Los padres de Faith Sarah Faust fallecieron cuando ella apenas era una niña, agónico de dolor su abuelo decide alejarla de Forks y de todo lo que el pueblo acarrea... Mas no se puede mantener alejado un hilo rojo por durante tanto tiempo ¿O si?
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Para cuando Faith estuvo a punto de entrar a su casa esa noche la puerta se abrió de par en par ante sus ojos, la figura de un exaltado Seth se extendió ante sus ojo, jadeaba, como si hubiese estado corriendo, la castaña apenas entendía aquella reacción, y de la nada le abrazó.
—Demonios Faith, me tenías preocupado —Soltó él con alivio, realmente estaba aliviado, aquellas dos horas habían sido las más largas y tediosas de su vida. —No tenía idea de dónde estabas y si algo te había sucedido, Jake dijo que estabas aquí y cuando llegue sólo estaba tu abuelo y él tampoco sabía dónde estabas —Explico frenético, aunque intentaba calmarse no podía.
No era capaz de explicar lo rápido que latía su corazón, había tenido miedo, tanto él como Jake habían estado buscándole por los alrededores sin respuesta alguna y cada segundo que pasaba sin saber de Faith era un clavo más que se le incrustaba en el corazón, aquello le dolía demasiado.
—Solo fui a dar un paseo por el bosque —Titubeo, Faith se sentía culpable por mentir pero no quería preocupar a nadie; al instante en el que lo dijo se dio cuenta de que había sido muy mala idea excusarse.
— ¿Segura?
—No —Soltó, Seth ya sabía que anteriormente estaba mintiendo puesto que no le miraba a los ojos cuando hablaba, pero ahora decía la verdad. —Intercepte a Alec en el bosque.
Seth suspiro, quería abrazarle, los últimos días había tenido mucho trabajo en el taller y casi que no había tenido tiempo más que para dormir y comer, había extrañado mucho a Faith y ella a él; casi como si fuese una conexión la castaña se dejó caer en los brazos del morocho quien sonrió acariciandole la cabeza.
—Será mejor que entremos —Sugirió.
La castaña asintió con la cabeza y ambos ingresaron a su casa donde su abuelo preocupado le aguardaba en el sofá, ambos guardaron silencio en cuanto al vampiro se refiere, no querían preocupar al anciano por lo que cenaron rápidamente y se encerraron en el cuarto de la joven.
— ¿Te lastimó? —Fue la primera pregunta que hizo Seth tras arrojarse en la cama, Faith negó con la cabeza.
—Dijo que quería protegerme... Que Aro me necesitaba viva —Seth entrecerró los ojos tras oír aquellas palabras. — ¿Sabes quien es?
—Es la cabeza de esa extraña realeza vampírica de la que hablamos —Explico rápidamente. —El vampiro con más años según dicen.
— ¿Y por qué querría mantenerme con vida? —Faith torció el gesto, era algo que aún no le cuadraba en aquella ecuación, Seth dudo.
—No lo se, tienen ideas y visiones muy extrañas —El morocho alzó ambas cejas, el peso de Faith en la cama le hizo hacerse a un lado para dejarle un espacio.
— ¿Crees que haya que preocuparse? —Cuestionó la castaña a su lado, a Seth le agradó aquello, que Faith no pensase en ella como si estuviese sola sino que supiese que Seth estaría allí para lidiar con cualquier cosa que Faith padeciese.
—Aún no, intentemos no pensar en ello y así no alertar a la manada hasta que hablemos con los Cullen, ellos sabrán qué hacer —Seth tomo un mechón de cabello de la joven y comenzó a jugar con él enrollándolo en uno de sus dedos mientras le miraba. —Te había dicho alguna vez que eres singularmente bella —Faith sonrió avergonzada mientras bajaba la mirada.
—Seth... —Suspiro con una sonrisa.
—Y no es por que seas mi impronta, en serio —Afirmó él y apoyo la espalda en la almohada, Faith se acomodo en su pecho. Ella le miró a los ojos por algunos momentos, si se lo ponía a pensar Seth era el joven más atractivo que había conocido en su vida, incluso antes de estar imprimada en el, cuando le conoció el le había parecido el más guapo de todos sus amigos, pero ahora era más que solo un ser bello, era perfecto ante sus ojos. —Me intimidas Faith —Él soltó una carcajada entonces la castaña se chocó con la realidad, había estado mirándole un buen rato.
—Nada —Sonrió quitándole la mirada de encima. —Tu también eres un chico atractivo.
— ¿Solo atractivo? —Pregunto pícaro, ella se mordió el labio, Seth puso su mano en la mandíbula de la joven obligando a mirarle.
—Aún así te has imprimado en mi —Susurro en su oreja, casi como si fuese un ronroneo, a Faith se le erizó la piel y no supo descifrar si fue por culpa de su tono de voz o el aliento caliente chocándole directamente en la oreja.
—Tienes razón —Admitió ella acomodándose de tal forma en la que podía admirar los ojos cafés del joven.
—Te quiero Faith —Confesó de forma seria, Seth ya no bromeaba, sus ojos se iluminaban con cada palabra que le decía a la castaña, le había salido desde el corazón.
—Yo también te quiero Seth —Concordó ella mirándole con intensidad.
Sus rostros se acercaron apenas y fundieron sus labios en un suave beso.
—Mis días cobraron sentido cuando llegaste aquí, es como si estos últimos años hubiese vivido solo para esperarte —Confirmo él, en los últimos años de su vida nada interesante había pasado, se había graduado, había crecido físicamente, trabajaba en el taller habitualmente, pero no había nada que le mantuviese con los pies sobre la tierra, había chicas que salían con él, citas, pero nada que captara su atención realmente, todo era aburrido hasta que Faith llegó. —Pero al parecer todo estaba minuciosamente planeado —Corroboro mientras le apretaba más sobre su pecho.
—Me alegra haberme imprimado de ti, podría haber sido cualquier otra persona y... No estoy segura de si hubiese sido tan especial —Faith sonrió tras soltar aquello, ni siquiera ella se lo esperaba, Faith Sarah Faust era una persona más bien fría, por muchos años había ocultado sus sentimientos, no es que no hablase a menudo con Bartozs de las cosas que le sucedían a diario, más muchas veces decidía abstenerse de decir algunos detalles por miedo a preocuparle.
