Serena / Agosto 4

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Algo estaba sucediendo entre Harry y Chris, y eso involucraba a la madre de Christian ¿Qué era tan urgente que tenía que venir a visitarla? Creí que jamás iba a conocer a nadie de la familia de Harry que a Chris. Estaba nerviosa, no sabía en qué tono veníamos o si la mujer sería agradable ¿Ella sabía de Harry y de mi? Es decir, sé que es egoísta pensar en eso cuando claramente algo malo pasaba, pero estaba nerviosa.

Había visto a Harry tomar de nuevo, whiskey solo y me dio escalofríos ver de nuevo esa versión de él. Había parado en cuanto me vio pero había acabado con media botella.

Viajábamos entonces en este auto elegante, los tres sumergidos en silencio y tensión, podía percibir muy levemente el aroma a alcohol emanar de Harry, era muy suave pero estaba allí, sin embargo el aroma de su colonia servía para ocultarlo un poco. 

Él pasó su mano cuidadosamente sobre mi regazo y tomó mi mano, la sostuvo el resto del camino que fue un poco largo sin dirigirme la mirada, es como si estuviese asegurándose de estar presente si su mente se iba a otro lugar dentro de su propia cabeza. 

Me encontré a mi misma en medio de la situación, en los asientos de atrás estaba Harry en el lado derecho, yo en el medio y Christian en el izquierdo. La tensión entre ambos se sentía sobre mis hombros incluso si no se habían dirigido la palabra desde que estábamos en la avioneta. Esos dos llevaban dos días así, quizá tres.

 Tragué saliva y esperé que llegaramos pronto al lugar de destino.

El auto se detuvo frente a una casa de dos pisos, no era sumamente grande, pero tampoco lucía como la casa más humilde, como una mezcla entre clase alta y media. El pequeño jardín de la entrada y el camino en el medio de este se veían tan limpios y cuidados, incluso parecían haber sido regadas las plantas hace poco. Nos bajamos del auto y Chris suspiró al mirar la casa mientras Harry sujetaba mi mano de nuevo. 

— ¿Qué hacesmos aquí?— le susurré a Harry.

—Quiero resolver unos asuntos familiares.— respondió simplemente. 

Ibamos avanzando hacia la entrada cuando la puerta principal se abrió y una mujer se asomó. Su cabello rubio silimar al de Christian, y conforme nos acercabamos más familiar lucía. Ella se recargó en la puerta con una mueca un poco inclinada hacia abajo, como si estuviese triste pero nada sorprendida. 

—Hola, ma.— le saludó Chris con la voz apagada. 

—Pasen.— dijo la mujer y se apartó.

Chris nos dejó pasar primero y Harry y yo entramos cautelosamente. 

—Les preparé un poco de café, está en la cafetera.— ella me miró. —Que gusto conocerte, linda, solo pude verte a través de una revista.— fue amable. Le sonreí.

—El gusto es mío.— y era cierto, era la primer persona cercana a Harry que conocía. Segunda en realidad pero aún no sabía qué hacíamos allí.

—No quiero café, tomé whiskey.— dijo Harry, con un tono frío. —Tengo preguntas, Dolly.

La mujer borró la sonrisa amable y suspiró con cansancio. —Lo sé, Harry. Pasa por aquí.— le indicó un pasillo junto a las escaleras. Harry me dio una mirada y soltó mi mano para caminar por allí. —Siéntete como en tu casa, linda.— me dio una sonrisa cansada y se fue por el mismo lugar que Harry había entrado.

Chris me acompañó a la cocina y nos sentamos frente a la barra, él sirvió café para ambos y buscó bocadillos, sacó del refrigerador una charola con muffins. 

—Uh, recuerdo el sabor de estos. Son maravillosos, los tienes que probar. Toma uno.— puso la charola en la barra. —Mi abuela solía hacerlos, y mi madre aprendió de ella, no saben igual pero de todas formas son deliciosos. 

Contrato de Boda (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora