A Particular Teacher (Gay | +18) [Borrador]

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Nicolás

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba Deian sobre mí, besándome, tocando mi cuerpo junto a Andy. Además de estar al lado mío Tobías y José haciendo lo mismo, no sabía que estaba pasando, pero realmente lo estaba disfrutando, este sentimiento cuando estamos todos juntos, haciendo este tipo de cosas, no sabía describirlo, pero me gustaba mucho.

—¿Te gusta? —preguntó Andy.

—Sí —susurré como pude, ya que Deian había sacado mi miembro y me estaba masturbando.

—Pues te va a encantar lo que sigue.

Andy y Deian se dieron una mirada de cómplice, yo no sabía que iban a hacer, a estás alturas casi que ni me importaba, luego me sorprendería por lo que estaba pensando en este momento, tal vez, pero ahora me da completamente igual, solo quería que siguieran y siguieran. Tuve una clara idea de lo que iban a hacer cuando ellos dos se acercaron a mi entrepierna, comenzaron a chupar cada uno una parte.

«Tenía razón, esto se sentía mucho mejor».

Cada lamida, cada suspiro, cada vez me volvía más desinhibido y me dejaba llevar más por el placer. Apreté con fuerza las sábanas y soltaba gemidos no tan fuertes, sentía cada cosa que hacían y me gustaba más que la anterior.

—Sigue así —gimió Tobías mientras que José le hacia lo mismo que los chicos a mí.

Verlos hacer esto solo hacía la situación más excitante. Ver sus caras, oír lo que dicen, ver cómo Tobías se estaba por venir gracias a la boca de José, ya no sé ni qué estoy pensando.

Dos hombres chupando mi entrepierna, con cada lamida estaba más cerca de venirme, antes de que eso pasara Deian baja un poco más, lamiendo mi entrada.

Lancé un gran gemido de forma inesperada, ya que realmente no pensé que eso fuera a pasar, pero no me disgusto, de hecho, es todo lo contrario. Al ver mi reacción él lo hizo de nuevo, Andy me masturbaba y chupaba, no creía poder sentirme tan bien.

—Ya estoy —dije como pude, y al segundo acabé en la boca de Andy.

—Sabes delicioso —dijo pasando su lengua cerca de su labio, que ahí había un poco de mi esencia.

Mi cuerpo se sentía algo cansado, pero aún quería más, más de ellos, más de este placer que sentía, lo quería tanto, y se vió cuando Deian se posicionó arriba mío, el cansancio desapareció casi por completo. Lo quería, realmente lo quería... dentro de mí.

—Métemela —le susurré en el oído.

—¿En serio? —preguntó algo sorprendido.

“El momento perfecto”: esa mierda no existe, pero lo que esta pasando aquí sí, lo estoy sintiendo y me está gustando, no sé siente como las otras veces, ninguna vez se siente igual a la otra, tampoco es como que tenga algo especial esta vez que estamos haciendo esto. Miré al rededor viendo a los tres chicos dándose placer.

«O tal vez sí».

—Sí —dije con una seguridad que solo Dios sabrá donde me nació.

—Entonces cumpliré tu pedido —dijo agarrando su pantalón y sacando de el un condón. —Abre las piernas.

Lo hice con un poco de duda, porque aún seguía algo nervioso, pero cuando él se acomodo y me besó, mis nervios por alguna razón bajaron.

—Cuando te duela me avisás —dijo y empezó a introducir su pene dentro de mí.

Al inició dolió un poco, un poco bastante, bueno, bastante fue lo raro que se sintió, no voy a decir que fue la primera vez que alguien haya introducido algo en mí «okay, eso sonó muy mal». Simplemente diré que me daba curiosidad saber como se sentiría que me metieran algo ahí, y mis dedos alguna que otra vez se involucraron en eso.

Gemí un poco por el dolor, entonces Deian paró, al abrir mis ojos y ver a un lado, veo a los demás vernos. Eso si que me dejó rojo, pero al instante siguiente sentí de nuevo esa presión de algo entrando dentro mío, y cuando le iba a decir que parará él mismo se detuvo.

—Ya está, cuando te acostumbres me avisás —dijo y yo me relajé un poco.

—Esto si que es otra onda —bromeó José sonriendo.

—Ay, ya, vuelvan a lo suyo —me quejé.

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