Sábado 31 y Domingo, Ago 1 / Bigotitos

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—Suena fabuloso, Chris. Cuando regreses llámame, tengo una noticia importante y quiero que estés aquí para que lo discutamos juntos.— me enderecé en mi silla y subí mis manos sobre mi cabeza, detrás de mi nuca para estirarme. 

Estar tanto tiempo sentado me hacía doler la espalda. 

—Mmm... Una noticia importante, ¿Es una propuesta?— preguntó Christian desde el altavoz. 

—Tal vez. Ocupo tu opinión y que me acompañes a ello, quiero verlo por mí mismo, esto podría ayudarnos a atraer más clientes, si nos resulta rentable y la calidad es buena, claro. 

—Ah, ¿Nuevos productos disponibles en tienda? Genial. Estaré regresando el lunes por la tarde, quizá llegue algo noche, te llamo de cualquier forma, tengo que volver y supervisar. Te dejo.

—Te veo el Lunes, Christian. Adiós.— terminé la llamada y marqué la extensión de mi asistente. —Flackes, póngase en contacto con la gente de JN&NJ y programe una cita el próximo Martes 3 de Agosto, entre las 11 a.m. y las 2 p.m. preferiblemente, nos invitaron a ver las instalaciones, diles que estamos disponibles en ese horario. 

—Enseguida, señor.

—Gracias. 

Me levanté de mi silla y recogí mis cosas, eran las 4 e iría a comer algo, solo había almorzado a aproximadamente las 9 y ya tenía bastante hambre. 

En Twitter seguían comiendonos vivos pero me importaba muy poco, estaba más preocupado por mi supermercado que por lo que un grupo de personas anónimas tuvieran que opinar sobre mi vida. 

La más afectada era Samantha, que aunque decía que había cerrado sus cuentas, seguía leyendo esos mensajes todos los días, su amiga había llamado a Christian y Christian me había llamado a mí para decirme que Katherine lo había llamado para reclamarle que su amiga estaba pasándola muy mal y eso no estaba en el contrato. Habíamos llegado a la conclusión que quizá llevarla con el psicólogo era una buena solución pero Samantha se negó rotundamente diciendo que no serviría, que ya había ido tiempo atrás y no le había ayudado porque según ella, seguía resentida con su madre y sobre todo su padre, y que solo quería enfocarse en su trabajo. 

Al final había decidido con su equipo organizar el evento, dijo que sería a mediados de Agosto y que quería poner varias carpas para esterilización y revisión de mascotas, y que no habría cobro mínimo, cualquier propina iba a contribuir. 

Al menos eso le tenía la cabeza ocupada, esta mañana estaba emocionada hablando con un tal Allen sobre decoración, colores amarillos, mesas con manteles rosas y luces navideñas o algo así.  

Llamé a Samantha para preguntarle si había comido y me confirmó que lo hizo, acababa de comer así que me dispuse a buscar un restaurante para comer solo. Me pedí algo sencillo para volver a trabajar pronto y para llevar, un café. 

De vuelta en la oficina a las 5:48 pm me enfoqué en resolver algunos asuntos del supermercado y finalmente a las 7 me recargué en mi silla, agotado y listo para irme a casa. Recogí mis cosas y me puse mi saco por encima de mi hombro derecho. 

—Flackes, ya debería estar en casa, no se vaya muy tarde.— le dije a mi asistente a lo que ella sonrió y dijo que estaba por irse.

Conduje con el ruido de la radio de fondo, iba a tomarme el Domingo para estar en casa, quizá cuadrar una de tantas comidas que he prometido por allí a la gente, debería hablar con Samantha sobre eso, también. 

—Buenas noches, Sara ¿La señora llegó?— colgué mi saco en el perchero y dejé mi reloj en el bowl de piedras junto a la fotografía de mi madre. 

Contrato de Boda (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora