—¿Cuánto ha pasado?— murmura ella con sus manos cruzadas sobre su pecho, sus ojos los veo más oscuros—. ¿Ya no me necesitas, Alex?Yo en cambio me quedé viéndola, tal vez tenga algo de razón. Posiblemente no la necesite pero sigue siendo como siempre; soledad y yo.
—Tal vez.
—Odio tus tal vez, Alex— expresó —. Y más cuando en alguno de ellos salen personas lastimados.
—¿Yo te lastimé?— me incorpore en mi silla y dejé a un lado mi cuaderno.
—¿Sigues creyendo que no?
—Estoy esperando una respuesta soledad— ataque inquieta de su presencia.
—¿Sabes? Jamás entenderé la reacción del ser humano cuando se enamora— hace una pausa y me mira —. Primero; necesitan a los demás para aclarar el bombardeo de emociones en su interior. Segundo; alejan a los demás porque creen que su amor lo es todo. Tercero; llegan los problemas y dificultades entre el amor y el humano, luego de eso sigue la parte en la que muchos llegan y otros no, la cuarta; cuando se arrepienten y se dan cuenta que su amor, jamás lo fue todo.
Mi teléfono a mi lado vibra, lo miro sin revisar el mensaje y subo la vista hacia donde se encuentra soledad, ella asiente y yo me encargo de ver el mensaje.
Andrés:
Alex, Odrwi está muy ebria y
no tengo idea de quiénes son sus padres ¿Puedes venir por ella?
—Y tu querida Alex cuando llegues a la cuarta— me mira dolida—. Estaré esperando. Mientras, solo miraré desde lejos como tú solita llegas.
Me quedé viendo a la nada cuando ella se marchó, mi corazón se oprimió y hundí mi cabeza en mis manos. Soledad se había ido, y dolía porque tenía razón. Suspiré y me levanté, ahora mi prioridad era Odrwi, después tendría tiempo para resolver lo de soledad.
Cuando llegué a Laguna Azul, me sorprendió no encontrar a nadie a parte de Odrwi y Andrés sentados en una mesa, cuando llegue a ellos Andrés suspiró agradecido.
—Soluciona esto— señaló a Odrwi, yo me senté a su lado y puse mi mano en su cabello, ella tenía la cabeza recostada en la mesa.
—¿Odrwi?— la moví un poco, pero ella no se inmutó—. Dios, Odrwi reacciona— esta vez la moví más fuerte hasta que reaccionó.
Puso su cabeza de lado sin levantarla de la mesa, sus ojos mieles encontraron los míos y yo le sonreí.
—Alexandra.
Me sorprendió escuchar mi nombre completo, ella levantó su cabeza y puso sus manos en mi mejilla y me besó. Mi cuerpo no reaccionó y sentí mis mejillas calientes por su atrevida acción.
—Odrwi, vamos a casa— dije cuando ella se separó de mi.
—No— soltó y tomo un trago de la botella que estaba en la mesa.
Me quedé en silencio por unos minutos, detallándola; Odrwi, sus ojos eran demasiado grandes pero en su rostro se veían bien, su cabello anaranjado caía liso sobre su frente y podía notar que en su clavícula había un tatuaje; una flor la cual sus pétalos caían. Fruncí el ceño no me había percatado de eso hasta ahora.
Sus palabras me atrajeron a la realidad.
—Yo me enamoré de una chica— sonríe, mientras toma otro trago de su botella —. Y no me interesó su puto género...solo su alma— me mira —. Su corazón.
En ese momento sentí que las palabras de soledad no tenían sentido, creí que jamás llegaría a sentir dolor, y menos que Odrwi sería la causante.
Solo creí.
****
Dios, ¿Por qué dejaste a soledad? ¿No ves que ella se merece más? Me dolió aceptar que mi soledad tenía razón, y que los tal vez de Alex siempre lastiman a alguien.
Ig: yessss2_
Espero y les guste.
Nos leemos después.
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Mi vida entre tu pecho ©
Romance[TERMINADA Y EDITANDO] Cuando Alex estuvo a punto de morir, la tarde lluviosa; de sus favoritos. La tarde en qué había tomado la decisión de partir, de la nada apareció ella, aquella chica despreocupada, con aires libres y con amor para brindar. Lle...