—¿Cómo sigue mi hija doctor— indaga la madre de Alex —. ¿Alguna noticia del donante?
—Señora, su hija no está bien, no hay noticia del donante y su corazón no creo que resista mucho.
—¡No! ¡¡Por favor Dios mío!!
—¿Melissa?— el padre de Alex se acercó a la Melissa, su ex esposa —¿Cómo está Alex, Melissa?
La mujer por unos segundos la dominó la irá, y en unos segundos le había propinado una cachetada.
—¿Qué haces aquí?, No mereces estar aquí, vete. ¡Que te vayas!
—Ella es mi hija Melissa, no puedes prohibirme en verla.
—¿Ahora es tu hija?, ¡verte al demonio Andrew!
La mujer pasó por lado del hombre no quería verlo, solo pensaba en su bebé. En como tan rápido había crecido, y en todos los recuerdos que tenía.
Andrés estaba en medio del pasillo, había visto la escena en la había montado Andrew y Melisa y posiblemente había escuchado lo que dijo el doctor.
El chico paso por el lado de Melisa y le gritó al doctor, mientras este se marchaba.
—Quiero donar mi corazón— el chico lo dijo tan alto que Andrew y Melissa lo había escuchado.
—¿Está usted seguro?— el doctor analizó el rostro del chico, estaba muy mal.
—Muy seguro, y tengo la edad de tomar mis decisiones si es eso lo que le preocupa.
—¡No vas a hacerlo!— la madre de Alex había llegado justo a tiempo —. No vas a morir, todos amamos a Alex, pero no puedes hacerlo. Debemos aceptar que Alex se irá.
—¿Desean desconectarla ya?— el doctor indagó.
—No, mañana. Hoy preparemos su sepelio.
Los chicos había llegado. Y se había ofrecido a ayudar a la madre de Alex en organizar su sepelio.
—Gracias, chicos.
En casa de Alex:
—Parece una pesadilla— susurró Caroline sus ojos se detuvieron en los demás.
—¿La amas?— indagó curioso Andrés.
—Como no tienes idea.
Los demás se quedaron en silencio, atentos a la conversación.
Andrés abrió la boca dispuesto a hablar pero su celular empezó a sonar. Se alejó un poco y contestó:
—¿Hola?
—Hola, ¿Cómo estás Andrés? Quería saber ¿por qué no has podido venir a trabajar?.
Andrés se le formó un nudo en la garganta.
—Alex, está a punto de morir.
En el hospital:
—Hola, quiero saber dónde se encuentra la paciente Alexandra Remington.
—¿Es usted alguna familiar?
—No, soy su novia— contestó la chica de cabello anaranjado.
—No creo que la dejen pasar, ya en unas horas la van a desconectar.
Odrwi perdió el alimento por unos segundos.
—¿D-Desconectar?
—Así es, el donante no llego, y su madre pidió entonces que ya la desconectarán.
—Quiero verla.
la enfermera suspiró, unos segundos y luego le susurro que la acompañará, guío a Odrwi hasta la habitación y la dejo sola.
—¿Como? ¿Por qué nunca dijiste que estabas enferma?— las lágrimas se deslizaban por las mejillas de la chica—. En el poema me decías que si yo era tu salvación, ¿A esto te referías?, ¿Soy tu salvación?— Odrwi se acercó a Alex y le plantó un beso en su sien—. Prometo sacarte de aquí, esta vez si cumpliré mi promesa. Te amo, Alex. Hoy y siempre.
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Mi vida entre tu pecho ©
Romance[TERMINADA Y EDITANDO] Cuando Alex estuvo a punto de morir, la tarde lluviosa; de sus favoritos. La tarde en qué había tomado la decisión de partir, de la nada apareció ella, aquella chica despreocupada, con aires libres y con amor para brindar. Lle...