52

975 112 4
                                    

El regreso

El viaje hasta Forks fue largo y agotador, principalmente para los dos licántropos, Rosalie y Emmett solo estaban aburridos de tantos aeropuertos, habían querido jugar a las cartas, a las damas y a un sin fin de juegos más, pero lo único que Faith...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El viaje hasta Forks fue largo y agotador, principalmente para los dos licántropos, Rosalie y Emmett solo estaban aburridos de tantos aeropuertos, habían querido jugar a las cartas, a las damas y a un sin fin de juegos más, pero lo único que Faith y Wilhem hacían era dormir por lo que la pareja se encontraba un poco abrumada por la larga espera.
El llegar a su hogar fue reconfortante, especialmente para Faith a quien le inundó una ola de emoción y nostalgia al pisar el living de nuevo, allí estaba el olor de su abuelo y el ambiente húmedo que tanto había extrañado, tuvo que retener un par de lágrimas antes de subir a su habitación para dejar sus maletas, después de un año de estar fuera todo parecía igual, cada cosa estaba en su lugar, era como si jamás hubiese abandonado aquel lugar. Poco a poco su vitalidad iba regresándole al cuerpo.

— ¿Estas listo? Te presentaré a mis amigos —Anuncio con emoción mientras tocaba la puerta abierta del castaño para llamar su atención, Will al verle con una mueca similar a una sonrisa le mostró los dientes en señal de aprobación, ambos notablemente se sentían más tranquilos.

—Seguro, aunque estoy algo nervioso —Admitió sonrojándose, Faith se carcajeó.

—Les agradarás mucho —Aseguró mientras pasaba su brazo por encima del hombro de Will conduciéndole por las escaleras.

Ambos salieron tan apurados que casi olvidan notificarle a Rosalie que iban a salir, la pareja se dirigía a la casa Cullen cuando los interceptaron en la cocina.
Los jóvenes recorrieron el bosque corriendo y saltando, Faith se sentía bien nuevamente, el estar en casa y el enseñarle a Will su mundo le hacía bien, le hacía feliz, estaba nerviosa, no era algo que pudiese ocultar fácilmente, se le revolvía el estómago al pensar nuevamente en Seth, los ojos se le llenaban de lágrimas, quería correr a sus brazos, quería abrazarle y tocarle... Necesitaba todo eso, necesitaba estar cerca suyo otra vez, se moría de ganas.
Aunque temía por el echo de que le había abandonado por casi un año, no estaba segura de cómo podía tomarse aquello.

Jake le diviso primero, corrió a su encuentro con un abrazo, pese a que eran casi de la misma altura el morocho levantó a Faith un par de centímetros del suelo para estrujarle mejor.

—Will que bueno verte de nuevo ¿Estás preparado para formar parte de la manada? —Preguntó mostrando sus perfectos dientes blancos en una sonrisa mientras palmeaba la espalda del joven.

—Así parece, estoy muy emocionado —Admitió cuando Jake pasó una mano por su cabello para despeinarle.

—Apuesto a que serás uno de los mejores rastreadores —Emitió detrás de Jacob una voz que Faith conocía bien, Sam. La castaña se adelantó para abrazarle también mientras que Will se limitaba a permanecer en su lugar con una sonrisa tímida.

—Será de los mejores, ya lo verás —Aseguro su hermana mientras volvía a pararse junto a él.

—Todos te echamos mucho de menos —Suspiro Sam mirando hacia la castaña, ella suspiro.

—Y yo a ustedes, más de lo que imagine —Admitió con tanta veracidad que Will volvió a sentirse culpable durante algunos segundos, admiraba como su hermana observaba a sus amigos y como sus amigos observaban a su hermana, respeto, lealtad y sobre todo cariño, mucho cariño, en sus miradas había familiaridad.

—Ven, te presentaré al resto —Notifico el alfa mientras le lanzaba una mirada a Jake.

Sam y Faith observaron como Will se alejaba con Jacob en dirección a la playa donde los jóvenes licántropos se divertían en el agua, por algunos momentos ambos permanecieron callados hasta que la castaña rompió el silencio.

— ¿Como está? —Se atrevió a preguntar, realmente no sabía si quería saberlo, prefería verle.

— ¿Seth? El... Esta bien —Solto Sam, realmente era un tema delicado, él no quería profundizar, había estado junto al pelilargo en su momento más doloroso, pero no culpaba a Faith, imprimación y familia eran dos cosas complicadas.

—Ire a verle... Tal vez - -

—Estaba de camino a aquí, no tardará en llegar —Aviso el moreno haciendo que las tripas de Faith rugiesen.

Entonces le oyó, escucho como su voz le resonaba en los oídos, al voltearse le vio caminando tranquilamente, como si no hubiese cambiado ni un poco, allí estaba él, tan hermoso y vivaz como le recordaba, con el pelo largo y la sonrisa en el rostro, Faith sintió como las piernas le temblaron, Sam tuvo que ponerle una mano en el hombro para evitar que se tambaleasen, estaba boquiabierta, petrificada, no recordaba cómo respirar, todo su mundo se había detenido en ese preciso instante, quería lloriquear, quería correr, detestaba estar allí como piedra.

El morocho iba acompañado por una joven rubia, de estatura baja, iban charlando animadamente cuando se detuvo en seco, las pupilas se le ensancharon, tuvo que parpadear un par de veces para comprobar que lo que estaba viendo era real, Faith estaba allí, realmente estaba allí. No lo dudo, no pudo dudarlo, sus piernas actuaron por sí solas, dejo de escuchar a Katia y corrió en dirección a su impronta como si fuese lo único existente en la tierra.

El impacto les arrojó a ambos a la arena, pero no importó, en ese mundo sólo existían dos personas: Faith y Seth. Se abrazaban con tal fuerza que un humano no lo hubiese resistido, como si no quisieran soltarse jamás, ambos soltaban lágrimas, ambos estaban felices y heridos, ambos recordaron cuánto habían extrañado al otro y cuánto les dolió su ausencia. La opresión en el pecho desapareció, toda herida quedó sana después de ese instante en el que se miraron, sus ojos compartieron un mismo objetivo, fueron el reflejo del otro, contemplaron sus almas gemelas, allí estaban, de nuevo conectados con el otro, y no importaba más que lo que ellos tenían en ese momento, era único e inigualable, la distancia había servido para darse cuenta de cuán fuerte era el sentimiento que ambos cargaban por el otro, la imprimación no era una simple palabra, era aquello, aquello que Faith y Seth tenían.

MIDNIGHT |Seth Clearwater|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora