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Iríamos a algunas cascadas que quedaban cerca de la zona, así que, después de terminar el desayuno, todos subieron a arreglarse. Junto a Alex, nos encargábamos de recoger la cocina.

—Han —habló después de un largo silencio—, ¿Cómo fue?

—¿Qué?

—Su matrimonio. Siento que sea algo incómodo, pero tengo muchísimas dudas. O sea, ¿por qué se acabó? ¿Qué pasó? ¿Qué sentiste por él? Es decir, ¿sentiste algo por él? ¿Qué sientes ahora?

—Como te comenté, ese matrimonio fue arreglado y creo que fue el que menos duró. Estuvimos juntos dos meses y luego nos separamos a escondidas. Tiempo después, les dijimos a nuestros padres —me voltee para mirarlo mejor—. Y sí, me llegó a gustar por todo el tiempo compartido; en realidad fueron cinco meses, pero las cosas no se dieron.

—Ok —dijo y volvió a lo que hacía.

Salí de ahí lo antes posible en dirección a mi cuarto. Tomé mis cosas y fui al baño que se encontraba en el pasillo.

Entré y cerré la puerta detrás de mí con seguro.

—¿Quién está ahí? —preguntaron detrás de la cortina.

—Shhh —dije para callarlo.

Él asomó su cabeza y me vio; en ese instante sus ojos se abrieron muy grandes.

—¿¡Jeonghan, qué haces aquí!? Nos van a escuchar —dijo en susurros.

Lo único que quería era estar con él y olvidarme de toda la mierda que ocurría allá afuera. Así que caminé hacia él y lo besé, sin importarme que estuviera bañándose, lo cual implicaba que estaba desnudo o mojado; eso sonó muy mal en mi mente. Sus manos comenzaron a bajar al borde de mi camiseta y subieron esta; sabía adónde llegaría todo esto.

—¿Seguro? —pregunté agitadamente entre el beso.

—Cállate —dijo y siguió con el beso. Él me hizo meterme en la ducha, haciendo que lo poco que me quedaba de ropa se mojara.

(...)

—¿Jeonghan? —gritaban afuera, y reconocí la voz de Alexander.

Abrí la boca para decir que me encontraba en el baño, pero los labios de Joshua sobre los míos me lo impidieron.

—No digas nada, podemos quedarnos en la tina un poco más —susurró.

—Juro que podría quedarme toda la vida aquí —medí mis palabras con cuidado y reaccioné para corregirlo—. Es decir, junto a ti; me quedaría junto a ti toda la vida.

—Que digas estas cosas me recuerda lo estúpido que fui al irme —dijo mientras colocaba sus manos en mi rostro y me besaba.

—Somos humanos; es obvio que cometemos errores —besé sus labios—. El mío fue no buscarte antes.

Lo abracé más fuerte y él apoyó su cabeza en mi pecho.

—Admitiré que esto me hace sentir muy mal —habló.

—¿Por qué?

—Engañas al pobre chico conmigo, y me siento muy mal por eso —hizo una pausa—. Aunque, en realidad, fuiste mío primero y estás muy guapo, así que se medio perdona —dijo mientras me besaba—. Te diré un secreto —volvió a juntar sus labios con los míos—: siempre he tenido una gran debilidad por tus labios, desde que nos besamos por primera vez en esa fiesta.

Cerré los ojos recordando aquel momento; recuerdo haber sentido un lindo cosquilleo en mis labios aquel día, y que me había gustado mucho.

—Siempre he dicho que nuestros labios encajan...

—Perfectamente el uno con el otro —terminó la oración por mí.

—¿Joshua, estás ahí? —preguntó Lía mientras daba algunos golpes a la puerta.

Hice señas para que respondiera.

—Sí, madre, aquí estoy. Sigo duchándome. ¿Qué ocurre?

—¿No sabes dónde está Jeonghan? Lo estamos buscando.

Comencé a besar su cuello y él rió muy bajo ante mi tacto.

—No, mamá. He estado mucho tiempo aquí en la ducha —besé sus labios—. Adelántate; creo que hoy no iré a las cascadas, estoy algo cansado; no dormí muy bien.

—Ok, hijo. Si ves a Jeonghan, le dices cómo llegar allá.

—Con gusto, mami —respondió Joshua.

Me burlé de él en voz baja:

—¡Con gusto, mami!

—Cállate —me dijo antes de volver a besarme.

¡Oh sí! Estaba tan bien aquí...

Matrimonio Forzado | JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora