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—Yo sí te doy —comentó mi amigo al verme lo que llevaba puesto.

—¡Idiota! —reí—. Apuesto a que cuando te pongas tu ropa pensaré lo mismo.

Nos encontrábamos arreglándonos para la fiesta de mi padre, que tendría una temática de los años 20. Nuestros vestuarios tenían detalles colgantes.

Al estar listos, bajamos para encontrarnos con mis padres, quienes, al parecer, no estaban. Nos dejaron en el auto con el chofer, que fue quien finalmente nos llevó al lugar del evento.

Al bajar, había muchas cámaras capturando una de las mejores fiestas, con los invitados más prestigiosos. Los flashes y algunas preguntas me molestaban, pero decidí ignorarlas.

Entramos en el salón y había mucha gente; a la mayoría la conocía, aunque algunos eran menos importantes. Observé el salón y me encantó cómo había quedado.

—Hola, guapo —reconocí la voz de Hyungwon a mis espaldas.

—Pero tú no te quedas atrás —lo saludé con un beso—. ¿Apenas llegas?

—Sí, estamos llegando.

Minutos después, Jeonghan y Alexander se acercaron; ambos me saludaron.

—Te ves muy bien —dijo Alexander.

—Gracias, tú igual luces genial.

—¿Dónde compraste los trajes?

—Los hice yo.

—¡Dios mío, no puedo creerlo!

—¡Qué gusto verlos! —exclamó el señor Carson.

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—¡Qué gusto verlos! —saludó el señor Carson. Mierda, tener un divorcio muy secreto tiene sus pros y sus contras; esto es un contra.

—El gusto es mío —saludó Joshua con un beso.

—No los veo desde la boda. ¿Cómo les va?

Sí, estoy muerto.

—Sí... sobre eso, no nos fue tan bien.

—Uhhg —hizo una cara de desagrado—. Lamento escuchar eso.

—Créeme, no lo lamentas tanto como yo —respondí mientras reíamos los tres, a excepción de Alexander, que me miraba con una expresión que pedía una explicación rápida.

—Con permiso, tenemos que irnos a ver unos asuntos —dije mientras lo alejaba un poco de la gente.

—¿¡En serio, Jeonghan!? Necesito una explicación rápida. ¿Estabas casado? ¿A qué edad? ¿No que solo lo conocías poco?

—Sí, a los veinte. Perdón, es que no vi necesario decírtelo.

—¿¡En serio!? ¿No viste necesario decirme que estabas casado?

—Fue algo arreglado.

—¿Cómo? —su cara mostraba confusión.

—Sí, nuestros padres arreglaron todo nuestro matrimonio desde que yo tenía un año y él recién nacido, solo por el beneficio de ambas familias.

—Sabes, estoy muy enojado contigo por esconderme todo esto, pero creo que no es tu culpa.

—No lo es.

—¿Lo querías?

Esa es la pregunta que me hice durante meses, tal vez años, y la respuesta siempre fue clara, precisa y la misma: sí, lo quería más de lo que algún día quise a alguien. ¿Cómo me di cuenta? Después de ser tan estúpido y dejarlo ir. ¿Por qué no fui tras él? Por dos simples razones: la primera, era lo que él quería: crecer y ser independiente; segunda, por ser estúpido y no decirle que lo necesitaba.

—No, nunca. Como ya dije, todo eso fue arreglado.

—Me alegra, cariño —dijo mientras me daba un beso en los labios—. No puedo estar enojado nunca contigo.

Salimos de aquella fiesta justo después de cantarle el "Feliz Cumpleaños" a Junsoo. En ese transcurso, no pude evitar sentir la ausencia de Joshua.

Alexander ya dormía y yo no lograba conciliar el sueño; tenía que pensar en lo que había sucedido en tan solo unas horas y en los sentimientos que todo esto había provocado.

Tomé las llaves del auto y conduje a un lugar donde pudiera pensar. Abrí la puerta y al hacerlo algunos recuerdos vinieron a mí, como cuando Shua y yo estábamos muy mal y nuestras madres nos hicieron ir a esa sesión de fotos. Prendí la luz, pero lo que no me había dado cuenta era que ya estaban encendidas; o sea, lo único que hice fue apagarlas.

—¿Y tú qué haces aquí? —escuché su suave voz.

Matrimonio Forzado | JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora