Tovby

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Me mantuve acostada en la cama, mirando la pared acurrucada en las cobijas mientras Harry iba y venía hablando por teléfono, se metió a la ducha y salió con la bata encima, salió de la habitación y volvió a entrar, se metió en el armario y salió vestido acomodándose las mangas de la camisa, colgó la llamada y se quitó el teléfono de entre el hombro y la cabeza. Se dio un vistazo en el espejo y se giró en mi dirección. 

—Oye— me llamó con voz suave. —Buenos días — se sentó junto a mi. —Kenneth descubrió de donde viene la denuncia, de Twitter— se rió. — ¿Te puedes imaginar eso? Se empezó una absurda campaña y no dejaron en paz a las autoridades hasta que se vieron presionados a actuar, vamos a defendernos tomando esas denuncias de redes sociales a nuestro favor. Vas a tener tu refugio de regreso, Samantha.— acarició mi cabello delicadamente. —Tienes que levantarte y vestirte, desayunar y aparecer allá como una verdadera mujer invencible. Vamos. 

Intentó sacarme de la cama pero me quedé, el cuarto estaba frío y yo había llorado bastante, me dolía la cabeza, estaba tan cansada. 

—Si no hacemos esto ahora la perderás para siempre y se llevarán a todos, incluyendo a Mortadela. 

Finalmente y tras unos intentos más logró convencerme, dijo que bajaría a ver cómo iba el almuerzo mientras yo me metía a la regadera. Me pidió que me pusiera algo bonito porque teníamos que estar presentables así que busqué un pantalón de vestir en color negro y una blusa que pudiera quedar bien. 

El agua fría cayó al principio y temblé mientras se templaba un poco cada vez. El baño se llenó de vapor y me enredé en una toalla antes de salir y meterme rápidamente al closet para cambiarme. Harry subió de nuevo cuando estaba cepillandome el cabello para decirme que el almuerzo estaba listo. 

Terminé poniéndome una liga en la muñeca para más tarde y bajé junto con Harry para tomar el almuerzo. Creí que iríamos a la cocina como siempre pero me desvió tomando mi mano y yendo hacia el hermoso patio 

— ¿Almorzaremos afuera?— le pregunté, aunque parecía obvio.

—Sí, ya está lista la mesa.— me dijo con una sonrisa. 

En aquella rotonda que antes estaba vacía, se había colocado una mesa alta, pequeña y con clase, dos sillas altas frenteadas y dos platos con comida a la par de tazas de café, un plato de fruta picada en cubos y dos vasos de vidrio con agua. 

Sonreí porque todo se veía muy lindo y recordaba que yo le había sugerido que pusiera una mesa bonita. 

— ¿Te gusta?

Asentí. El Sol no nos pegaba así que sería agradable sentarnos allí. 

Harry se acercó y abrió la silla para mi, le agradecí con una sonrisa su gesto y me senté, él tomó la silla de en frente. 

—Necesitas comer bien para tener energía el día de hoy. Va a ser un día un poco pesado, pero nada con lo que no puedas. 

Pasó el almuerzo explicándome por qué iba a ser sencillo que quitaran la denuncia hacia el refugio, que aunque hubiera presión social en twitter no hay una "denuncia física" así que estaban cometiendo un delito al sacar a todos del refugio y cerrarlo. Me tranquilizó diciendo que no había de qué preocuparme y que para esta tarde todos estarían de regreso en sus puestos. 

Comí tranquila y bebí mi café en paz, sintiéndome más segura con las palabras de Harry. Cuando terminamos Harry dijo que debíamos apurarnos a llegar al despacho, su socio tenía todo listo.

Mientras íbamos en camino al despacho Harry recibió una llamada y sacó su teléfono de su bolsillo para responder. 

— ¿Si? Christian, ¿Qué...— soltó un suspiro, uno profundo y vi los problemas venir de nuevo. Se masajeó el tabique de la nariz y cerró los ojos. — ¿Qué están diciendo? Ya veo, esto es tu culpa, eh.

Contrato de Boda (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora