❧Francia
❧09:00 am
❧Alexander
La imagen de la escuela se alza enfrente nuestro, la boca se me curva en una sonrisa al cruzar miradas con la bestia sangrienta que tengo al lado, confirmando que es hora de actuar.
Muchos en este mundo están acostumbrados a hacer las cosas sin medir las consecuencias, se encierran en las ansias de poder al punto de que no miran a quien salpican con su mierda.
Como es el caso de Francis, el jefe de la mafilla francesa, quien se jacto de que podía jugar y ridiculizar a una de las mafia y familia más poderosas, razón por la cual su pequeño hijo va a ser quien page por sus errores.
No nos resultó difícil encontrar el lugar, ni muchos menos sobornar a los directivos para poder tener vía libre a cada rincón, además de que la imagen que había conseguido Maxs nos fue de ayuda para identificar a la próxima víctima. por lo que solo teníamos que esperar a que la hora pase y el mensaje llegue a nuestro objetivo.
Francis.
—¿Todo en orden? – indago intentando disolver lo tenso del ambiente, el silencio es algo que no me gusta, es demasiado perturbador.
—Ella va a tenerlo – dice respondiendo a la pregunta que no le hice y palmeo su hombro en señal de apoyo.
En verdad me pone muy feliz por él, un hijo es lo que necesita para dejar de ser tan hijo de puta.
Los minutos pasan mientras rondamos y estudiamos el lugar, el teléfono me suena y respondo mientras del otro lado me dan la confirmación que necesito, la cual nos pone en marcha al interior del lugar.
—¿No es muy loco entrar con ametralladoras?
—Mas loco es creer que te podés poner a jugar con el lobo – responde Maximiliano haciendo me reír.
Divisamos la puerta del salón en donde yace nuestra víctima y el sujeto a mí lado la derriba de una patada, los hombres que nos acompañan se toman el lugar mientras que las maestras y los alumnos vuelven el ambiente un griterío.
Las suplicas comienzan aumentando nuestro ego, como que si rogaran por su vida nos importase.
Maximiliano lo agarra y duerme con somnífero al objetivo mientras me apresuro a dejar el mensaje a su padre. Las camionetas negras nos esperan fuera y nos montamos dejando el lugar rápidamente.
No podemos arriesgarnos a que la gente de Francis llegue y arruine todo.
—Vamos para allá – aviso por el teléfono a mi hermano quien nos está esperando en la pista con la avioneta lista para ir a Italia.
Volver a Alemania no era una opción, es el primer lugar en donde lo buscarían. —No le hagan nada por el momento – ordena Maximiliano y lo miro incrédulo ya que ese no era el plan.
—¿Enloqueciste?
—Vivo vale más que muerto, tengo otros planes para él – no le quita la mirada de encima y que tenga los ojos turbios casi negros me hace pasar saliva y apiadarme del pobre niño.
Nos separamos al llegar y cada uno toma un destino distinto.
❧
❧Alemania
❧13:00 pm
❧Maximiliano
Para nuestra suerte todo había salido según lo acordado, ahora solo faltaba esperar a que el francés imbécil hiciera contacto y rogara por la miserable vida de su hijo.
—¿Y Marcos? – indago al hombre que me abre la puerta del laboratorio.
Me desprendo la corbata mientras me deshago del saco del traje, el calor en este lugar es sofocante.
—Está llegando señor – responde entregándome la mascarilla y el traje blanco.
Odio el olor y la suciedad que emana el producir kilos y kilos de cocaína, pero aun así tengo que venir y controlas, cada tanto, que todo marche bien.
Recibo el registro contable y la sien me palpita al darme cuenta de que estamos en falta y atrasados con muchos encargos y todo por culpa del dichoso incendio.
—Quiero esas 1000 toneladas listas en menos de 42 horas – exijo al jefe de producción quien tiembla mientras asiente.
Me gusta el hecho de que mis trabajadores sepan a quien se enfrentan y que, si yo quedo mal parado, ellos quedan sin cabeza.
—¿Cuándo vas a ir a las bodegas de armas? – la voz femenina me hace girar sorprendido ya que no tengo la menor idea de lo que hace en este lugar, esta sin mascarilla por lo que me apresuro a darle la mía.
Odio que sea tan descuidada —¿Qué mierda haces acá Azul?
—Mi trabajo – responde encogiéndose de hombros.
—¡Vete ya mismo del lugar! – digo cuando diviso a mi amigo ingresar – Te necesito en Italia con el niño.
Asiente y vuelve a darme la mascarilla antes de irse.
—¿Cómo salió todo? – pregunta Marcos cuando llega a mi lado.
Ignoro el hecho de que lo noto tenso he ido.
—Todo salió según lo esperado ¿Samuel estaba en casa? – indago mientras la escena del otro día invadan mi mente.
—No, según nana fue a la universidad temprano – responde y comienzo a caminar recorriendo el lugar, me sigue en silencio y me contengo las ganas de contarle todo lo relacionado con Isabella.
Luego habrá tiempo para eso, ahora lo principal es completar la mercadería y mandar lo solicitado a nuestros socios.
—Prepárate para ir a las bodegas del sur, quiero ver cómo va todo con el nuevo armamento – pido y asiente.
El hecho de que Azul lo allá mencionado, fue suficiente para dejarme intranquilo.
Lo único que espero que el panorama no sea tan desalentador como este.
—¿Vamos ahora? – pregunta mientras se una el dedo con la cocaína y lo prueba, no me sorprende que lo haga ya que es lo más cerca que estamos de probar esa porquería.
Quien vende, no consume decía mi padre.
—Si, dame un momento que termino de revisar todo esto.
Cuando por fin esta todo en orden y las cuentas me quedan clara, aviso a Marcos para irnos, el viaje hasta las bodegas es en completo silencio cosa que me sorprende.
Marcos siempre tiene algo para decir, cuando llegamos e intento preguntar por su actitud el móvil comienza a sonarme.
El cuerpo se me llena de dicha y satisfacción cuando reconozco la características y el número.
Francis.
ESTÁS LEYENDO
Rojo Carmesí
Romance¿Quién diría que el destino la uniría con un ser tan sangriento y despiadado como Maximiliano Wolf? Isabella Kozlova es una joven de dieciocho años. Alegre, simpática y demasiado extrovertida. Única heredera del jefe de la Bratva; aunque eso no le...