Los padres de Faith Sarah Faust fallecieron cuando ella apenas era una niña, agónico de dolor su abuelo decide alejarla de Forks y de todo lo que el pueblo acarrea... Mas no se puede mantener alejado un hilo rojo por durante tanto tiempo ¿O si?
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La culpa no era de Faith más ella sentía que todo lo negativo que ocurría, todo el revuelo de vampiros y lobos en Forks, lastimosamente, era debido a su presencia y eso le inquietaba.
—Creo que Faith debería estar con mi familia, ellos pueden protegerle —Opinó Nessie, aunque varios estuvieron en desacuerdo.
—Estará mejor en la Push, si esos chupasangre intentan algo tendrá a su manada cerca —Soltó Sam, cruzado de brazos como si estuviese seguro de las palabras que acababa de soltar.
—Es cierto Ness, además, no queremos que Faith esté incómoda —Jacob le puso una mano en el hombro, agradecía lo que su impronta acababa de proponer, más consideraba que el lugar de Faith estaba allí en la reserva.
—Nuestras puertas siempre estarán abiertas para Faith —Asintió el rubio, Carlisle, mientras observaba a la manada. —Intentaremos ayudar en lo que podamos, mientras tanto informaré a la guardia Vulturi acerca de este altercado, dudo que ellos estén al tanto.
—Gracias por cuidar de Faith —Seth alzó la vos primero observando a Carlisle y luego a Nessie y a Edward quien miraban espectantes la situación. —Es importante para nosotros.
Faith se frotó la sien al oír aquello, estaba sentada en el sofá del living mientras todos deliberaban el que hacer con su vida en la cocina, su cabeza daba vueltas, que Alec Vulturi le hubiese nublado los sentidos le dejó mareada y con mucho dolor en la sien, los Cullen habían asegurado que aquellas eran las secuelas del don del vampiro y que se iría en un par de horas. Leah estaba a su lado sosteniendo un paño frío mientras Emily, la impronta y prometida de Sam, sostenía una bolsa en caso de que Faith quisiese vomitar nuevamente, ya había devuelto al menos tres veces en la última hora, se encontraba muy pálida. Su abuelo también estaba allí sentado junto a ella en el sofá, acariciaba su mano con delicadeza ya que no le apetecía estar entre vampiros. Había muchas personas preocupadas por Faith y eso le generaba una sensación de culpa, poco sabía cómo compensar aquello.
—Ese vampiro, el que te atacó, es potencialmente peligroso —Acentuó Leah a su lado. —Pertenece a la guardia de una especie de realeza vampírica muy poderosa —Continuó explicando mientras observaba a Faith. —Si tu tienes sangre de los hijos de la luna y el gen metamorfo eso significa una amenaza para ellos.
—Ni siquiera se si el gen puede activarse —Manifestó la castaña con disgusto hacia ella misma.
—No les importa, querrán eliminarte al igual que lo intentaron con Renesmee solo por portar un genoma diferente diferente —Esclareció la loba.
—No se lo permitiremos Leah —Hablo Bartozs con su voz rasposa, la morocha suspiro.
—Por supuesto que no, Faith estará bien cuidada por todos en La Push —Concreto Emily con una sonrisa reparadora, era una mujer valiente y transmitía la misma valentía que ella portaba.
—Emily tiene razón —Corroboro la castaña mirando a su abuelo quien le sostenía la mano de forma cálida. —Nada va a sucederle a nadie.
—Es el mismo valor con el que hablaría tu padre —Sopesó nostálgico, había veces en las que Faith no quería hablar acerca de sus difuntos padres, ni mucho menos que su abuelo les comparara con ellos, pero jamás se lo diría, sabía cuánto significaba para Bartozs el poder revivir a su hijo mediante su nieta y no le quitaría esa ilusión. —El podría protegerte a ti y a... Todos aquí —Soltó como si quisiese haber dicho otra cosa más en la mitad de la oración se halló arrepentido y cambió las palabras repentinamente, Faith lo noto más no quiso preguntar.
La reunión en la cocina fue corta, vampiros y lobos terminaron de cranear la vigilancia exhaustiva a sus perímetros por si a Alec o a Jane, la vampira que les había atacado la primera vez, se les cruzaba por la mente regresar, Faith tenía entendido que ambos eran gemelos y muy poderosos, en esos momentos deseaba poder convertirse en lobo, así al menos podría defenderse a ella misma, siendo una humana estaba en desventaja. Todos se despidieron amablemente de Bartozs y su nieta antes de partir rumbo a sus moradas, la única persona que permaneció allí fue Seth tras haberle informado a su madre que no cenaría en casa esa noche.
Faith se escabulló a su habitación una vez que todos se fueron, apenas escuchaba los murmullos de Seth y su abuelo conversando en la planta baja, suspiraba agobiada de vez en cuando, ella no necesitaría toda esa protección si continuase viviendo en California... Pero tampoco tendría muchas de otras cosas que había ganado estando allí en La Reserva.
— ¿Como estas? —Pregunto Seth tras tocar la puerta y seguidamente abrirla para poner un pie dentro de la habitación.
—Todo esto me agobia —Confeso, el pelilargo camino un par de pasos hasta donde Faith se encontraba sentada sobre su cama.
—Tranquila, es divertido un poco de acción —Sonrió divertido el lobo, ella torció el gesto.
— ¿Lo es para todos los demás?
—Hacía mucho tiempo no pasaba algo tan interesante —Seth se encogió de hombros dejándose caer junto a la joven. —Además, así son las cosas aquí, protegemos a los nuestros —Aseguró el joven mientras le rodeaba los hombros con un brazo.
—No tengo idea de cómo agradecerles a todos por eso —Suspiro, Seth sonrió.
—Aún no tienes idea de lo especial que eres Faith Sarah Faust —Seth suspiro de forma risueña. —Te admiro —Confesó haciendo que los ojos de la joven se posasen en el. —Te admiro demasiado.
