Contrato de Boda (H.S.)

Chicharrón.

Tenía mi pie golpeando nerviosamente sobre el suelo, con la mirada en la pared blanca frente a mi. Katie había entrado sola por petición de ella y llevaba allí apróximadamente unos 20 minutos. El lugar tenía una temperatura baja y cada vez que el suave viento del aire acondicionado pegaba en mis brazos se me erizaba la piel. 

Miraba constantemente al rededor a las personas que caminaban por allí en uniformes o de civil, procuraba no mirarlos a la cara aún sabiendo que todos allí iban por motivos diferentes. Pasaban mujeres con panzas de embarazadas, solas o acompañadas, otras salían con montones de folletos en las manos y caras tristes, otras más felices, los matices eran notorios y yo solo estaba allí sentada siendo acompañante, aún así sintiéndome nerviosa. 

Katie salió cabizbaja acompañada de la Doctora que le decía algunas palabras, me levanté de inmediato para recibirla. 

La Doctora finalmente le sonrió y regresó a su consultorio mientras mi amiga regresaba a mí. 

— ¿Qué te dijo? ¿Qué pasó?— le pregunté mientras la sostenía suavemente de los hombros.

Katie suspiró y me sostuvo la mirada un par de segundos, antes de indicarme con la cabeza que salieramos. No dije nada y caminamos juntas hasta el estacionamiento. 

Katie había tomado prestado el carro de su esposo argumentando que iríamos a desayunar y pasear por la ciudad, así que él no puso peros. 

Una vez que estuvimos ambas en el auto ella se soltó a llorar. Me quedé en silencio dejándola desahogarse con mi rostro afligido. 

—Tengo que ir a psicología antes— murmuró. —Tengo una cita allí mañana por la mañana y me agendaron a una revisión para comprobar el estado del feto y después de eso puedo pedir la última cita. La última cita es para abortar, en caso de que así lo decida.— respondió mientras se tallaba las mejillas para quitar el resto de sus lágrimas.

— ¿Quieres que vaya contigo?— le pregunté, ella hizo una mueca con sus labios para después asentir. —Estaré allí entonces. 

Decidimos pasar por alguna cafetería para distraernos un poco y hablar de otros temas, quería que se tomara un respiro antes de pasar por la peor parte del proceso. Estabamos tranquilamente sentadas en el balcón de la rústica cafetería cuando saqué mi teléfono para buscar algo sobre un tema que estabamos hablando con Katie y me di cuenta que tenía bastantes llamadas perdidas de Harry, cuando habíamos entrado en la clínica había puesto mi teléfono en silencio, por respeto, y había olvidado activarle el sonido de las llamadas y notificaciones de nuevo. 

Le indiqué a Katie que le llamaría a Harry ya que me preocupaba que me haya llamado tanto. 

— ¿Sabes qué, Harry? Vete a la mierda.— terminé la llamada abruptamente con un nudo en la garganta. 

Katie me miraba sorprendida y se inclinó en la mesa para preguntarme qué pasaba. 

Decliné las siguientes llamadas de Harry hasta que preferí apagar el teléfono.

—Algún estúpido nos tomó fotos entrando a la clínica y ya están haciendo teorías absurdas en Twitter.— respondí con molestia. 

Katie se mordió el labio inferior y bajó la mirada. —Lo siento... Debí venir sola

—No, no, no, no es tu culpa, no tiene nada que ver contigo , es solo que Harry... Ya sabes— suspiré. —Su mente es estúpidamete cerrada.

Katie suspiró y sacó su teléfono. 

— ¿Qué haces?— le pregunté. 

—Buscando una cabeza razonable cerca de Harry. —dijo.