Contrato de Boda (H.S.)

Daphne

Salímos con Harry, Christian y el señor Castillo en dirección al restaurante, Charly conducía y en la entrada nos recibieron el gerente del restaurante, un mesero y pronto se agruparon unas cuantas personas con sus teléfonos. 

Oh, no. 

Intenté mirar a otro lado intentando esconder un poco mi rostro ¿Por qué nos estaban tomando fotos? ¿Para qué? El recorrido era corto así que sería rápido pasar a través de ellos. Harry tomó mi mano y entramos juntos al restaurante mientras el gerente se encargaba de auyentar a los improvisados pararazzis que se habían agrupado ahí afuera ¿Cómo sabían que iríamos allí?

¿A caso esperaban fuera todos los días con la esperanza de que Harry aparezca?

Nos acompañaron a la mesa y nos dejaron la carta mientras tanto nos traerían un vino, uno que Harry pedía frecuentemente por lo que pude entender. 

Miré un poco por encima de Harry hacia la salida, quería saber si aún había gente tomándonos fotos pero no lograba ver a nadie. 

Christian y el empresario reían mientras Harry de pronto me observaba y se inclinaba un poco hacia mi oreja, como en el elevador.

— ¿Pasa algo? — preguntó en un tono bajo. 

Negué aunque respondí después. —Solo intento adivinar cómo sabían que vendríamos. 

Harry asintió comprendiendo mi pregunta y después entre un suspiro respondió.  

—No soy el único que viene por aquí, este restaurante es bastante popular y lo frecuentan presentadores  de televisón, cantantes, actores... Es normal que haya gente afuera intentando conseguir una foto.

Él acarició mi mejilla mientras yo escuchaba. —Pide lo que quiereas.— finalizó, señalando la carta frente a mí en la mesa. 

Leí con dificultad los excéntricos nombres en la carta e internamente tuve dolor de cabeza, no había pisado un sitio así hasta que conocí a Harry y los nombres de los platillos eran tan extravagantes que no tenía idea qué estaba pidiendo hasta que lo traían.

Hice el esfuerzo intentando adivinar cada platillo pero sentí la presión cuando todos habían dejado la carta quieta en la mesa sabiendo cada uno lo que pediría y continuaron con su plática normal. 

Puse nerviosa la carta sobre la mesa y miré a mi al rededor mordiéndo ligeramente mis labios lentamente inclinándome hacia Harry, él centró un poco de su atención en mi elevando un poco su ceja, quizá inquiriendo que algo me pasaba. 

— ¿Ya sabes lo que vas a pedir?— le pregunté en tono bajo, él asintió suavemente y me miró por unos segundos. 

— ¿Tú?

Hice una mueca y ante mi silencio me sonrió ligeramente para después susurrar en mi oído.

—Pide eso, te va a gustar.— dijo después. —Es una pasta suave con una crema especial y algúnos acompañantes.

Asentí. 

El mesero no tardó en aparecer después de eso y pedí lo que Harry me sugirió. 

—Ah, que buen gusto.— dijo el otro hombre. 

Aunque la conversación iba de inglés a español y de español a inglés, no me involucré mucho, ellos hablaban de negocios y honestamente no estaba muy al tanto de ellos, me quedé observándolos y comiendo mientras tanto. En realidad toda la situación me había agotado un poco y solo quería llegar a casa. 

Finalmente nos levantamos y salimos de allí, Harry tomó mi cintura para mantenerme a su lado y caminamos hasta el auto donde Charly ya nos esperaba. El empresario dijo que su hotel estaba cerca y podía caminar, insitió así que Harry Chris y yo nos subimos al auto, dejándo a Chris donde él pidió bajarse para comprar algunas cosas y nosotros fuimos en camino al edificio, Harry tenía que recoger sus cosas y hablar con su asistente.