⇝46-II ღ

30 4 2
                                    

La noticia no me había caído tan bien. Salí a respirar, pero en serio no quería verlo, no hasta asimilar lo que había escuchado. Me encanta saber que, en realidad, Yeosang sí es mi bebé; a pesar de todo, lo amo, y a él también lo adoro. Sin embargo, simplemente me molesta el hecho de que me haya ocultado la verdad durante tantos meses. Estamos juntos; bueno, en realidad nunca hemos estado separados sentimentalmente. Él sabía que podía confiar en mí.

Me sentía mal por lo que iba a hacer ahora, pero simplemente no podía volver allí. Salí a la estación donde se pedían los taxis y tomé uno. No sabía a qué lugar específico debía ir, pero la casa no era una opción.

Finalmente decidí pasar la noche en un hotel y mañana posiblemente buscaría a Joshua. Claro que lo más probable es que él esté demasiado furioso por haberlo dejado.

• ────── ✾ ────── •

Mis ojos pesaban, pero aun así quería abrirlos; necesitaba hacerlo. No sabía dónde ni con quién me encontraba. Al abrir los ojos, vi a mi madre y a la señora Yeji compartiendo una relajada charla en el sillón. Notaron que había despertado y no pasó mucho tiempo para que mi madre se posicionara a un lado mío.

—¿Cómo te sientes, cariño? —preguntó mientras colocaba una mano en mi frente.

—Cansado —respondí; a pesar de haber dormido mucho, no me sentía con fuerzas como para seguir despierto.

—¿Estás incómodo? ¿Quieres que llame a la enfermera? —preguntó Yeji.

—Estoy bien, gracias —guardé silencio para asimilar lo que había pasado, pero aún así no podía entender nada—. ¿Qué me ocurrió? —pregunté al darme cuenta de que era lo más fácil de hacer.

—Bueno, al parecer estuviste de necio ¡y no sé cómo rayos pudiste subir a un avión! —habló histéricamente mi mamá. Al ver que el intento de regaño estaba de más, tomó aire para calmarse—. Al parecer dormiste todo el viaje; casi diez horas. Pero en el momento del descenso te hizo mal y te desmayaste. Hicieron un aterrizaje de emergencia mientras la azafata te daba primeros auxilios.

Volvía a ponerse histérica, pero se calmó.

—¿No recuerdas nada? —preguntó Yeji.

Por mi mente pasaron pequeños fragmentos de la discusión o lo que sea que había sido con Jeonghan. Mis ojos se aguaron, pero no lloraría frente a mi mamá y la mamá de él.

—¿Cómo está mi bebé? —respondí con otra pregunta.

—El doctor dijo que estaba bien, pero que no hicieras otra tontería como la de tomar un avión a tus siete meses y medio de gestación. También dijo que durante lo que te queda de embarazo permanecerás en cama, solo para asegurarnos de que estés bien tú y el bebé —habló mi madre; algo me decía que se estaba enojando por lo que acababa de hacer.

El teléfono de Yeji sonó e internamente pedí que quien llamara fuera Jeonghan; así podría venir y arreglar las cosas porque ya quedó claro que yo no podía moverme.

—Vengo en un momento —contestó la llamada, pero colocando la mano en la bocina—. Es Hyungwon —guiñó y salió de la habitación.

—¿Hay algo de lo que quieras hablar? —preguntó mi madre.

—¿Hay algo?

—Me refiero al porqué Jeonghan no venía contigo en el avión y la mayor pregunta: ¿por qué venías en un avión hacia Corea?

—Pues porque un barco tarda mucho y en carro no se puede —me miró entrecerrando los ojos, diciendo que no le causaba gracia mi respuesta.

—Es que le dije la verdad; digamos que ni siquiera sé cómo tomó la noticia.

Matrimonio Forzado | JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora