❧Maximiliano
Revisaba los correos que mi primo había enviado sobre las nuevas empresas. Una petrolera, una concesionaria de autos de alta gama y una fábrica de aparatos electrónicos.
Tres pantallas bien hechas y tres fuentes de lavado de dinero incuestionables. Redacto el correo para que transfieran los montos necesarios y mi atención se desvía al mensaje de Calef.
Abro con afán y sonrió al ver la imagen digital de la ecografía. Los dos puntitos sobresalen en el gris haciéndome despertar a la mujer que duerme en el asiento a mi lado.
—¿Ya llegamos? - se remueve intentando acostumbrarse a la luz.
—Todavía falta, pero mira esto - digo moviendo el aparato.
La imagen también la toma por sorpresa sonriendo ampliamente.
—Deberíamos pensar en los nombres - propone.
El teléfono me suena antes de poder responderle. Ella se aparta suavemente, quitándome la computadora y volviendo a su asiento.
Quisiera ignorar la llamada, pero desisto al ver que es Exequiel.
—¿Qué sucede? - pregunto.
Comienza a hablar sin parar, como si fuera un loro. No logro comprender mucho de lo que suelta, pero una simple oración hace que la ansiedad se me dispare.
Llegaron los Yakuza y Marcos no aparece por ningún lado.
—¿Cómo que llegaron antes? - no puedo creer lo que es escucho.
Se suponía que aún teníamos un día.
Le pido que se mantenga en la línea mientras le pido a Isabella su teléfono. Tecleo el número de Marcos y no me responde. Vuelvo a intentarlo, pero me manda al buzón de voz.
—¿Sucede algo? - cuestiona la mujer a mi lado.
Niego recuperando la llamada con el italiano.
—¿Tu hermano está en la mansión? - indago. -Dile que se ocupe hasta que lleguemos.
—Si se está ocupando, junto con Beltrán, pero me pido que te avise.
Le aseguro que en menos de una hora estaríamos en Alemania y le doy fin a la llamada entiendo porque mi querido amigo desapareció.
Le pido a mi esposa la computadora y me sumerjo en estudiar las cifras, componentes y las cantidades de mercadería para el nuevo trato.
Todos saben que los Yakuza son una de las organizaciones más sangrientas del continente asiático. Su origen proviene de la era de los samurái y su principio se basa en la lealtad absoluta
Existen diferentes clanes dentro de la organización, pero todos ellos le rinden cuentas al máximo líder. Sus miembros son entrenados desde pequeños en las artes marciales, volviéndose agiles.
No solo entrenan el cuerpo, sino también la mente.
Nunca había tenido la oportunidad de tratar con ellos personalmente, por lo que, por primera vez en mi vida, estaba nervioso.
Sabía que todo estaba listo y empaquetado. La droga y las armas solo esperaban ser cargadas y enviadas a su destino, pero, aun así, un mínimo error podría costarnos caro, más en este negocio.
—¿Maxs?
—Los Yakuza van a estar en la mansión cuando lleguemos - le hablo. -Necesito que busques algo que ponerte, algo que sea presentable.
Comprende y sin decir nada más se dirige a la maleta y luego al baño.
La próxima hora se hace eterna pero el mensaje de mi hermano me quita un peso de encima.
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Rojo Carmesí
Romansa¿Quién diría que el destino la uniría con un ser tan sangriento y despiadado como Maximiliano Wolf? Isabella Kozlova es una joven de dieciocho años. Alegre, simpática y demasiado extrovertida. Única heredera del jefe de la Bratva; aunque eso no le...