⇝39-II ღ

23 2 0
                                    

-¿Quién? -grité desde la sala.

Me encontraba tomando una linda y pacífica siesta en la sala, hasta que, sabe quién, comenzó a tocar la puerta desesperadamente, casi sentía que la tumbaría. Caminé hasta ella y, ya un poco harto, solo la abrí con desesperación.

Todo fue tan rápido que, al instante de abrirla, me encontré con la desesperada sorpresa de los labios de Jeonghan en los míos. Como cualquier tonto enamorado, le seguí el beso; extrañaba esos labios. Mi respiración se aceleró al intensificarse el beso, tanto que mi enorme panza no fue un impedimento.

-¿Qué haces aquí? -dije mirándolo con una voz sorprendida y agitada.

-No soportaba la idea de estar lejos de ti -respondió de la misma manera que yo y tomó mis labios de nuevo con los suyos-. ¿Puedo pasar?

Me sentía incapaz de responderle, así que me limité a asentir.

Entró a mi casa; aún seguía en un estado de shock. Sin duda alguna, era el hombre más complicado de este planeta. Ahora me tocaba ser a mí el complicado, aunque por dentro quisiera besarlo y abrazarlo todo el día.

-¿Qué te ocurre? ¿Acaso crees que tienes el derecho de venir a mi casa y besarme como si fuéramos algo? -hablé seriamente, mirándolo a esos profundos ojos.

-Sé que no tengo ningún derecho; es más, creo que perdí ese derecho. Pero no puedo evitar sentir esto extraño que siento por ti -hizo una pausa-. ¿Sabes? No es extraño; sé perfectamente lo que siento: es amor. Te amé, te amo y te amaré por lo que me queda de vida. Nunca estuve tan estúpidamente enamorado de alguien, y es complicado... o al menos nuestra historia lo es.

Sin duda alguna, me moría por correr a sus brazos, besarlo y decirle todo, pero no lo haré hasta que sepa lo que en verdad ocurrió en estos dos meses.

-Las fiestas son dentro de dos semanas y creí que por tu estado no podrías ir a Miami o a Corea -habló-. Quise pasar estas fechas junto a ti y a tu bebé.

Tenía tanta razón en eso; casi lo olvidaba por completo. Tendría que excusarme con mis padres y la idea no parecía nada mala.

-No recuerdo haberte mandado ninguna invitación para estas fechas.

-Joshua, por favor, ¿ya vas a empezar? -dijo.

-Es que Jeonghan, no te entiendo; parece que solo me utilizas, que soy tu premio de consolación. Me haces sentir mal.

-Shua, te amo. ¿Qué parte de esas dos fuertes palabras no entiendes?

¿Qué más podía hacer? Prácticamente me tenía acorralado con la verdad. Y es que, ¿a quién quiero mentirle? Yo también lo amo, más de lo que me costaría aceptarlo.

-¿Tienes hotel? -pregunté y él negó con la cabeza.

-Tenía la esperanza de que me dieras una especie de posada.

-¿Qué hubiera pasado si no te la daba?

-Lo que pasa es que yo sabía que me la darías -se acercó peligrosamente a mí- Porque sé que sientes lo mismo por mí. Aunque seas un poco testarudo y orgulloso, sé que me amas y estás loco por mí -acercó su cara tanto a la mía que juraría me besaría.

Cerré los ojos en un punto de deseo, pero reaccioné al instante y alejé mi cara de la suya.

-Tienes un ego muy elevado -dije mientras giraba para seguir caminando.

Él me tomó del brazo y me dio la vuelta, quedando justo frente a él. Me besó; a la mierda lo que había dicho antes. Todos sabíamos que me moría por besarlo; así que coloqué una de mis manos en su mejilla, acariciándola mientras seguía el lento pero largo beso.

Matrimonio Forzado | JihanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora