Beicon / Martes 27, 14:50 p.m.

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Martes, Julio 27, 14:50 p.m.

Estreché mi mano respetuosamente con ambos hombres y les agradecí por su tiempo. 

Les agradezco mucho por esta reunión, señores. Ojalá tuviéramos más tiempo pero la vida es ocupada. Nos estaremos viendo muy pronto, espero.— los despedí. 

Flackes se levantó de su asiento con una sonrisa y cerró su carpeta para estrechar también su mano.

Realmente nos gustaría quedarnos más tiempo por aquí pero nos es imposible con nuestro itinerario.— se lamentó el Señor Castillo. Asentí comprendiendo.

Un verdadero placer hacer negocios con usted, Señor Styles. Si algún día decide darse unas pequeñas vacaciones en mi hermoso país, créanme que las puertas de mi casa estarán abiertas para usted y su esposa, mi mujer tiene un don para la cocina, seguro podría prepararles algo delicioso.  

Muchas gracias, Señor Fernández, le tomaré su palabra. 

Encaminé a los señores a la salida y les ofrecí mi chofer para que los llevara de regreso a su hotel, con gusto aceptaron.

—Fue una buena negociación, aprobaron más productos que los que pensé.— dijo el rubio mientras regresamos al elevador. 

— ¿Cuántos pensaste que iban a aprobar, Chris?

Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón y me recargué en la pared del elevador mientras cerraba un momento los ojos. Había sido una junta larga, habíamos comido, discutido un poco y al final llegamos a un buen acuerdo. 

— ¿3? Quizá 1. 

Me reí y abrí los ojos. — ¿Por qué aprobarían solo uno, Chris? Habrían venido hasta Nueva York solo por un producto.

Mi primo se encogió de hombros con una sonrisa. —El barbón era bastante guapo.

— ¡Ay, Dios, Christian!— bufé y me empujé hacia adelante para caminar fuera del elevador, directo a mi oficina.

— ¿Qué? Estoy seguro que es oso— carcajeó. 

Lo miré mal y negué. —No estoy orgulloso de conocer el termino. Flackes, venga a mi oficina en cuanto se desocupe, por favor.

La mujer asintió. —Sí, Señor.

Chris me siguió hasta mi oficina y se sentó tranquilamente con las manos tras su nuca y la pierna izquierda sobre su rodilla derecha. 

Lo imité y me senté detrás de mi escritorio. —Tenemos que empezar a producir para la exportación, necesito que te encargues de arreglar eso ¿Puedes?— abrí mi laptop para comenzar a enviar correos de pedidos a los proveedores, entre más pronto comenzaremos con la comercialización, mejor. 

—Con gusto, sabes que soy excelente convencedor, yo me encargo de todos los movimientos con la aduana.— se levantó y acomodó su saco. —Iré ahora mismo, me llevaré algunas muestras de los productos, ya sabes, por si quieren revisarlos ellos mismos, se ponen un poco quisquillosos con envíos grandes.— caminó cerca de la puerta. —Te llamaré cuando lo tenga solucionado y estén entregandome los papeles para poder pasar la mercancía. Me llevaré a Benedict, para apoyo.

Asentí y se despidió antes de salir de mi oficina. Se apartó un poco dejando entrar a mi asistente y secretaria y le dijo algo a lo que ella rodó los ojos y negó, luego el rubio salió. 

— ¿Me necesitaba, señor Styles?— preguntó.

—Así es, quería felicitarla, Flackes, por su arduo trabajo. Como sabe la reunión salió bastante bien y fue en mayor parte gracias a usted y su excelente organización.— estiré una carpeta y saqué unos papeles que había redactado antes. Tomé mi bolígrafo y firme ambas hojas. —Como le prometí, aqui tiene su bono extra por su cooperación en la junta, vaya a finanzas y que le sellen esta carta para que pueda girarlo. 

Contrato de Boda (H.S.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora