en el preciso instante que iba a partir, llegaste a enamorarme y hacerme sentir.

Sabes no pido nada más que llegues a mis brazos y sumergirme en tu paz, que soy un enamorado que se confunde al pasar,  que tal vez necesita de tus labios para aprender a amar y curar una herida que dejo una partida.

Cuando llegaste tu, llenándome de paz, encendiste una luz en lo profundo de mi alma, apagando el dolor y reemplazándolo por amor.

Y llegaste tu a ayudarme a explorar al mundo con una sonrisa en tu rostro y un corazón tan profundo.

Llegaste en el mejor momento, llegaste en el preciso instante que iba a partir... llegaste a enamorarme, llegaste a salvarme, llegaste a enseñarme a amarte , llegaste ayudarme a descubrir la perfección del mundo, y llegaste tu con el propósito de quedarte"

Deslizo mis dedos por las cuerdas de la guitarra, dejo el micrófono a un lado y por fin abro mis ojos, el público me mira sorprendido. Ben se levanta y empezó a aplaudir, los demás lo acompañaron con una sonrisa en sus rostros, quizás no me espere esto, quizás me espere que dijeran que contaba horrible, pero no. La realidad es que les gusta, tal vez necesite unos arreglos pero les encantó mi canción. Unos brazos rodean mi cintura, los silbidos dan entrada, sonrió y siento como mi corazón late de alegría.

—Estuviste genial— Ben sonreí a mi lado, tomo mi mano y la elevo junto a la suya.

Por un momento me sentí en casa, sentí el calor del amor en el ambiente y creo que así era, Ben me atrajo a el y me abrazo. Si esto se sentía estar en casa, jamás me iría de aquí. La multitud me sonreía y me veía como si fuera un ángel, y quizás para ellos yo fui el ángel que llegó a su camino, pero para mí ellos eran el ángel

Sabía que este sería mi hogar.

•••

Hola, aquí yess, sobre la canción bueno, supongo que no es la mejor, pero deben entender que no soy compositora y que algunas otras canciones fueron mi fuente de inspiración.

Le dejo el nuevo capítulo: explico porque dice "17 de febrero: triste realidad" bueno como saben Alex, tiene un año de vida y por eso empezaré a contar cada día de su vida algunas veces me saltaré y eso.

Gracias por el apoyo.

Mi vida entre tu pecho ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora