Había tanta diferencia entre la fantasía y la realidad, había tanta diferencia entre el mundo donde quería vivir y en el que vivo. Sumisa en los silencios y disfrutando de la acogedora compañía de la soledad, con un profundo vacío sin saber cómo curar. Todos nos perdemos en algo, mientras yo me perdía en la melodía de mi guitarra y la profundidad de mi voz al cantar. Amante a la poesía pero enamorada de la música. Disfrutaba cada melodía, cada poema, cada letra. Porque gracias a ellas el profundo vacío se llenaba poco a poco, con las ganas de ser llenado por el amor de un profundo corazón.
Yo era quien tenía la ilusión de cambiar al mundo, pero tenía cierta pregunta al hacerlo; ¿Si cambiáramos al mundo, las personas quisieran cambiar?.
Quizás se enamoraron de la imperfección que habita en el, quizás simplemente quizás no querían sumergirse en la ilusión de hacer un mundo mejor. Porque yo me había enamorado de las imperfecciones del mundo, pero aún así quería dejarlo; perfecto por completo.
¿Quién soy?
La pregunta que recorre mi mente por las noches y madrugadas, no entendía mi función en el mundo, quería cambiarlo pero tenía poco tiempo para hacerlo, las horas corrían, y junto con ellas los días, la realidad me había golpeado demasiado fuerte, el año que me quedaba pasaba rápido y yo con miedo de morir, porque a pesar de que no tenía tiempo, quería hacer mucho por los demás.
¿Quién soy? Me preguntó todas las noches al sentir mi alma vacía y mi mente desocupada. Yo quería cambiar al mundo con música y poesía, el mundo no quería ser cambiado. Yo quería el bien para las personas, las personas no querían el bien para ellas. Yo quería vivir un poco más, el destino no quería que lo hiciera. Las buenas intenciones siempre eran disueltas por esa negatividad, por ese mal interés. Yo quería ayudar pero nadie quería ser ayudado. Y allí murieron mis ganas; cuando no tenía un propósito, cuándo no tenía una meta, cuando no tenía a quien a ayudar más que a mí. Porque pronto iba a morir, pronto mi cuerpo sería polvo y junto con el las ganas de vivir.
Desde pequeña había tenido problemas respiratorios, mis padres sufrían conmigo constante ya que yo frecuentaba en el hospital. Los años pasaban y aún los científicos no tenían una respuesta, hasta hace unos meses a mis 17 años me diagnosticaron; miocarditis: inflamación de la capa media del corazón, está enfermedad podía ser tratada pero la descubrieron tarde. Demasiado tarde para salvar a la chica de 17 años con sueños de vivir. Necesitaba un trasplante. Pero aún así aceptaba mi destino, no debía morir pero tampoco iba a dejar pasar los pocos meses que tenía para vivir.
Vivir; todos soñamos con eso, hasta el feto que se procrea en el vientre de la madre. Hasta el que solo le quedan minutos de vida y se arrepintió por desperdiciarlas en nada, hasta el drogadicto que se dañó, hasta el alcohólico que perdió el control, hasta ese que el destino le arrebato la vida, o aquél que vive pero pero no encuentra el verdadero sentido de vivir.
¿Qué hay del amor?, Yo buscaba sentirme amada para ignorar mi enfermedad, para sentir que por un momento estoy viva, para hallar la paz que mi mente se negaba a tener, porque amar te libera, aunque tengas una enfermedad mortal.
No había descubierto el amor, pero entre tantos lo buscaba, como un collar en el fondo el mar, quería amar con esas ansias, como un ciego ver. Quería ser amada, quería amar un alma, una al cual me ayudara a volar. Porque yo no resistiría enamorarme sin ser correspondido. Confiada me deje llevar por mis emociones negativas y llegué hasta el punto que un amor ya no me servía, quería soledad y solo su compañía. Porque el amor que tanto quería nunca llegó pero la soledad si a mi vida, aprendí a escucharla y ella aprendió a hablarme, porque no fue imposible y quizás me enamore de ella. O yo fui la imposible enamorándome de quién sería mi compañera por vida; lo que quedaba de ella, quizás me enamore de la cárcel que implicaba la soledad. Y simplemente quizás por un momento el mundo no lo quise cambiar, sino que el me cambio a mi.
Llegó febrero y el hermoso San Valentín lo pase con mi amada; soledad. Quizás ella si supo escucharme y a pesar de todo ella quiso quedarse. No fue imposible, porque sabía quién era yo y que era lo que buscaba. La frialdad de la soledad, me enseñó a valorar su compañía porque no todas las noches eran frías. Me acostumbré a el susurro de su voz, me enamore de algo imposible, y quizás ella también lo esté. Confíe mis secretos, y ella me confío los suyos. Dos cómplices enamorados de lo irreal, pero sacrificando todo por amar, y quizás esa era la perdición del hombre; dar todo por nada.
Termine creyendo que la imaginación era la salida para la realidad, y quizás muchos crean así, pero la imaginación es la capa que tapa la realidad, esa que al principio te hace bien pero al final termina acabándote, hiriéndote. Y yo fui quien terminó cansándose de la realidad y prefirió herirse al final.
Soy Alex y quizás seas como yo; y tengas esas infinitas ganas de vivir, pero no tienes tiempo, quizás quieres sentirte amado pero nadie quiere amar a alguien con un año de vida, quizás quieres cambiar al mundo pero no tienes tiempo en el. Y si no eres como yo, aprovecha tu tiempo, porque en cualquier rincón del mundo existe alguien como yo; con esas ganas de vivir pero sin poder hacerlo.
•••
Holi, de nuevo yo...
Espero y les guste...es muy importante para mí, espero y me ayuden en este crecimiento.
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Mi vida entre tu pecho ©
Romance[TERMINADA Y EDITANDO] Cuando Alex estuvo a punto de morir, la tarde lluviosa; de sus favoritos. La tarde en qué había tomado la decisión de partir, de la nada apareció ella, aquella chica despreocupada, con aires libres y con amor para brindar. Lle...