Toast

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Dolly regresó poco después cuando ya nos habíamos terminado los muffins, Harry se había mantenido callado y había dejado su mano sobre la mía. Sentía que de alguna forma intentaba mostrarme que estaba cómodo con mi compañía y eso me hacía sentir un ardor cálido en el pecho, agradable. 

Ella dijo que nos cocinaría algo para la cena y nos quedamos, Dolly me hablaba un poco sobre anécdotas de Harry cuando era pequeño y Christian reía aportando recuerdos, Harry parecía un poco ausente, solo bebía agua y me miraba de vez en cuando. 

Siempre lo había encontrado una persona más solitaria, hasta fría, pero para mi sorpresa había sido un niño muy amado con una familia calurosa que lo mantenía lleno de amor y cuidados. 

Por lo que Dolly contaba, Agnes, la madre de Harry era una mujer con muchos deseos de tener más hijos, sin embargo le fue difícil el embarazo de Harry y uno más la iba a poner en riesgo, así que colmó de amor a su único hijo e hizo lo que una madre debería ser y hacer. 

—Incluso una vez cuando Christian regresó de esa reunión con sus amigos llegó diciendo que Harry le había quitado a su novia.— se rió con nostalgia. —Como recuerdo ese día y Harry vino detrás de él a decir que no era cierto, que a él ni siquiera le gustaba esa niña, a él le gustaba Rachel.

Christian se rió mirando a Harry.

— ¡Sí! Hablaba todo el tiempo de Rachel. Era la rubia que siempre llevaba una coleta alta ¿No?

—Sí, esa niña. Siempre se escapaba para saltarse la clase de geometría.— negó sonriendo la mujer.

Miré a Harry con una sonrisa, él miraba distante a la pared como si el color de esta fuera más importante o atrayente que la platica que llevábamos a cabo. 

—Me pregunto qué será de ella hoy en día.— preguntó al aire el rubio.

—Oh, está muy bien, le doy clases a su pequeño hijo, tiene dos y su esposo trabaja en una constructora. 

La conversación nos siguió en la mesa y yo apreté la mano de Harry para intentar llamar su atención, él desvió la mirada y se posó en mi nariz, luego subió a mis ojos y suspiró. Se levantó y se disculpó para ir al baño, los tres lo miramos alejarse en silencio y Dolly soltó un suspiro. 

—Hay que darle tiempo.— murmuró.

Miré el pasillo por el que se fue y su plato frente a él que estaba intacto. No tenía ni la más mínima idea de cómo podía sentirse en ese momento pero quería apoyarlo, que él supiera que estaba allí por si lo necesitaba. 

Me levanté de la mesa pidiendo disculpas y me limpié los labios con la servilleta antes de ir a buscar a Harry. A los pocos pasos divisé una puerta y la luz encendida por debajo, cuidadosamente escuché el agua corriendo y toqué ligeramente la puerta. 

— ¿Harry? ¿Estás bien?

No obtuve respuesta, no sabía si volver para darle su espacio, quizá quería estar solo. Pero la puerta se abrió de golpe y él tenía el rostro mojado y un poco el cabello. Se devolvió para cerrar la llave y tomó un trozo de papel para secarse. 

—Creo que el whiskey me cayó un poco mal.— dijo. 

— ¿Quieres irte?— le cuestioné. Él negó.

—Termina de cenar, cuando termines nos vamos.— respondió y sorbió la nariz un poco mientras tomaba mi muñeca y me llevaba con él de regreso al comedor. 

Christian no estaba y Dolly nos miró al regresar.

—Hay un pequeño problema.— regresó el rubio con gesto preocupado. Harry se sentó a la mesa. —Hay un grupo de estúpidos periodistas allá afuera.— dijo. —No sé cómo se enteraron o los encontraron, pero están allí.

Contrato de Boda (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora