❧Capítulo XVII

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Maximiliano

La pista privada de Múnich nos recibió con una docena de autos, la mayoría de mis hombres estaban dichosos de verme volver.

Pisar suelo alemán me devolvía la tranquilidad, por fin podría encargarme personalmente de mis negocios.

—Llévalos a la mansión le pido a Marcos mientras me encamino a una de las camionetas.

—¿Qué vas a hacer? 

—Tengo unas cosas que arreglar – mentí alejándome ya que no tenía ganas de aguantar sus reclamos por un simple polvo.

Últimamente mi amigo estaba muy moralista.

Tenía demasiado claro que Isabella no iba a volver a permitir que la tocara y por más que eso sea por mí culpa, no voy a pasar sin sexo solo por eso.

Antes de llegar mande a trasladar a las rubias a un departamento en el centro ya que no podía tenerlas en el mismo techo que ella, sería demasiado hasta para mí.

La casa siempre se respeta

Fueron las palabras que nuestro padre se canso de repetirnos hasta el día de su muerte.

Suspire pasando la mano por encima de la tela del pantalón, estaba caliente y ansioso, nada deseaba más que descargar la frustración con ellas.

El toque del cuerpo de mi esposa había aumentado mis ganas y tuve que luchar con mi mente para no tener una erección.

Prácticamente conté los minutos que tarde en llegar y subí deseoso por ellas. No me esperaban por lo que se sorprendieron al verme.

—¿No extrañaron a daddy? ¡Porque daddy si las extraño! ambas cayeron al piso de rodillas asintiendo con la cabeza.

Que placer me daba verlas así.

Me acerco desprendiéndome la camisa. No puedo evitar detallarlas, son tan distintas entre ellas, Tamara lleva una blusa suelta larga mientras que Samantha un body de encaje rojo el cual se le pierde en el culo.

Mi verga comienza a palpitar con la sola imagen.

—Dale amor a daddy Sami me acerco dejando que se ella quien desprenda y saque el falo. 

Se pasa la lengua por los labios antes de comenzar a chuparlo. Su boca sube y baja lentamente mientras se devora la longitud, su lengua sobre el glande me hacen cerrar los ojos disfrutando.

El puto paraíso.

—Tócate para mí Tamy pido comiéndomela con la mirada. 

Sin descaro a uno se baja las bragas y se lleva dos dedos a la boca los cuales chupa llenándolos de saliva, los mete de una en su canal mientras se masaje el clítoris.

Sus jadeos comienzan a retumbar en el lugar calentándome aún más.

—En cuatrole ordeno a la rubia que no me suelta la verga. —Ayúdala a correrse.

No duda en prendérsele del clítoris y mandarle los dedos, le suelto unas nalgas que le enrojecen el culo y me deslizo dentro. Su calor me aprieta y no soy suave a la hora de embestirla, entro y salgo de ella follandole el coño mientras clavo mis dedos en su cintura dándole sin parar.

Ma corro al mismo tiempo que Tamara quien suelta un grito desgarrador presa del orgasmo.

—Ven salta sobre daddy Tamara - todavía tengo ganas. La dureza de mi polla no ha bajado por lo que me sumerjo en otra ronda de sexo mientras que la rubia salta como desquiciada sobre mi regado.

Con ellas el sexo es exquisito y no entiendo por que mi mente solo evoca a la puberta que tengo como esposa.


Isabella

La casa me deja totalmente sorprendía por lo cálida que se siente. No hay demasiado lujos ni extravagancias, si no supiera quien es el dueño diría que una familia normal vive aquí.

—¿Qué te parece niña? pregunta nana colgándose de mi brazo.

—Es muy bonitasoy sincera.

—Ven vamos que te hago un tour Samuel me toma de la mano y sale corriendo conmigo como un niño pequeño. 

No pongo resistencia y me dejo llevar por él.

Comenzamos elrecorrido por el jardín, seguimos por la planta baja y continuamos por laplanta alta. Me sorprende que la casa tenga hasta un gimnasio, a simple vista no parece tan grande.

—Y, esta es mi habitación ¿Quieres entrar? dice y una ola de calor me recorre el cuerpo.

No sé qué se me cruza por la cabeza, pero asiento cuando sus ojos miel me miran brillosos. Es un lugar espacioso, pero acogedor, está decorado de color turquesa y me sorprende el hecho de que hay miles de libros en las paredes.

—¿Te gusta? pregunta detrás de mí. 

Su aliento choca en mí nuca y cierro los ojos por inercia.

—Síle respondo dando un pequeño salto cuando se pega más a mi cuerpo aferrándome por la cintura.

Su toque se siente distinto al de su hermano, es dulce y delicado. No sé por qué no lo aparto, pero disfruto del tiempo que se queda así.

—¿Qué más te gusta? su voz suena áspera y tiemblo cuando sus labios rozan mi cuello despertando un sinfín de emociones. —Dime ¿qué más te gusta Isabella?

No puedo articular palabras. Sus labios me queman como si estuviera en contacto con el mismísimo fuego, su agarre se intensifica y me sonrojo cuando siento una humedad en mi parte baja.

Esto estaba mal, demasiado mal, pero era fascinante. 

El golpe en la puerta nos hizo alejarnos rápidamente. Nuestras miradas se encontraron y odie el hecho de estar sonrojada como una idiota.

No se quien había sido, pero se fue enseguida.

—Mejor me voy digo mientras salgo lo más rápido que mis pies me lo permiten.

¿Qué mierda estuve a punto de hacer?

Hola nenes
¿Cómo estan? ¿Qué les va pareciendo todo?
Este cap fue 🔥
Los leo, no olviden su ⭐ si les gusto. 

Rojo CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora