❧Capítulo XLIII

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Isabella

Suspiré dichosa mientras sacaba las cosas de mi mochila. Hoy es mi primer día de universidad y no me cabe más felicidad en el cuerpo.

Recorrí el lugar intentando grabarme cada pequeña cosa.

Sin dudas estar en un laboratorio de esta magnitud es un sueño cumplido.

Los lugares vacíos comienzan a llenarse y una oleada de calor me recorre el cuerpo al ver a mi cuñado ingresar al salón. Vine acompañado de un joven, el cual prácticamente se le cuelga de los hombros y nuestras miradas se juntan multiplicando todo.

Se ubican detrás de mí y maldigo que hayan ocupado los lugares a mi lado.

—Pensé que vendríamos juntos – habla.

Me medio giro para poder verlo, volviendo a caer ante esos ojos miel que me vuelven loca. Una idea se me cruza por la cabeza obligándome a morderme el labio, cosa que no pasa por alto ya que sus ojos se centran en ellos.

—No lo creí oportuno. – respondo recordando las advertencias de maximiliano.

Iba a decir algo pero la profesora ingresa comenzando con la clase. Hace la debida presentación de la materia, un pequeño resumen de los temas y dicta los grupos para el laboratorio.

Cuando escucho mi apellido junto al de mi cuñado cierro los ojos fascinada por la coincidencia, aunque soy consciente de que eso puede llegar a no traer algo nuevo.

—Armen los grupos y comenzamos – exige la profesora.

Todos comienzan a moverse buscando a sus compañeros y como ya somos tres, nos quedamos esperando que vengan a nosotros.

—¿Cómo es que estás en este curso si vas un semestre adelantado? – cuestionó.

—Reprobé el anterior. – responde encogiéndose de hombros.

Oculto la sonrisa que me genera su actitud despreocupada.

—Hola soy Erikc – se presenta el chico que entró con él. —El mejor amigo de samy.

Me extiende la mano y la recibo gustosa. Me alegra el hecho de conocer a personas de su círculo social y que, además, tienen mi misma edad.

—Isabella – me presento.

—Lamentamos interrumpir, pero nos toca juntos. – hablan dos chicos delante nuestro. —Él es adrián y yo soy Félix.

Se presentan y los saludamos mientras se ubican en los espacios que quedaron libres. Lejos de sentirme incómoda por ser la única mujer, se siente bien conocer gente nueva.

Félix es un colorado con lentes y pecas mientras que adrián en cambio, es un morocho con labios demasiados gruesos.

—Trabajaremos en la páginas 47 del libro de moléculas I – habla la profesora y todos abren el libro rápidamente.

Todos menos mi cuñado.

—Busca la página – regaño a samuel. —Con razón repetiste curso.

Se ríe pero me hace caso.

Pasamos la próxima hora leyendo y resumiendo el tema. Samuel tiene razón cuando dice que el temario es complicado ya que casi ni entiendo lo que leo. me frustró más no pienso rendirme.

Debes ser la mejor

Las palabras de mi esposo punzan en mi interior y no pienso en otra cosa que hacer lo que me pidió. No soy buena estrategia, no soy buena con las armas y mucho menos con las cuestiones de la organización. Pero quiero ser parte y si para serlo necesito estudiar día y noche, pues lo voy a hacer.

Rojo CarmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora