23 de febrero: Un mar de preguntas

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Tenía la certeza de cambiar al mundo, tenía la oportunidad de que el mundo me cambiara, ¿Quién era yo en todo esto? Tuve la oportunidad, más no se si el tiempo me alcance para ello. Busque las oportunidades dónde no  las había, busque un corazón dónde nadie lo tenía, más solo me arriesgué por los demás, con la certeza de cambiarlos y al parecer ellos terminarán cambiándome.

Ben dormía pasivo sobre mis piernas, mientras yo me perdía en las pocas oportunidades que tenía.
Anhelaba cambiar a los demás, pero al parecer olvide que el cambio empezaba por mi.

—¿Por qué no duermes?— preguntó Ben en un susurro.

—¿Si cambiáramos al mundo, las personas quisieran cambiar?

Ben me miró aun con su cabeza sobre mis piernas, después de unos minutos se incorporó y se sentó a mi lado, su mirada se perdió buscando la respuesta a mi pregunta.

—¿Por qué empezar el cambio primero con el mundo?— dejó su mirada perdida y sus ojos marrones me miraron ahora buscando una respuesta.

—El mundo sería lo más fácil de cambiar.

—Y, ¿Las personas no?

Dejé de mirarlo, ahora mi mirada buscaba una respuesta.
Me perdí buscándola, porque eso no respondía a mi pregunta, el mundo era así por las personas, ¿Sí las personas cambiarán, el mundo también? Ahora mi vida implicaba un mar de preguntas, y tenía la certeza de no llegar a responder ni una.

—Alex— Ben me llamó en un susurro lento, mientras yo buscaba la repuesta—¿Alex?

—El mundo necesita un cambio, antes de que las personas lo destruyan— pronuncie neutra, sin mirarlo y como si aquella repuesta ya estuviera en mi mente; desde hace tiempo.

3:59 a.m:

Las horas pasaban desde que Ben dejo mi casa, y yo aún sin poder dormir con el insomnio a mis pies, y mi mente hecha un lío.

Con las ganas de resolver el mar de preguntas que implicaba mi madrugada, con ganas de cambiar al mundo, con ganas de vivir. Porque Ben me hacía sentir, pero el no sería mi nuevo corazón.

Nadie sabe de mi enfermedad, no quiero atar nadie, porque siento que si Ben sabe que necesito un donante, lo atare a esto. A esta inestabilidad emocional, a esta Alex.

La Alex que depende de un extraño, esa que no tiene la certeza de vivir más de Diez meses, porque eso es lo que me quedaba a mí. Mi vida son diez meses.

La Alex con miedo a morir, aquella que encontró un lugar donde sentir el calor del amor, porque en su hogar no alcanzaba a sentirlo.

•••

Hola, anuncio que la historia tendrá capítulos cortos, cómo dije al principio Alex contará toda su vida, 10 meses así que la historia contará desde 250 capitulos a 300 capitulos

Mi vida entre tu pecho ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora