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En la actualidad.

Sabía que soñaba, aunque mi sueño se acercara demasiado a la realidad. Estaba apunto de apagar las velas de un pastel en cuanto me eche a correr, sabía perfectamente el porqué corría, no quería cumplir diecinueve años, no desde que tengo dieciséis.

—¡Despierta! —gritó alguien que después reconocí como Jihoon, uno de mis mejores amigos.

Jihoon es el único de mis amigos que sabe la verdad sobre el estupido trato de mi padre con su socio. Nunca pude contarle a mi otro amigo, Seokmin, puesto que sus padres se divorciaron y junto a su madre se mudaron a Londres, Inglaterra.

—¡Despierta! —gritó de nuevo ahora tirandose sobre mi.

—¿Quién te ha dejado entrar?—dije con la voz aún somnolienta.

—Tú madre, ¿quién más? — hizo una pausa y se sentó demasiado rápido en la cama —Tienes que bañarte, vestirte y bajar tu trasero, ¡hoy no es un día cualquiera! — gritó — ¡HOY ES TU CUMPLEAÑOS!

Era claro que sabía que hoy era mi cumpleaños, igual que claro que no tenía ganas de celebrarlo.

—Vete, déjame dormir y por favor cierra la puerta cuando salgas.

—Te sacare de la cama por las buenas o las malas, escoge, contaré hasta tres y quiero verte de pie, si no me veré en la obligación tomar medidas desesperadas.

Obviamente no le hice caso a su absurda amenaza y deje que contara como tonto, después de contado el número tres guardo silencio, yo sonreí, había recapacitado y dejaría de estar como grano en el culo.

—¿¡Qué carajos!?— grité al sentir el agua helada en mi cara.

Eso bastó para que me levantara con unas ganas asesinas de la cama.

—En mi defensa, yo te adverti— me regalo una sonrisa inocente.

Después de convencerme en salir de casa, aunque ayudó mucho ya que este día no quería compartirlo con mis padres.

Me duche, me arregle y salimos a "lo sabrás cuando lleguemos" porque según era una sorpresa, pero yo sé que se dirigia a el famoso restaurante que está en el centro de Seul, ese que tanto amamos para reunirnos. Como si predijera el futuro, Jihoon se estacionó en el estacionamiento de aquel restaurante y bajamos, pedimos una mesa que al parecer mi amigo había reservado y entramos al local.

Nuestro desayuno consistía en omelettes y fruta al centro, la platica era tan casual como solía serlo siempre, hasta que alguien cubrió mis ojos, era más que claro que eran unas manos. Bastó que la tocara para saber de quién se trataba, la tome y me giré con una sonrisa en mi rostro, para encontrarme con un ramo de tulipanes, mis favoritas.

El ramo se hizo a un lado dejando ver al hombre que las llevaba, no dudé ni un segundo en levantarme de mi lugar y arrojarme sobre él.

—Feliz cumpleaños amor — susurró en mi novio después de un beso.

—¡Wonho! Pensé que volverías hasta mañana... ¿qué haces aquí?

—No me podía perder tu cumpleaños por nada del mundo.

El viajaba constantemente junto a su padre, su padre por trabajo y el porque debia de aprender a manejar la empresa familiar.

—Demasiada miel — pude notar una leve capa de recelo en la voz de mi amigo — Deberían conseguir un motel.

—Debes conseguirte un novio —hablé y Wonho solo rio levemente.

Llevaba casi un año saliendo con Wonho, lo conocí en un club de tenis el verano pasado y desde entonces somos novios. Él tomo asiento en la mesa para después pedir un omelette y acompañarnos.

Después del desayuno, paseamos un poco por la ciudad, fuimos a mi mall favorito y compramos algunas cosas, al igual que Wonho me invitó a comer en nuestro restaurante favorito, Jihoon igual estaba invitado pero él no acepto la invitación diciendo que nosotros debíamos tener 'Nuestro espacio'.

Cuando el reloj marco las 7:30 y yo llegaba a mi casa, baje del auto de Wonho no sin antes despedirme con un beso en los labios, la casa se encontraba ligeramente extraña puesto que se oían voces desde el salón principal y no sólo las voces de mis padres, podría reconocer otras.

Inmerso en la intriga camine hasta el salón y pegue mi oído a la puerta, si, definitivamente había dos personas con mis padres, lo cual se me hacía raro ya que la lista de personas que venían a la casa era muy restringida. Toque dos veces la puerta, tenía que avisar que había llegado. Después del 'adelante' que obtuve por respuesta de mi madre, entre al salón.

—¡Qué bueno que llegas hijo! — exclamó emocionada mi madre — Hoy te has ido y no hemos podido felicitarte.

Mi madre camino hacia mi y me abrazo, mi padre se aclaró la garganta para llamar nuestra atención, camino lentamente hacia mi, me abrazo y felicitó. La pareja de señores que se encontraba con ellos se colocaron de pie.

—Hijo, quiero presentarte a los señores Yoon, Junseo y Yeji.

Traté de ocultar mi asombro, apenas hoy cumplía diecinueve años y estaba conociendo hasta lo que hace poco eran los desconocidos señores Yoon.

Mi madre nos invitó a pasar al comedor pues según ella solo me esperaban para cenar, la cena fue en mi caso de lo más callada, a excepción de las preguntas que me hacían los señores Yoon. Pero algo de esa conversación me hizo ponerme más atento.

—Mañana llegarán los chicos por la mañana.

—Perfecto, Junseo — habló mi padre — ¿No habrá problema con que Joshua vaya por ellos al aeropuerto verdad?

De seguro mis ojos casi se salían de su lugar al escuchar eso, era algo que sin duda alguna no tenía planeado hacer mañana, más bien, no tenia planes, pero ir por los Yoon al aeropuerto no era uno.

—¡No habría ningún problema! — dijo Yeji. Por el tono en su voz parecía emocionada al igual que mi madre irradiaba impaciencia y felicidad — Pero claro cariño no queremos obligarte, no tienes que ir si no quieres— se dirigió a mi.

Mire a mi padre que con su mirada me decía 'No es pregunta, iras por ellos'

—Estoy impaciente por conocerlos mañana en el aeropuerto — sonreí.

Termine lo más rápido que pude el postre y salí hacia mi habitación, extrañamente no llore, solo me sentía raro, tenía miedo de lo que se aproximaba.

Matrimonio Forzado | JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora