Pirata

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Me sorprendió su propuesta, lo firme que su mano sostenía la mía y la seguridad con la que caminaba a mi lado, llevándome con él en dirección a las zonas comerciales del lugar. Se había abrochado la camisa de nuevo y quitado los lentes, pues ya no le quedaba mucho tiempo al Sol y no era necesario usarlos. 

Me sentía un poco avergonzada por mis inseguridades, sobretodo con Harry al lado mío ya que parecía un hombre bastante seguro de sí mismo y cómodo con su cuerpo. 

Comencé a atormentarme pensando en las fotografías que habían tomado de nosotros cuando salimos del hotel, aún no había podido verlas pero esperaba que no hubieran capturado mis malos ángulos. 

— ¿Quieres que comencemos aquí?— me preguntó.

Miré la tienda y los maniquíes expuestos en la vitrina con unos lindos conjuntos, trajes de baño y faldas. Asentí. 

Miré todos los conjuntos, sentí cada tela y me tomé mi tiempo buscando mis colores favoritos. Harry esperó pacientemente a que yo mirara cada traje de baño, sin quejarse o hacer gestos de aburrimiento. Se paseó un rato mirando lentes de Sol y bermudas.

Tomé algunos trajes de baño para seleccionar uno y los extendí uno junto al otro para mirarlos mejor. 

Crucé mis brazos y sostuve mi barbilla con mis dedos, analizandolos. Todos eran preciosos. El azul eléctrico era completo, con un poco de escote pero nada que me hiciera sentir incómoda, el rosado era de dos piezas, pero la parte de abajo subía hasta la cintura y tenía un poco de tela extra simulando una falda, y el negro era completo, con un escote más pronunciado, pero bien ajustado para evitar que algo se salga. Hice una mueca, mirando los tres y tratando de decirme por uno. 

El negro era mi favorito, quizá era lo más atrevido que podía usar, y eso me hacía sentir bastante bien conmigo misma. 

— ¿Ya elegiste?

Harry se acercó a mí, poniendo sus manos delicadamente sobre mis hombros. Negué lentamente con la cabeza. 

—No me decido por uno de los tres.— respondí, acariciando la tela del traje de baño rosado.

— ¿Por qué tendrías que decidirte por uno? Llévate los tres.— se encogió de hombros, inclinándose un poco para tomarlos los tres y ponerlos sobre sus hombros. — ¿Son todos o darás otra vuelta por la tienda?

Me lamí los labios, sintiendo un poco de vergüenza. 

—Ay, Harry, yo... Yo no quiero abusar, de verdad. Es que has pagado todo y, y yo...

—Samantha— extendió su palma frente a mí, frenando mis palabras. —Eres mi esposa— dijo y se inclinó un poco a mi altura. —De mentira, pero mi esposa al final. Déjame pagar a mí, no tengo ningún problema con eso, es mi deber como esposo.

Mordí mi lengua. 

—Es que, me siento un poco incómoda porque...

—Samantha. Déjame ocuparme de los gastos, es mi deber.

No me dejó hablar de nuevo y se dio la vuelta para ir a pagar los trajes de baño. Solté un suspiro de frustración y caminé desganada detrás de él. Harry pasó su tarjetas sin problemas y recibió a cambio los trajes de baño en una bolsa con el logo de la tienda. Agradeció a la cajera y se giró para sujetar mi mano y llevarme con él fuera de el lugar. 

—Vayamos a ver más tiendas aquí cerca. Estaremos una semana aquí, necesitas más de tres trajes de baño.

—Pero, Harry...— me detuve cuando me dio una mirada. Relamí mis labios y suspiré. —Gracias.

Contrato de Boda (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora