Tobías
Estaba en mi departamento, recordando cuando llegué aquí, un joven perdido que lloraba porque sus papás no lo aceptaban por como era y que luego de salir de ese oscuro hoyo vacío, por azares del destino, choco con un despistado, malhablado, sin modales y sin vergüenza... Bueno, que choque con Deian mientras andaba en mi bicicleta.
Mire una foto que estaba en sobre una repisa en la sala, particularmente no me gustan mucho las fotos, pero esta donde estamos los cuatro me encanta, ahora que pienso en esto, deberíamos tomarnos una foto los cinco, «eso sería un lindo recuerdo enmarcado».
Reí ante mi pensamiento y deje la foto donde estaba, gire mi cabeza al oír que llamaban a la puerta, cuando fui a ver ahí estaba él, mi papá, o el hombre que me hacía llamarlo así.
—Vaya, hay personas que el cambio le sienta bien, pero claramente a ti no te paso eso. Y, ¿qué te hiciste en el pelo? ¿Eso se supone que son tatuajes? —preguntó mientras que yo no podía ni moverme.
Él dio unos pasos al frente entrando en mi hogar, mis manos temblaban y de mi boca no podía salir ni una palabra. «Su mirada, solo hay decepción, solo hay pena, solo hay...».
—¿No vas a decir nada? —preguntó.
—Y-yo —tartamudeo.
—Yo no te enseñe a tartamudear —. Sus ojos fijos en mí, me daban escalofríos.
Eran decididos, se notaba una gran fuerza detrás, evitaba su mirada constantemente, no quería enfrentarlo.
«No quería hacerlo» pensé.
—Patético, como esperaba que iba a terminar —.«Se suponía que sería diferente, que no sería así, que no serias así».—¿Y para esto te eché?, supuse, que al menos harías algo útil o no sé, algo.
Estaba agarrando la foto, la estaba sosteniendo como si nada, como si tuviera derecho a hacerlo. Casi por instinto dije:
—Suéltala.
—¿Cómo? —musitó algo sorprendido.
—Suéltala —. A mitad de la palabra iba a parar, pero por alguna razón seguí y la dije.
—¿Disculpa?, Ja —río y se acercó a mí con la foto en la mano—. ¿Quién te enseñó que podías responderme?, porque se equivocó, y grande —dijo para acto seguido levantar su mano.
Instintivamente, yo me agaché y puse mis manos sobre mi cabeza, evitando que me hiciera algún daño. «Yo siempre supe que mi papá realmente no me quería, casi en lo absoluto, pero jamás había hecho algo así, al menos él no» pensé. Enseguida de alzar la mano, soltó la foto que sostenía con la otra, haciendo que me pusiera más alerta de eso que de la mano que estaba por hacerme daño.
Fui tratando de evitar que se rompiera, pero llegue tarde, ya había caído en el piso, y se había roto el marco y también con él se rompió a la mitad la foto. «La había arruinado, la había roto». No paré de reflexionar eso, era un pensamiento en bucle que se hacía cada vez más fuerte.
No quería llorar, no frente a él, pero las lágrimas salieron solas, y aunque yo no quisiera ya me estaba derrumbando.
—Tú sí que eres estúpido, ¿eh? —soltó mientras me miraba.
—Vete de mi casa, ahora —dije casi sin tartamudear.
Puede joder conmigo todo lo que quería, totalmente ya jodió la mayor parte de mi vida, pero hay cosas con las que él no se puede meter.
«Es estúpido si cree que voy a dejar que arruine una de las mejores cosa que me paso en la vida» pensé.
—Ja, en serio das risa —. Me pare y lo mire serio, las lágrimas aún caían, pero mi mirada daba a entender que no estaba bromeando.
—Vete. Ahora, largo —dije poniéndome enfrente de él.
—¿Y si no quiero? —preguntó.
—Te saco yo mismo —dije con un tono igual que el anterior, pero ahora totalmente firme, las lágrimas pararon.
—¿En serio?, quiero ver eso —dijo.
Lo agarré del hombro, y lo lleve para atrás unos cuantos pasos, él tomó mi mano, pero yo le di la vuelta haciendo que esta quedara en su espalda. Al final esas clases de defensa personal o algo así que vi por ahí en un vídeo sirvió de algo. Reí un poco ante ese pensamiento y lo llevé hasta la entrada, el forcejeaba, pero yo era más fuerte.
«Al final, por fin, yo fui más fuerte» pensé.
—Maldito hijo de puta, si crees que esto se va a acabar aquí, no tienes idea —. Lo tire para afuera y cerré la puerta con llave.
Él se quedó unos minutos gritando afuera, pero luego pude oír a los vecinos hablar de llamar a la policía por un disturbio y él quejándose por lo bajo se fue.
«No necesitabas de mucho para irte, ¿No es así?» pensé y solté una risa.
Una de las cosas que me asustaban era, no solo que mi pasado volviera, como sucedió con mi mamá, pero una cosa que nunca quiero que pase, es que yo vuelva a ser o estar como antes. Pero al final, no pasa mucho, yo estoy bien, porque:
—Al final yo fui más fuerte.
•••
Y después de más de 100 capítulos pongo algo de drama a lo Rosa de Guadalupe. Pero que puedo decir, yo solamente quiero que todos estén bien y sean felices.
(Pero tampoco puedo negar que me gusta el buen dramón, como hace nuestra quería telenovela: Teresa, ahre que esa era otra).
[Ya está lista la historia sobre la adolescencia de Tobías por si quieren ir de chusmas a ver que le pasó a mi gran y rudo niño tierno].
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A Particular Teacher (Gay | +18) [Borrador]
Roman d'amour"¿Qué harías si un día ves bajar semidesnudo al vecino que te gustaba cuando eras pequeño? ¿Y si tus amigos te dijeran que a ellos también les gusta él? ¿Y a ti también te gustan tus mejores amigos?... Y aparte, a nadie le molesta eso". *** -Capítul...