El día anterior había pasado extrañamente, Samantha estaba un poco diferente, incluso con los nuevos trajes de baño, no se había atrevido a mostrarlos en público. Había desistido de interrogarla, pues me parecía renuente a hablar del tema.
Había pasado un poco más de tiempo en el teléfono, observando con ceño fruncido algo allí.
—Samantha...— la llamé. Ella alzó las cejas y con un sonido me hizo saber que me prestaba atención. —Estás rodeada de paraíso, ¿Y prefieres mirar tu teléfono?
Ella alzó finalmente la mirada y se encogió ligeramente de hombros. —Lo siento.— se disculpó.
— ¿Qué tanto miras? Si se puede saber, por supuesto.
La vi relamer sus labios y suspirar. Dejó su teléfono junto a sus piernas y se alisó el vestido en los muslos.
—Twitter.— respondió, sin agregar nada más.
Inmediatamente deduje que miraba nuestras fotografías circulando por diferentes cuentas. — ¿Me dejas mirar?
Me empujé ligeramente, acercándome solo un poco más a ella y flexionando mis rodillas, acomodándome. Ella titubeó antes de tomar su teléfono de manera dudosa y lo desbloqueó lentamente deslizando su dedo por la pantalla hasta abrir la página inicial de Twitter. Me llamó la atención que lo primero que apareció fue una foto de nosotros el día de la boda, y junto, una foto de las tantas que nos tomaron aquí en Punta Cana.
Parecían ser fotos comparativas, hablando de lo diferente que se veía en una y en otra, por supuesto, la foto de la boda fue tomada con cámaras profesionales, por fotógrafos profesionales que trabajaban para revistas importantes y que, muy probablemente había sido retocada, en cambio, las fotografías que nos tomaron en camino al restaurante y algunas en la playa, eran fotografías intencionadas, desde malos ángulos y malintencionadas.
— ¿Le prestas atención a estas cosas? Es clara la intención de estas comparativas, no tendrías ni por qué hacerle caso.
Ella negó rápidamente. —No, no, no, no... es que, algunos comentarios son... Un poquito crueles.— se encogió ligeramente de hombros.
—La gente siempre ha sido cruel, pero esas personas no deberían tener nuestra atención, al final es lo que buscan, que les prestemos atención.
Samantha suspiró, mirando con el ceño ligeramente fruncido hacia el mar. Estaba particularmente caluroso el clima, incluso la brisa era un poco cálida, invitando a meterse al mar, aunque fuera en la orilla.
—No estoy acostumbrada a tanta atención.— murmuró.
—Lo entiendo. Pero no puedes detener tu vida por comentarios malos, ni basar tu felicidad en ellos.— dije. Relamí mis labios y miré a lo lejos como algunas personas nos miraban, señalaban discretamente y hablaban entre ellos. Seguramente reconociéndonos. — ¿Quieres meterte al mar? Creo que deberías presumir tus nuevos trajes de baño.
Samantha hizo una mueca y miró al mar, después su celular y finalmente el mar de nuevo.
— ¿Y si me sacan fotografías de nuevo?— murmuró.
—Entonces verán que estamos disfrutando nuestra luna de miel.— me encogí de hombros. —A las únicas personas que les importa la apariencia de los demás, es a las personas que tienen problemas con su propia apariencia.
Samantha pareció meditarlo un momento y tras ver que yo no desistiría de intentar convencerla, asintió cohibida.
Me levanté y me sacudí, extendiendo mi mano para ayudarla a levantarse.

ESTÁS LEYENDO
Contrato de Boda (H.S.)
Fanfiction¿Dónde conociste a tu esposo? ¿En un café? ¿En la universidad? ¿En una fiesta? Bueno, Sam y Harry se conocieron el día de su boda. ¡Qué mejor manera de empezar una bonita relación! Kate y Chris decidieron que estaban hartos de ver desde diferentes p...