28 de marzo: segundo encuentro

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—¿Así que estuviste muerta?— Andrés frunce su ceño, y yo le sonrío.

—Exactamente— respondo —. Pero ella...— recordé aquella cabellera anaranjada y aquellos ojos miel —. Me salvó, valore el significado de la vida, porque esto es un instante y... Me gustaría vivir lo que queda de mi vida.

—No creí que tú, bueno anhelaras morir.

Moví mi cabeza y lo miré con cariño, recordé la vez que lo vi y lo salve de aquél salvaje hombre, supongo que a cada uno nos llega nuestro ángel guardián, ¿Será ella el mío?

—Al principio, ahora solo deseo vivir.

—¿Qué has sabido sobre el donante?

Mi pecho se oprimió, sentí un dolor.

—Mis padres — deseé reprimir las ganas de llorar pero no pude —. Es tan difícil Andrés, no encuentran ninguno.

En ese momento recordé la vez que mis padres quisieron donar el suyo, el doctor había dicho que no eran compatibles, mis padres habían querido salvarme pero yo no me hubiera perdonado perderlos.

—Lo siento — sus ojos se aguaron, Andrés tomo mis manos sobre la mesa y la acarició —. Estoy contigo.

Y me basto de eso para sentirme de nuevo bien, suspiré aliviada y le sonreí.

—Gracias.

—¡Hola Alex! — Lisa grita sobre la música —. El público pregunta, ¿Cuándo vas a volver a cantar?

Le sonreí, pero negué.

—¡No! Es inaceptable tu respuesta, ahora levanta tu lindo trasero y llévalo hasta el escenario — Andrés se levantó y me jaló, corrió conmigo hasta el escenario, y me empujó quedé enfrente de todos.

Las personas dejaron lo que estaban haciendo, unas me sonrieron y otras fruncieron su ceño.

—Hola — toque el micrófono —. Soy Alex, creo que me conocen — sonreí —. Me gustaría cantarles una de mis canciones favoritas de Has-Ash, no sé si la conozcan se llama ex de verdad.

Todos aplaudieron, me sentí aliviada y de nuevo en casa.

—Por qué hoy en mi tranquilidad si es tan grande está cuidad hoy te tuve que encontrar ohh, por qué tu sonrisa despertó sentimientos que guarde con candado en un cajón, por qué!! Eres el peor amor que he conocido, tan perfecto que no te olvido piensa en mi ayúdame a odiarte, has las cosas que hacen los cobardes, no me trates bien, no sonrías más pues mi alma sigue sufriendo se un ex de verdad y trátame mal, ayúdame con eso....— respiro un poco y le sonrío al público.

Iba a empezar a cantar cuando una cabellera anaranjada llamo mi atención, mi respiración cesó por unos segundos quise continuar, pero esa sonrisa me dejó sin aliento, ella estaba ahí parada me había visto cantar y al parecer le había gustado. La música seguía, pero Levante mi mano y le indique al de la guitarra que ya no más, no me quedé a presenciar lo que iba a decir, baje de allí y camine en medio de todos hasta llegar hasta ella.

—Hola— me sonrió.

Me quedé unos minutos viéndola; había algo que en sus ojos me llamaban la atención, no sabía que era, pero mi silencio me sorprendió.

—No te agradecí por salvarme.

Y no sabía que estás palabras cambiarían todo.

****

Holaaaaa, perdón por no actualizar estaba ocupada, ya saben la vida de las personas es diferente, en fin ¿Teorías? Ningunas, okey. La verdad en mi opinión no fue uno de los mejores perooo le puse mi esfuerzo y es lo que cuenta, ¿Saben? Me gustaría terminar rápido el libro, porque tengo nuevos proyectos, nuevos libros y  lo que más deseo es publicarlo que ustedes les guste. Se que estoy empezando y que aún no hay muchas personas pero valoro cada vista y cada voto, saben que los amo.

Bai.

Ig: yessss2_

Mi vida entre tu pecho ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora