—No sabes cuándo quise morir — solté viéndola.—¿Morirte?
—Sí, desde que Ben se fue dejó un vacío que tú llegaste a llenarlo— respondí.
—¿Soy tu cura?— indagó.
—Sí lo eres. Me caí y no quería levantarme pero cuando tú llegaste me ayudaste hacerlo, y gracias a ti, mi historia se llama caminando por ti.
Odrwi me miraba con una sonrisa, sus ojos mieles se iluminaron y con una sonrisa en sus labios me besó.
Correspondí el beso con una sonrisa.Sus labios eran suaves, cálidos y seguros.
Cuando nos separamos ella apoyó su cabeza en la mía y susurró:
—Te amaba sin saber si existías, tenía claro que te conocía.
Yo asentí a gusto pero con millones de sentimientos encontrados.
¿Yo también la amaba? Todo había sucedido tan rápido, había encontrado seguridad en unos delgados y frágiles brazos. Unos hermosos ojos, me habían inspirado. Y unos lindos labios me habían pedido quedarme. ¿Será que en verdad esto es amor? Me siento algo culpable al comparar lo que viví con Ben y lo que ahora vivo con ella. Me basto de uno días para sentirme querida, Ben era precioso el sabía lo que sentía y lo decía, en cambio Odrwi, muchas noches me tocó tratar de adivinar lo que quiera decirme y si basto de días para saber que me gustaba, pero ahora me siento mal.No sé que somos, pero tampoco se si la amo.
Y ahora debo pensar en cómo decirles a los demás.
—¿Alex?— Odrwi susurra mi nombre, en un tono suave —. ¿Estás bien?
—¿Yo? Si, estoy perfecta.
Odrwi se levantó de la banca y me tendió la mano para que la siguiera eso hice, caminamos por todo el parte con nuestras manos entrelazadas.
Así pasamos toda la tarde caminando y sin decir nada, como dije antes. No necesitábamos palabras, bastaba del silencio para sentimos bien.
21 de abril: Alguien lo supo.
—¿Alex, estás enferma?— el señor Diego fue directo apenas había entrado a su oficina.
Yo seguía trabajando en Laguna Azul, y esa mañana el me había solicitado hablarme.
—¿Quién le dijo eso?— indague sorprendida.
—Su madre llamó y dijo que no se te olvidará lo del ir al médico en la tarde— contestó, sus ojos negros buscaban una respuesta.
—Necesito un donante y solo me quedan ocho meses de vida— solté en un solo segundo, baje mi cabeza y mire mis manos inquieta. No podía creer lo que había dicho.
—Dios mío, Alex. No tenía idea.
—Nadie lo sabe, solo mi familia y mi doctor.
El tomo mis manos y las abrazó con las suyas, sus ojos me miraron con compasión y me odie por decirle.
—Te prometo que haré lo que esté en mi alcance— susurro y yo a sentí.
Luego de unos segundos me levanté, pero cuando estaba apunto de pasar el umbral de la puerta le solté:
—Le agradezco, pero le agradecería más que no le contará a nadie.
Y con eso salí, con el miedo de que se lo contará a alguien.
*****
Está vez si actualice lo que queda del libro en estos dos días que tengo, gustaría contarles pero ya saben y bueno dejaré una nota al final de cada actualización.
Besos.
Ig: yessss2_
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Mi vida entre tu pecho ©
Romance[TERMINADA Y EDITANDO] Cuando Alex estuvo a punto de morir, la tarde lluviosa; de sus favoritos. La tarde en qué había tomado la decisión de partir, de la nada apareció ella, aquella chica despreocupada, con aires libres y con amor para brindar. Lle...