Me desperté por el delicioso aroma de hot cakes en la mañana. Me levanté de mi cama y bajé a la cocina, donde vi a mi lindo amigo cocinando.
—Sí, es que debo decirte algo, y no sé cómo lo tomarás —dijo.
—¿De qué hablas? —pregunté.
—Mejor toma asiento —respondió, y le hice caso. —Tus padres hablaron esta mañana.
—¿Habló mamá? ¿Por qué no me despertaste?
—Créeme, traté de hacerlo; tienes el sueño muy pesado.
—Solo sigue.
—Bueno, tus padres van a tomar un crucero en pareja por unas semanas.
—¡Oh, vaya! ¡Qué genial!
—Sí, espero que sigas pensando eso después de escuchar lo que viene.
—¿Qué pasó?
—Así que tus padres no quieren dejar sola a tu "hermanita" Chae —noté el sarcasmo en su voz—Y está en vuelo hacia acá. ¿Adivina con quién se la pasará estas semanas?
—¡No, no, no y no! Simplemente NO. Dios mío, ¿por qué lo permitiste?
—Dios, Joshua, es la señora Hong. ¿Cómo decirle que no?
—Lo menos que necesito ahora es otro problema.
—¿Otro problema? Pensé que todo estaba bien; es más, creí que estabas saliendo con Dylan.
—No, él es solo un amigo —dije mientras colocaba mi mano a la altura de mis cejas y acomodaba estas.
—Hey, me haces sentir mal amigp por no decirme las cosas. ¿Ok? Dime qué ocurre.
—En serio es una estupidez de la que me tengo que deshacer. Por eso saldré toda la tarde —me levanté de la mesa y caminé hacia mi cuarto.
De pronto, el hambre que tenía se había ido y lo único que quería era buscar la solución a aquel problema importante. La decisión la había tomado solo; no necesitaba el consentimiento de nadie.
Llegué a la clínica que había encontrado por internet. Era decente, pero aun así me daba escalofríos. Me dirigí al consultorio del doctor Megmall y tomé un folleto después de anotarme en la lista. El gris triste en las paredes y la luz blanca tenue solo contribuían a deprimirme más de lo que ya estaba. Las miradas de las escasas mujeres aquí eran diversas: unas mostraban preocupación y otras aburrimiento, como la secretaria. Mientras leía la información del folleto, sentía cómo mi miedo crecía más y más; comencé a sudar. No sabía si estaba bien lo que estaba a punto de hacer. Me levanté de mi asiento y me acerqué a una máquina dispensadora para comprar una botella de agua.
—Señorita, me ha salido algo imprevisto; me temo que no podré entrar —le dije a la chica detrás del escritorio y caminé hacia el elevador.
No sería cobarde; me quedaría y asumiría la responsabilidad por mi bebé yo solo. Salí rápidamente del hospital y conduje hacia mi oficina, donde me encerré para pensar... y llorar un poco. Unos minutos después, mientras intentaba calmarme, mi teléfono volvió a sonar. Al atenderlo, tuve una grata sorpresa.
—¿Hola?
—Eh... Josh, ¿qué tal? —se le escuchaba algo nervioso.
—Bien supongo.
—Oye, mañana sale mi vuelo en la tarde; ya sabes que regreso a Los Ángeles y quería saber si quieres salir esta noche. No sé... algo tranquilo: ir a cenar, pasear, hablar o si prefieres simplemente quedarnos callados.
—Jeonghan, no lo sé...
—Vamos, somos amigos; saldremos en plan de amigos. ¿Aceptas?
—Te quiero en mi casa a las siete; te mando mi dirección, ¿ok?
—Claro, ahí estaré —colgó la llamada.
Aunque intentara negarlo, el mejor lugar donde podía estar era en sus brazos; con él sintiéndolo cerca... tan cerca... aunque supiera que él no podía ser mío en ninguno de los aspectos; ni siquiera como el mejor de mis amigos, puesto que siempre lo vería de otro modo.
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Matrimonio Forzado | Jihan
Fanfiction⤹Desde lo más remoto de los tiempos se cree que el matrimonio no es solo amor, cariño y sentimientos mutuos entre una pareja, han aprendido a manejar este bello gesto de amor en alianzas, uniones, cosas que a futuro les dará frutos buenos. En épocas...