Todo empieza cuando nacemos, cuando respiramos y vemos la silueta borrosa de una madre, y la alegría en sus ojos al tenernos en sus manos. La felicidad llega al nacer, al primer llanto de un bebé.
Cuando perdemos la posibilidades de encontrar un amor, llega otro a ayudarte a creer, cuando crees que no hay posibilidad de amar llega alguien y te enseña hacerlo.
A mí vida llegó ese alguien, y tal vez en el mejor momento o quizás en el peor, y eso lo descubriré con el paso que de nuestro amor.
El no me pidió quedarme, pero tampoco me obligó a alejarme, estoy aquí por amor y nuevamente sentir el sentimiento tan profundo que obliga a latir rápidamente mi corazón.
Estos son los siclos del amor.
Con las manos en mi bolsillos, con los auriculares puestos, camino por la plaza rumbo a ese lugar lleno de calor. Las personas a mi alrededor; unas caminan con prisas, mientras otras como yo; nos dejamos llevar por el viento. Otros leen un libro y otros escuchan música.
Yo me encontraba en medio de todos ellos, con una canción de Beret puesta en mi celular y con un propósito para llegar, me deje guiar por mis pies y por la intensidad del viento. Mi celular vibró anunciando un nuevo mensaje:
Ben:
¿Estás ahí?Alex:
Estoy por la
plaza.Ben:
Estoy en el parque,
es por la plaza.
Te espero.
Sonreí por su comentario, guarde me celular y seguí mi camino, ahora tenía un nuevo destino, mi corazón saltaba de alegría por el simple hecho de un nuevo encuentro. Cuando llegue al parque, el infinito pasto verde me impresionó. Y la cantidad de parejas en el suelo; alegres.
En medio de tanta gente, volvió a resaltar alguien, está vez sentí como mi corazón se detuvo por unos microsegundos, mi respiración se esfumó y el tiempo paso a ser más lento, todo pareció cámara lenta; mis pasos hacia mi el, una sonrisa se ensanchó en su rostro y no dude en responderle.
-Hola- saludó atrayéndome a el.
-Ben- suspiré mientras el me abrazaba.
-Extrañé tú perfume, te extrañé Alex.
Sus palabras hicieron que mi corazón saltará de alegría, seguí abrazándolo, envuelta en sus brazos me sentí bien, y no solo eso sino viva. De nuevo sentí el calor del amor en el ambiente. Ben rompió el abrazo y sus ojos marrones me miraron con tanta intensidad, y amor.
-Dame tú mano- dijo rompiendo el silencio que se había creado entre los dos.
-¿Mi mano?- indague sin entender.
-Si, quiero darte algo- respondió tomando mi mano, puso en ella una pulsera con diferentes colgantes.
-¿Una pulsera?- volví a indagar con más dudas.
-Si una pulsera- asintió -. Allí está todo lo que eres- dijo, nuevamente mirándome.
-Una mariposa, una flor y una luna- dije esperando una explicación.
-La mariposa; significa tú libertad, no permitas que nadie haga que dejes de volar. La flor; es tu delicadeza, la de cualquier mujer. Luna; tú eres mi luna Alex, esa que brilla en mis pensamientos, en el cielo de mis pensamientos.
-Gracias- alcance a formular por el asombro.
-Promete solo una cosa- pidió, y en sus ojos se notaban suplicantes.
-Ben...
-Conservarla siempre- volvió a suplicar.
-Nunca me la quitaré, lo prometo.
••••
Gracias por el apoyo.
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Mi vida entre tu pecho ©
Romance[TERMINADA Y EDITANDO] Cuando Alex estuvo a punto de morir, la tarde lluviosa; de sus favoritos. La tarde en qué había tomado la decisión de partir, de la nada apareció ella, aquella chica despreocupada, con aires libres y con amor para brindar. Lle...